Cap N°39

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Narra Catalina

Salí del estudio y me encontré con Sergi y Anais.

- ¿Que hacen acá?.- sonreí y cargué a mi hija.

- Ocurrió un pequeño problema, pero luego hablamos de eso.- me sonrió Sergi.

- ¿Algo grave? ¿Anais a echo algo?.- miré a mi ex novio.

- No Cata, tranquila.- negó suavemente.

- Me acabas de decir que a pasado algo, como me dices que esté tranquila.- rodé los ojos.

- Y te dije que te iba a hablar del tema, pero luego.- el cabron hablaba muy tranquilo.

- Está bien.- suspiré.- ¿Vamos a un café o algo?.

- No.- negó.- ¿Podemos ir a tu casa o a mi antiguo departamento?.

- Mi casa.- asentí.- he venido en mi auto, te veo haya.- sonreí y asintió.

- Anais ¿Vienes con papá?.- nuestra nena estiró rápidamente sus brazos hacía el ojiazul haciéndolo sonreír.- te vemos haya.- me guiño el ojo.

- ¡Es una carrera!.- habló emocionada.

- Y vamos a ganar.- apoyó su padre.

- ¡No! Ni en sus sueños.- reí y subí a mi auto para luego comenzar a conducir.

***

Anais se había dormido, puesto a que estuvo jugando bastante rato a la play con Sergi, mientras yo cocinaba para cenar.

- ¿Me vas a decir que fue lo que pasó?.- me senté junto a Sergi mientras le daba una mordida a mi taco.

- Si… es un poco delicado ¿Prometes no matar a nadie después de esto?.- limpió su boca y luego dejo la servilleta en la pequeña mesa de centró, nos habíamos trasladado al sofá.

- Roberto habla.- dije seria al escuchar sus palabras.

- Bien.- guardó silencio.- hoy en mi casa a ocurrido algo que no me pareció correcto, Coral le a regañado de manera muy fea a Anais.

- ¿Esa perra se atrevió a tratar mal a mi hija?.- pregunté molesta.

- Déjame terminar, por favor.- asentí intentando guardar la molestia que sentía.- al escucharla me enojé bastante y la mandé a freír monos a África, por eso Anais y yo estábamos esperándote fuera del estudio.- finalizó.

- No tengo nada en contra de tu novia, por más que ella te haya empezado a coquetear cuándo estábamos juntos, pero sinceramente Sergi, si esto pasó es por algo y quizás Coral no quiere a Anais en tu vida.- lo miré.

- No Cata, no voy a dejar que me alejes de Anais, por favor, no puedes hacer eso.- su mirada se volvió triste.

- No he dicho eso, tonto.- sonreí ante su reacción y acaricié su mejilla.- quizás cuando veas a Anais no deberías estar con Coral.- seguí acariciando su mejilla.

- Cata, yo soy capaz de dejar todo por Anais, si Coral no la acepta no es la indicada, necesito a alguien que me haga sentir bien y si rechazan a mi hija claramente no me aman.- bajó su cabeza.

- Esa es tu decisión, Ser.- desvíe mi mirada.

- Yo nunca te engañe con Coral.- me miró.- ella me coqueteba, pero te juro que nunca te fui infiel.- pude ver como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

- Tranquilo, eso es pasado.- sonreí de lado.

- Pero quiero que lo tengas claro. Se que te abandoné cuándo supe de tu embarazo y me voy a arrepentir toda mi maldita vida, pero jamás, jamás, estuve con otra.- las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

Lo conozco y lo conozco muy bien, se que no es de llorar y cuando lo hace es porque en verdad lo necesita.

Lo abracé, fue un simple impulso y escondí mi cabeza en su cuello.

- Confió en ti.- susurré.

La sala quedó en completo silencio, solo podía escuchar los sollozos de Sergi y mi respiración contra su cuello.

- Siempre vas a ser el amor de mi vida.- murmuró.

Salí de mi escondite y lo miré, poco a poco nos comenzamos a acercar, hasta que escuchamos el timbre. Me separé de golpe, Sergi secó sus lágrimas y fui a abrir.

- ¡Que tallll!.- me encontré con Thiago al abrir la puerta.

- ¡Thi!.- me lancé a sus brazos.

Lo invité a entrar y quedó un tanto asombrado al ver a Sergi.

- ¿Interrumpo?.- preguntó, iba a responder pero mi ex se adelantó.

- No, yo ya me iba.- se levantó del sofá.- que gusto verte, hermano.- le dio la mano a Thiago y le brindó un abrazo.

- Lo mismo digo.- le sonrió su ex compañero.

- Que tengan linda noche.- besó mi mejilla.- nos vemos mañana, Cata.- me sonrió.

- Nos vemos mañana, Ser.- también sonreí.

Se fue dejándome sola con mi hermano.

- Quiero que me cuentes absolutamente todo.- me miró Thiago al escuchar que la puerta se cerraba.- y ya quita esa cara de pendeja.- me dio un pequeño zape y caminó hacía el sofá.

Nos tomamos unas cervezas y le conté todo lo que acababa de pasar, era mi hermano mayor y sin duda adoraba sus consejos o cuándo me decía "la pendeja se enamoró".

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Lamento las faltas de ortografía

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Las Recuperaré ➸ Sergi RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora