5- scape with me

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5- scape with me
5- escapa conmigo

Oscuridad. Polvo. Ni veía nada. Un dolor agudo se instaló en mi nuca. Caí al piso junto a los asientos. Estaba desorientada.

–¡Vamos, tenemos que salir!–oí a alguien gritar mientras me jalaban del brazo. No sentía mi pierna derecha; tuve que pararme con ayuda.

Miré hacia los lados y recordé; estábamos en el micro. La parte delantera estaba destrozada, y la trasera estaba repleta de niños intentando salir por la ventana. Había que salir, pero estábamos atrapados. Había que buscar una salida.

–¡Ahí hay una puerta!–oí gritar. La persona que me estaba ayudando a caminar avanzó hacia la mitad del autobús. Efectivamente había una puerta–¡Patéala!–y eso hicieron.

Salimos para encontrarnos con un caos. Soldados disparando hacia lo que parecían ser perros.

–¡Corran!–Bri tomó mi mano y corrimos hacia la derecha. Camino equivocado. Un perro nos esperaba–¡Para el otro lado!

Frenamos súbitamente y resbalamos; nos recuperamos y salimos corriendo detrás de los demás. Intentaba mantener un ritmo. Un pie delante del otro. No entendía que estaba pasando. Miré hacia atrás justo cuando el maldito perro explotaba.

–No puede ser, no puede ser–me remetía–. Explotó. ¡El perro explotó!–nadie me oyó, estaban concentrados en seguir corriendo.

–¡Esperen!–gritó Alex y se arrodilló al lado del soldado que nos había hablado anteriormente. Yo frené, al igual que todos. Debía haber algo allí que nos ayude. Mis ojos inspeccionaron el piso. Un arma, exactamente lo que necesitábamos. La tomé. Comprobé que el cartucho estuviese lleno y le apunté al primer perro que vi. Disparé. Disparé varias veces. Maldita sea, ¿por qué no moría?

–¡Vámonos!–Bri tomó mi brazo y empezamos a correr. Miré hacia atrás, el perro no nos seguía. Menos mal.

Miré hacia el piso y encontré un cartucho. Frené y conmigo frenó Gabriel. Lo tomé mientras Bri me empujaba para que siguiera corriendo. Me incorporé con el cartucho y el arma en mano, y  escapando.

~

–Mierda, les dije que era una idea tonta–se quejó Dariush mientras corríamos–. Casi me matan por su culpa–"¿y ahora que hicimos?" me pregunté. Parecía que este chico buscaba excusas para quejarse–yo ni siquiera quería ir a ese campamento. Debería estar en Cabo tomando tragos del cuerpo de alguien–prosiguió. Me dolía demasiado la cabeza como para escuchar sus quejas.

–Esperen, creo que ya estamos lo suficientemente lejos–todos concordaron y paramos a descansar. Yo en senté en el piso mientras que los demás decidieron quedarse parados. Dariush tenía sus manos sobre sus rodillas y, como todos, estaba intentando recuperar el aire.

–¿Que creen que quieran esas cosas?–preguntó ZhenZhen. No se me había ocurrido pensar en eso.

–¿Comida? ¿Recursos? Tal vez su planeta decayó y vinieron a saquear este–sugirió Alex con la voz entrecortada debido a la falta de oxigeno.

–¿Que te hace pensar eso?–preguntó ahora Dariush.

–No lo sé, por eso lo hacen en las películas.

No teníamos tiempo para pensar el porqué de su visita. Teníamos que encontrar una manera de pararlos, u esa manera era llevar la llave al JPL.

–¿Donde está la llave?–pregunté interrumpiendo su discusión, a lo que Alex me contestó mostrándome la llave en su cuello. Al menos la habían podido recuperar.

Levanté la vista y miré a Bri. Tenía la mirada perdida y sus ojos estaban llenos de lagrimas. Me incorporé preocupada y me acerqué a donde se encontraba él.

–¿Estás bien?–pregunté cautelosa a la espera de su reacción. Apoyé mi mano en su hombro como una manera de decirle "todo va a estar bien".

¿Qué le pasa?–preguntó Dariush. Mi atención quedó plenamente dedicada a Bri; la situación tenía que ser muy grave para que él llore frente a varias personas.

–Es mi calle–me volteé a ver, y si, efectivamente esta era su calle. Todo estaba destruido, pero no tanto como en mi calle.

–¡Genial! ¿Podemos ir a tu casa?–dijo el ingenuo de Alex. Sabía que este era un punto débil de Bri.

–Es mi casa, pero–le costaba decir las palabras, sabía que él estaba intentando retener las lágrimas–no es mi hogar–tomé su mano. Nuestra vidas habían sido difíciles, nunca fueron fáciles, pero la vida de Bri era peor que la mía. Para él siempre fue difícil abrirse a los demás, así que sabía que co tardes esto a los chicos le costaba–. No eh sido honesto con ustedes. Estaba en las lo tañas porque–otra pausa–me encarcelaron–silencio–y escapé–él confirmó mi teoría–. Aunque mi mamá esté ahí–esta vez su pausa fue más larga. Yo sabía lo que estaba por decir, y sabía lo que le dolía–no va a querer verme.

El silencio reinó. Todos compartíamos miradas de compadecimiento. La mamá de Gabriel no quería perdonarlo, yo lo sabía. Incluso había llegado a discutir con esa mujer, intentaba hacerla cambiar de parecer, pero ella ya había decidido que su hijo era culpable. Ni siquiera había hablado con él, no quería escucharlo. Y eso estaba mal, era injusto.

–Vamos–dije mientras pasaba mi brazo sobre sus hombros. Los cinco juntos nos dirigimos hacia su casa. Teníamos que comer algo y descansar en la medida de lo posible.

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Me costó este capítulo, pero creo que quedó bien.
Kisses y no olviden votar si les gusta la historia 💫

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