12- hurt me

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12- hurt me
12- lastímame

–Max, tenemos que irnos–dijo ZhenZhen mientras golpeaba la puerta del baño–. Por favor, sal–le hice caso y dejé mi escondite–¿Estás bien?–no contesté, no tenía la fuerza mental ni física como para hacerlo.

Vi que Dariush y Alex también estaban afuera del baño, y noté que los tres estaban cambiados, así que fui hasta la habitación para agarrar mi ropa. No había visto a Bri, y tampoco quería hacerlo. Me cambié y salí a buscar mi mochila, la cual se encontraba en el comedor. Los demás ya había salido, así que intenté no tendrá mucho. La pistola seguía allí, eso era bueno, no me atrevía a salir sin ella.

Abrí la puerta y pisé la acera. El cielo seguía oscuro, aún era de noche–Hay que ir por allá–la voz de Bri llego a mis oídos, pero no levanté la vista del suelo; no quería verlo, quería evitar cualquier contacto con él, aunque sabía que escapar de mis problemas no era la solución.

Comenzamos a avanzar y Dariush se me acercó–¿Está todo bien entre ustedes?–preguntó susurrando. Le agradecía por ser discreto.

–¿Por qué no iba a estarlo?–una pregunta para evitar la suya.

–Es qué hay una vibra rara–lo miré con cara de pocos amigos. No quería seguir hablando con él, ya que Dariush fue quien me motivó para besar a Gabriel, así que eso lo convertía en culpable.

–Por favor, déjame en paz–le pedí. Casi le supliqué. No quería pelearme con Dariush, pero si seguía molestándome no dudaría en callarlo con un golpe.

–No creo que te convenga guardártelo.

–¿Que sabes tú sobre mi?–cuestioné intentando no subir mucho la voz.

–No se mucho, pero se que cuando algo malo le pasa a alguien, es mejor contarlo que guardárselo. Se siente bien ser escuchado de vez en cuando. Además, sea lo que sea prometo no burlarme o reírme.

–Creo que tienes razón–tomé mi tiempo para seguir–. Después-después de que hablamos, Bri apareció, y me dijo que no podía dormir sin mi–Dariush me miró sonriendo, supongo que se imaginaba que algo no muy de amigos se avecinaba en la historia.–, así que me pidió que lo abrace, y eso hice. El problema es que lo llevé un paso más allá.

–¿Lo besaste?–me interrumpió con tono de sorpresa, a lo que asentí–Bueno, me agrada saber que no tomaste nuestra charla a la ligera–"de eso debes estar seguro" pensé–. ¿Y qué pasó después?–que impaciente que estaba este chico.

–Él preguntó "¿que fue eso?" Y yo-yo me encerré en el baño.

–Chicos, silencio–ordenó ZhenZhen. Es peligro se escondía detrás de cada casa, detrás de cada piedra, incluso habitaba en cada uno de nosotros; especialmente en mi y en el arma que cargaba. La otra chica del grupo tenía razón, no podíamos hacer mucho ruido, teníamos que estar alertas ante cualquier amenaza.

Al frente del grupo iban Alex y ZhenZhen; esos dos no se había separado en toda la noche. En el medio iban Dariush y Gabriel, estaban hablando sobre alguna tontería que no lograba escuchar.  "¿Y si están hablando sobre mi? No, claro que lo están hablando sobre ti, no eres tan importante". Y finalmente, yo cerraba el grupo. Max, la chica que habías echo todo mal desde el comienzo; no lograba hacer nada bien, y cuando creía que lo había echo, otra vez volvía a fracasar. Era un ciclo sin fin que no me daba descanso.

Estaba tan perdida en mi misma que ni noté que el orden del grupo había cambiado–¿Qué es lo que te está pasando?–Bri estaba a mi lado, y no tenía ni idea de que él era la respuesta a su pregunta–No me digas que no te pasa nada, porque soy tu mejor amigo y se que algo anda mal.

–No puedo creer que no te des cuenta–ahora si me había echo enojar. Se estaba haciendo el tonto, y ya estaba cansada de esa tontería.

–¿Es por el beso? ¿Es eso?–la curiosidad y la inocencia resaltaban en sus ojos oscuros.

–No, no es por el beso–jamás había dicho algo con más sinceridad en mi vida–. Es por la manera en la que reaccionaste–Bri abrió la boca para defenderse pero no lo dejé–. Primero escúchame a mi–este era mi momento de descargar todo lo que tenía enredado en el pecho; este era mi momento de decir todo lo que había ensayado en el baño–. Entiendo que no sientas lo mismo que yo, y entiendo que no quieras lastimarme, pero el silencio es más doloroso que las palabras. Me frustró que no me dijeras nada. Me sentí–pensé mis palabras, quería que hicieran un efecto en él–, me sentí tonta, me sentí estupida, me sentí sola. Tu sabes cuanto odio sentirme sola, y pensé que de todas las personas en el mundo, tu serías él que nunca me dejaría sola.

Sabía que lo había lastimado, sabía, yo lo sabía, y se sentía bien.

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