Di mi nombre [DMN1]

Capítulo V

— Harriet —me dice Emma muy alegre mientras estamos en el receso después de nuestra primera clase del día—, ¿me acompañas al baño? Así después caminamos juntas a clase con Gregory.

— De acuerdo —le digo levantándome de la banca.

He olvidado por completo que tengo clases con él hoy y necesito urgente arreglar mi cara antes de verlo. Aprovecho que Emma no puede verme para intentar hacer algo con la falta de color en mi rostro; me pongo algo de mascara y pellizco mis mejillas para un rosado natural. De todas formas, no hay nada más que pueda hacer.

— ¿A quién intentas impresionar? —me sorprende Emma con una media sonrisa.

— A nadie. Pero esta mañana apenas tuve tiempo de lavarme la cara, en algún momento tenía que arreglar este desastre —le muestro mi lengua burlona—. No todas tenemos tu belleza natural sin esfuerzos.

— Desearías tenerla, lo sé —me dice mientras seca sus manos—. ¿Vamos?

— Sip. Vamos.

Entramos al salón, saludamos distantemente a nuestro profesor y tomamos nuestros asientos de siempre.

Aún es temprano para que la clase comience, así que preparamos nuestras cosas y hacemos conversación. De reojo veo a Gregory sonriendo a la pantalla de su teléfono e inmediatamente pienso que le habla a su esposa. Mi teléfono vibra, pero él se levanta y comienza a hablar, así que lo revisaré luego.

El señor Gregory suele hacer una pausa a mitad de la clase para que ésta no sea tan tediosa. Mientras descansamos, hago elongaciones de dedos y muñeca y Emma me habla.

— Oye, ¿quieres ir conmigo a esta tienda? —me pregunta mostrando algo en su celular—. Compré un bikini ahí no hace mucho y lo amé, ¿qué opinas?

— Suena como un plan, estoy dentro. Necesito algún conjunto bonito.

Mi teléfono vuelve a vibrar y está vez sí lo reviso, tengo dos mensajes de Philip:

"Te ves linda hoy"

"Cualquier cosa que te pongas se verá bonita en ti"

Me ahogo con mi propia saliva en tanto me debato entre si es tierno o extraño que ponga atención a lo que hablo, pero mientras Emma se ríe de mí, yo me concentro en no morir.

Dejo de lado mi teléfono, no sé qué responder de cualquier modo, así que enfoco mi atención en el discurso de Gregory y sus movimientos. Hay tanta elegancia en ellos, pero no alcanza a ser salvaje, es más como una presa seductora; una gacela o algo similar.

La clase llega a su fin y el profesor nos pide que nos acerquemos a retirar de su escritorio nuestros ensayos, Emma me murmura algo demasiado rápido para entenderle y abandona el salón. Me tomo mi tiempo en arreglar mis cosas y cuando al fin me acerco al escritorio, sólo quedan las personas de la última fila.

Él evita el contacto visual y mantiene su mirada fija en la pantalla de su móvil. Cuando diviso mi ensayo entre toda la pila de hojas, me armo de valor y le susurro:

— Se ve muy guapo hoy —tomo mis cosas y me dirijo a la salida, sintiendo su mirada en mi espalda.

Dos personas pueden jugar este juego, Gregory.

Mi teléfono vibra antes de que llegue a la puerta, pero decido ignorarlo hasta que sea seguro que no verá mi reacción.

Una vez en el pasillo, saco mi teléfono

"No deberías decirle eso a tu profesor" me dice Philip.

"Usted empezó :)"

— ¿Harriet, estás lista? —escucho que Emma me llama