Catalina pincha un trozo de fruta con el tenedor y me mira mientras mastica del otro lado de la mesa. Yo sostengo mi café entre mis manos, pero no siento que pueda moverme si sigue mirándome tan fijamente como lo hace. De pronto cierra los ojos y suspira, se prepara para hablar.
— Entonces dime —hace una pausa—. ¿Estás engañando a Félix?
Si hubiera tenido café en la boca, este sería el momento de escupirlo.
— ¿Disculpa?
— Que si estás engañando a Félix con Marvin —dice lentamente—. Eso estás haciendo, ¿no? Porque no se lo merece.
Trago saliva empujando el amargo sabor de la culpa hacia abajo y esperando no vuelva a asomarse, pero me duele hacerlo. Ella cree que hago con Félix lo que su marido hace con ella y yo soy su cómplice.
— Félix está muy enterado de que "salgo" con Marvin. De hecho, sabe que estoy aquí ahora y que él está enfermo.
Ante mi sinceridad, Catalina se detiene y me mira, poco a poco sumando las ideas y entendiendo qué significa eso.
— ¿Sales con dos personas a la vez? Eso no lo habría imaginado.
— Sí, yo... Soy poliamorosa —le explico.
Ella me mira extrañada pero luego su rostro se suaviza, ha comenzado a entender.
— Pero Marvin es demasiado viejo para ti. Es un amor de persona, pero es hasta demasiado viejo para mí.
— Lo sé, es un poco más complejo que eso. —La miro mientras ella come su fruta al pendiente de lo que diré—. Marvin es mi Sugar daddy.
— ¿Esos viejitos que pagan por tener novia?
Quiero reír, pero lo ha dicho con tanta inocencia que no puedo.
— Sí, eso es una buena definición.
— Nunca imaginé que Marvin sería uno de esos —dice pensativa masticando una uva.
Como ya no está mirándome, le doy un sorbo al café y casi puedo oírlo hacer eco dentro de mi cuerpo no habiendo comido nada desde el doble desayuno del día anterior.
— Debería comer algo —digo en voz alta sin querer y Catalina me mira—. Lo siento, pensé en voz alta.
— Tranquila, te traeré algo —dice y se levanta.
— No, por favor, no es necesario —le digo, pero no alcanza a oírme y ya va llegando al mesón.
La miro comprarme un desayuno y me siento demasiado culpable. No debí haber hecho nada de esto, ella no se lo merece, mucho menos de mi parte. Me sonríe mientras camina con una bandeja hacia mí, puedo ver muchos colores y al parecer todos los grupos alimenticios.
— Listo —dice y deja la bandeja frente a mí—. Ahora mientras comes, cuéntame sobre Marvin, siento mucha curiosidad sobre eso.
— Imagino que así es —concuerdo—, pero creo que en su condición es más relevante que te cuente los antecedentes que tengo en cuanto a la misma.
— ¡Oh, sí, claro! Lo siento mucho, no quise ser desconsiderada.
— No lo fue—. Fuiste —me corrijo y doy un sorbo a mí café—. Bien, creo que Marvin tiene una enfermedad en la cabeza, una condición por la que murió su esposa y él lo sabe. El sábado tuvo complicaciones, imagino que eso está en su archivo, pero recordé el hecho de que tomó algún tipo de medicina ese día y no fueron las aspirinas que yo le dejé, era otra cosa, algo que él tenía y luego de eso mejoró mucho, por lo que creo que, sea lo que sea que tenga, él lo sabe y está en "tratamiento" —enfatizo las comillas con los dedos— que él mismo se recetó.
ESTÁS LEYENDO
Di mi nombre [DMN1]
General FictionHarriet Casanova es una estudiante de Derecho de la OP University que, a pesar de destacarse en sus estudios y ser bastante agraciada, mantiene generalmente un bajo perfil. Tiene una relación seria hace años y sus amigas en la universidad creen que...