Capítulo 31: Alma ensangrentada

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En el momento que el hielo comenzó a cubrir la cueva, una serie de explosiones dieron lugar en la superficie abriendo un enorme agujero, salvándolos indirectamente de terminar congelados

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En el momento que el hielo comenzó a cubrir la cueva, una serie de explosiones dieron lugar en la superficie abriendo un enorme agujero, salvándolos indirectamente de terminar congelados. No lo pensaron dos veces y se abalanzaron a su única escapatoria. Debían alejarse del peligro.

En la superficie se encontraron con Sai quién había sido responsable de la explosión anterior. Aseguró que toda la zona colapsó debido al tamaño de los laberintos y quedando al descubierto.

Entre todo el alboroto, Sakura se sorprendió en ver a Sai. Este le regaló una sonrisa mientras torpemente le brindaba un corto abrazo, a su manera le aseguró que estaba muy feliz de verla después de tres largos meses.

Un terremoto de diferente procedencia sacudió el bosque, pronto el suelo fue cubierto por una capa de hielo. Atónicos, observaron a lo lejos a dos renegados que fueron atrapados por la técnica, en menos de un minuto se convirtieron en estatuas azules. El último suspiro salió en vapor entre sus labios.

Y la misma capa de hielo se dirigía a ellos sin contemplación.

—¡Corran! ¡No dejen que el hielo los alcance! —exclamó Sakura. Entendió a la perfección lo que quiso decir el joven Hotaru antes de ser dominado.

Se alejaron lo más rápido que pudieron. Mikoto en brazos de Charasuke, apenas podía mantenerse de pie y le preocupaba la escarcha que los perseguían. Debían reunirse con los demás, poner a salvo a las kunoichis y proceder con la siguiente fase del plan.

—Hotaru nos dará alcance —avisó con voz ahogada la mujer.

Sasuke fijó la vista a dicha dirección. Su ojo descubierto enfocó al hombre de la cicatriz recorrer un costado de la destrucción, la sonrisa que mostraba le rabio. Por si fuera poco, el joven Hotaru venía corriendo sobre el hielo, justo a su dirección.

—Sáquenlas de la zona —le dijo Sasuke a su contraparte.

Luego se detuvo de golpe y enfocó con el Rinnegan la roca más cercana al joven. Intercambió lugares e instantes después se encontraba frente a su adversario dispuesto a retenerlo.

Charasuke solamente le dedicó una corta mirada y se dirigió a Sai.

—Crean aves de tinta para que ellas suban.

El Shinobi pálido sacó el pergamino y lo extendió. De repente tuvo un ligero espasmo de sorpresa al descubrir al hombre de la cicatriz frente a él agarrando el extremo del papel.

Sonriendo grutesco, los miró a todos con sus ojos rojos.

Inmediatamente Sai soltó el objeto liberando los trazos que dibujo con anterioridad. Las enormes bestias se abalanzaron al hombre dándoles tiempo.

Los demás se alegaron en cuanto lo vieron. Charasuke bajó a su madre con delicadeza y, decidido, se adelantó unos pasos.

—Enfrentaré a este imbécil —gruñó saltando en dirección de las bestias de tinta que eran exterminadas por el hombre.

Road To Ninja: Choque de mundos |¦|SASUSAKU|¦|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora