Di mi nombre [DMN1]

Capítulo XI

Veo el sol ponerse a través de la ventana del salón de clases. He estado distraída, dando vueltas a la noche anterior durante todo el día; no parece real.

Félix me ha dejado en mi departamento y despedido como de costumbre. Esta mañana me he levantado sin ningún texto que aludiera a la extraña cena y el mundo ha seguido su curso sin ninguna alteración.

Reviso mi teléfono, de cualquier forma la clase está por acabar y no he puesto atención a nada. Mientras bajo y bajo en redes sociales, un mensaje de Marvin anuncia su llegada.

"Dime que serás mía todo el fin de semana"

"Desde el sábado a primera hora, querido. Toda tuya". Volteo mis ojos divertida mientras escribo la última frase.

"Bien" es toda su respuesta.

Supongo que aún puedo divertirme antes del sábado...

"Hoy es jueves, quieres hacer algo?" Le envío a Philip. Su respuesta no tarda en llegar.

"Después de la cena de ayer? Seguro" Entonces sí pasó; me sonrojo intensamente y comienzo a guardar mis cosas. "Cine?" Dice un texto posterior.

"Suena bien. Mis clases han terminado"

"Te recojo en 30'. Piensa qué vemos"

"Una comedia, me encanta tu risa". Oh, sí.

"De acuerdo. Ponte una chaqueta"

No sé qué responder a eso. ¿Una chaqueta? ¿Acaso planea ir al cine en la Antártica?

Llego a mi casa y me preparo para salir; cambio mis zapatillas por botines, me suelto el cabello y me aplico un poco de maquillaje. Busco en mi clóset una chaqueta bonita, tengo un par de opciones, pero termino eligiendo mi favorita: negra, ajustada, ecocuero, perfecta. Philip me avisa que ha llegado, agarro mis llaves y troto por las escaleras.

Ahora entiendo el porqué de la chaqueta.

Me mira con suavidad, apoyado de brazos cruzados en su Harley. Lleva Converse negras y una chaqueta de cuero del mismo color. Su casco cuelga de su brazo y se vé tan sexy que podría morir ahora mismo. Inconscientemente muerdo mi labio inferior y él sonríe ante mi gesto, ¿es que no sabe qué me está haciendo?

— Hola —me dice como si nada.

— Hola —le respondo con la garganta seca.

— Te ves muy linda —me pasa un casco y se monta en su motocicleta.

Yo simplemente asiento y aseguro mi casco. Me siento a su espalda, intentando no tocarlo. Mueve sus manos hacia atrás, buscando las mías y me hace rodearlo con los brazos.

— Sujétate bien —ordena.

Su voz se ha puesto más grave de repente, su abdomen se tensa bajo mi agarre cuando levanta los brazos e instintivamente lo acaricio unos momentos. Satisfecha con el recorrido de mis manos, le abrazo y apoyo mi cabeza en su espalda con un suspiro.

— Lista —le digo con mi voz inocente y contengo la risa.

— Oh, Harriet —susurra—, ¿qué me estás haciendo?

Tengo la sensación de que no espera una respuesta, pero de todas maneras sonrío, es una suerte que no pueda mirarme.

El sonido del motor y la caricia del viento me arrullan por varios minutos mientras Philip conduce por la carretera. En un impulso levanto un brazo como si pudiera tocar el cielo, el aire juguetea entre mis dedos mientras Philip se ríe de mala gana.