Capítulo IV

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Sin que lo notara, el jueves llegó. Me pasé la semana muy ocupada y/o en las nubes como para preocuparme de la cita.

Me pongo mi ropa bonita (la que no es para ir a clases), segura de que a Marvin no le molestará si la uso para alguien más... Al menos no tiene que saber que lo hice.

Me debato entre zapatillas y tacones y me tomo más tiempo del necesario en estar lista. ¿Por qué me afecta tanto?

Me pongo un poco de maquillaje, pero intentando que parezca natural. Zapatillas son la mejor opción entonces.

Le texteo a mi novio que voy saliendo y agarro mis cosas, él me desea que me divierta mientras que Philip me anuncia que ya me está esperando.

La puerta trasera del vehículo se abre y ahí está Philip, en un auto similar a la última vez. Me subo rápidamente y saludo con cortesía, me responde igualmente y nos quedamos en silencio.

Es un silencio nada incómodo, pero lo siento demasiado íntimo y decido hablar, notando a través de la ventana que vamos saliendo de la ciudad.

— ¿A dónde vamos?

Él sonríe travieso, pero no me responde. Se ve muy joven sonriendo así, como un niño que tiene muchas ganas de contarte sobre la sorpresa que tienen para ti, pero su madre le ha dicho que no puede hablar.

Miro otra vez por la ventana, quizás el paisaje me dé una pista. Vamos subiendo una colina, la vista de la ciudad es preciosa a la distancia. Lo miro nuevamente y levantó una ceja, él evita mi mirada y niega con la cabeza.

— No voy a decirte —me dice aguantando una risa.

Ha cambiado su estilo tradicional de profesor universitario a algo más casual, por lo que supongo que iremos a otro restaurante bonito y tranquilo en una colina.

— Sé que habíamos acordado en películas y cena —dice de pronto y lo miro—, pero no pude encontrar una que me llamara la atención y sé que sabes mucho de películas, así que quizás la próxima vez puedas elegir tú una.

Asiento pensativa, me pierdo en un recuerdo de él preguntándome en un examen oral algo relacionado con películas y sonrío. Pero no creo que mis respuestas hayan sido indicio suficiente de que "sé mucho" sobre ellas.

— ¿Cómo supo que sé mucho sobre cine?

— Bueno, yo... Em... Es porque... —Puedo ver que está luchando mentalmente consigo mismo y, aunque quiero sentirme mal, en realidad es algo gracioso de ver. Él nota mi sonrisa y eso parece hacer que se calme, inhala profundamente y al fin me dice—: Te he escuchado durante el descanso hablar de ello y se nota que tienes bastante conocimiento del tema. Además, bueno... Has captado mi atención desde hace un tiempo.

Se sonroja violentamente y evita mirarme, mientras puedo notar que mi cara está haciendo lo mismo por su cuenta. Luego de unos segundos, me mira y yo le sonrío, sintiendo que el "rojo vergüenza" abandona mi rostro.

De pronto, el auto se detiene. Él desciende del vehículo y se apresura a abrir la puerta de mi lado.

No puedo contener mi cara de sorpresa y, felizmente, me he equivocado en mi suposición.

No hay ningún restaurante, sólo una mesa arreglada para dos, luces colgando desde el cielo y una dulce música saliendo de alguna parte. No hay nadie más a la vista cuando llegamos, pero mientras nos acercamos diviso una casa a unos cuantos metros, de la que salen dos mujeres de mediana edad.

Le sonrío a las mujeres que nos reciben y miro a mi acompañante. Él me regala una amplia sonrisa, obviamente orgulloso de lo que ha hecho.

— Me encanta —le susurro—. Muchas gracias.

Di mi nombre [DMN1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora