17-light me up

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17- light me up
17- ilumíname

La criatura había dejado de jugar con los cadáveres y ahora prestaba su completa y total atención en Bri. Ambos se miraban, como un depredador a su presa; pero no estaba segura de quien era quien. Claramente Bri estaba asustado, pero las bestias son más peligrosas cuando están asustadas.

–Por favor–jamás en mi vida había rezado, pero si realmente existía un dios en el cielo, este no era mal momento para empezar–. Por favor–mis susurros se escondían debajo de los gritos, los pasos y los gruñidos–. Por favor.

Sentía que el piso debajo de mi temblaba, pero realmente era yo la que ejercía la acción. Con todas mis fuerzas intenté pararlo; en mis pocos años de experiencia, había aprendido que mi actitud afectaba las acciones de los demás; en este caso, los chicos me veían a mi—la chica que supuestamente conocía mejor al valiente muchacho y la que sabría diferenciar si él se encontraba en peligro o no—nerviosa lo que se transmitía y lograba que ellos griten en dirección a Bri, lo que lo ponía aún más nervioso.

–Chicos–el temblor de mi voz y su poca fuerza evitaron que las palabras suenen reales–. ¡Chicos!–exclamé, a lo que todos voltearon–Por favor, dejen de gritar–la fuerza en mi voz había durado poco tiempo. Afortunadamente, esto no afectó la transmisión del mensaje; lo escucharon, lo asimilaron, y lo cumplieron.

Ya había echo todo lo que podía para ayudarlo, ahora la situación quedaba en manos de Bri. Salvarse dependía de él, que el monstruo se aleje dependía de él, mi vida dependía de él. Tal vez siempre lo había echo.

–Ven por mi–el familiar odio había tomado el control de la lógica del muchacho de pelo largo. Bri podía llegar a ser muy peligroso cuando estaba enojado, y más aún cuando eso le nublaba el juicio. Por primera vez en mi vida estaba esperando que la furia lo consuma. Él ardería y si lo hacía, el monstruo ardería con él.

El extraterrestre le obedeció y comenzó a dirigirse hacia dónde estábamos todos. El pánico permanecía y se incrementaba; no me daba un respiro. Bri parecía en un trance, pero cuando el monstruo empezó a tomar velocidad, él parecía reaccionar. Se paró en la orilla de la pileta mientras seguía llamando al ser de otro planeta. "¿Me quieres? Ven por mi" repetía Bri mientras comenzaba a posar la lona que cubría la pileta; por un momento temí que cayera al agua. El alien siguió sus pasos y pronto piso la lona. En el momento en el que abrí llegó a la orilla que se encontraba cercana a mi, corrí a ayudarlo, debido a que gracias al peso de ambos cuerpos, la lona se estaba infierno. Cuando en monstruo pisó el medio de la piscina, la lona se hundió, y con ella, el extraterrestre. Se oía el movimiento del agua que causaba la desesperación del invasor.

–Rápido, hay que trepar–la principal razón por la que dependíamos del plan de Bri, era porque una reja rodeaba el paramo en el que estábamos, reduciendo nuestro tiempo de joda, y, por lo tanto, haciamendonos depender del muchacho que nos había ganado un poco de tiempo. Lo que quedaba ahora era aprovechar la ventaja a máximo, así que di un paso en frente y comencé a trepar siguiendo mi propia orden. ZhenZhen me siguió junto con Alex. Los demás no tardaron en unirse.

Salte al otro lado y Dariush cayó al lado mío. Creo que tampoco era muy ágil. Una vez que todos habíamos vuelto a pisar tierra, comenzamos a caminar buscando el camino hacia ese lugar que decían salvaría el mundo. Dejé que los demás se adelantaran un poco y tomé a Bri de la manga de su campera. Lo acerqué hacia mi y lo abracé. Ni me importaba lo que pudiese pensar, y más aún después del beso. Ya no me importaba. En el momento en el que lo había visto en peligro me había dicho a mi misma que iba a cuidarlo, tenía que. De lo contrario estaría poniendo mi propia existencia en peligro. Solo no quería arriesgarme a perderlo.

El calor de su cuerpo me envolvió como la luz del sol lo hace con la luna. Él era el que brillaba, pero su luz se reflejaba en ella. Él era el que tenía las ideas, él que esparcía el bien, él que impactaba al mundo. La luz que irradiaba se reflejaba en mi. Yo era la demostración, al igual que la luna, de que su luz nunca desaparecía. Él siempre estaba ahi, de una manera u otra, pero eso sólo iba a durar si lo cuidaba; y no podía hacer eso si me mantenía enojada por un beso no correspondido.

"Deja de sabotearte"

–No vuelvas a hacer algo así–era una mezcla entre orden y súplica–. Te necesito–era la primera vez que se lo había dicho–. No me dejes.

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Por fin actualizo!!! Yay!!!
Perdón por dejarlos abandonados. Tuve mucha tarea y no pude encontrar un rato para escribir, pero la espera terminó.
De todos modos, no estoy muy orgullosa de este capítulo, pero quería subir algo para no dejarlos con la intriga.
(Pd: si ven algún error de tipeo, díganme que seguro lo pasé por alto)
Gracias por leer y no se olviden de votar 💫

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