Capitulo 28: Desesperado por creer que no eras tú.

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Bastian.

Al día siguiente no fui a clases, ni yo ni el Ruso, ninguno de nosotros estaba bien psicológicamente, sentía que en cualquier momento me quebraria, no podía creer que esa persona que me había hecho sentir tanta felicidad me traicionaria así, me encantaría no creerlo, pero no, lo vi, estaba en el video de las camaras de seguridad, sus gestos, su manera de caminar, su...

-Cariño, el desayuno esta servido.- Escuche la voz de mi madre entrando a la habitación, la quede mirando unos segundos.

Mientras decia esas palabras no me habia mirado, pero al no recibir respuesta me miró, crei que me sonreiria pero para mi sorpresa me miro preocupada.

-Q-Que pasa, amor...

Sus palabras me hicieron reaccionar, me toque la cara encontrándome con que esta estaba mojada, no me había dado cuenta cuando estaba llorando, quizás desde hace cuanto habia empezado a llorar.

-Nada.- Respondí, ella hizo una mueca con su boca.

Más no dijo nada, no parecía querer decir algo, solo mirarme, de pronto se sentó junto a mi, quizás para verme de cerca y tratar de averiguar que me pasaba, en cambio yo... Seguía llorando en silencio, ya no estaba intentando ni siquiera de limpiar mis lagrimas, solo dejarlas caer.

-Amor...

-¿Que hago, mamá?- Le interrumpí.

-Basti...

-¿Co-Como se supone que tengo que reaccionar? ¿Que debo creer? ¿Po-Por qué hizo eso? ¿No se suponía que me quería?

Mi mamá me miró en silencio unos minutos, me miraba con tristeza, se paró de donde estaba sentada, salió de la habitación rápidamente, más no pasaron ni dos minutos cuando ya había vuelto, pero con el desayuno que había preparado para mi.

-Nunca he sido buena con las palabras, amor, lo sabes, prácticamente Samuel siempre se ha encargado de eso, ya que a pesar de parecer tal cual es, es muy sentimental.- Se detuvo unos segundos para continuar hablando.- Sea lo que sea que estés pasando, se arreglará, y volverás a ser ese hermoso niño que siempre sonríe, mi niño.- Dejó la bandeja en mi regazo y me dio un beso en la frente para después salir de la habitación dejándome mi espacio.

Valoraba ese gesto, me sentía bajoneado y necesitaba pensar.

***

Ya había pasado una semana, me encontraba en el supermercado con mi madre, no había prendido el celular en todo el tiempo desde que había pasado eso, ni había asistido a clases, aún no me sentía listo para ver a Felipe, la verdad pretendía no verlo en bastante tiempo.

-¿Me puedes ir a buscar una caja de salsa de tomate, amor?- Escuché a mi mamá, la miré.

-Claro.- Respondí dirigiéndome al respectivo pasillo en el que se encontraban las salsas de tomate.

La verdad ni sabia donde pero iba a buscar pue', quien se aprende los pasillos del supermercado de memoria, puros weones seguro.

Aunque podía leer los carteles que colgaban del techo.

Ah conchetumare que soy aweonao, me lo había pasado.

Empece a caminar hacia el pasillo que estaban, al entrar a este empece a ver cada precio de cada salsa que a mi mamá le gustaba, para que no le saliera tan caro igual, al encontrar una pulenta tome una caja entera de ellas y empece a dirigirme a donde habia dejado a mi madre.

De camino a donde estaba ella, por el rabillo de mi ojo note ver tres siluetas conocidas, me paré para mirarlas con mas detenimiento.

El Ruso.

Mi hermana.

Y...

La hermana del Felipe.

Me habría acercado a no ser por la ultima persona que noté con ellos, de pronto el Ruso se dio cuenta de mi mirada, mas yo desvíe la mía empezando a caminar buscando a mi madre.

-¡Basti!- Escuche la voz de mi mejor amigo, la ignoré.

No podía parar, no quería hacerlo, no podía dejar de pensar en la posibilidad de que si estaba la hermana del Felipe aquí, él estaría aquí.

Empece a caminar con más rapidez, me volvi hasta paranoico, creia que al doblar en algun pasillo me encontraria con él.

-¡Bastian!- Volvio a gritar el Ruso, segui caminando.

-No vino conmigo.- Dijo la hermana del Pipe apareciendo de pronto frente a mi.

Como...

Me quede callado mientras dejaba de caminar, me quede mirándola unos segundos, ella me miro con tristeza, me di la vuelta encarando ahora a mi mejor amigo y a mi hermana.

-Tienes que venir con nosotros.- Dijo el Ruso.

-Tenemos pruebas que el del video no es el Felipe, en serio.- Explico ahora mi hermana, se me apretó el corazon.

-Yo vi...

-Lo sabemos, todos lo vimos, pero tiene una explicación, Basti.- Dijo el Ruso acercándose a mi, frunci el ceño.

Bajé la mirada, ¿Como iba a ser posible que el Pipe no sea el del video? Ya no creia en ninguna posibilidad.

Sentí las manos del Ruso tomando mi rostro y acariciandolo en el proceso, me miraba con esperanza, su mirada me provocaba tranquilidad, pero aún sentia esa pesadez en el pecho, quería llorar, no estaba listo ni para volver a escuchar su nombre.

-Ve con ellos, Bastian.- Escuche la voz de mi madre, me giré a mirarla.

Ella tomo la caja de salsas de tomate que tenia en las manos y la metió en el carro del supermercado, iba a hablar, pero me interrumpió.

-Nunca te niegues a querer resolver las cosas, Bastian.- Dijo y empezó a caminar mientras empujaba el carrito por los pasillos del supermercado alejándose de nosotros.

Mire al Ruso nuevamente y asentí, quería ver las pruebas, quería perdonar al Felipe, necesitaba hacerlo, necesitaba sus abrazos y sus muestras de cariño, ansiaba que me demostraran que no era él.

Todos empezamos a caminar a la salida del supermercado, en silencio pero con determinación, miré el lugar al salir de este, nos dirigimos al estacionamiento, Katherine entro en su auto junto con el Ruso, iba a entrar con ellos pero la voz de mi hermana me detuvo.

-Ve con Catorce.- Dijo ella y arrancó el auto, pude notar la sonrisa que me dedico el Ruso antes de desaparecer de mi campo de visión, lo cual me dio tranquilidad.

Fui con la hermana de mi ¿ex? Ni siquiera sabia que eramos, ella me esperaba desde dentro de su auto, sin mas preámbulos entre en él.

Flaite. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora