Cap N°25

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Narra Catalina.

Habían pasado unas semanas desde todo el "Bardo" que se armó en la fiesta de Thi.

Hoy era domingo de resurrección y Anais estaba buscando sus huevitos por toda la casa.

Sergi siguió hablando con Anais, pero mi hija ya no le tenía la misma confianza.

- ¡Muy bien ya los as encontrado todos!.- sonrió Rafa y choco los cinco con su sobrina.

Sonreí al ver que Anais ponía un huevito en la boca de Rafa y esté comía con una sonrisa.

El típico sonido de WhatsApp hizo que dejará de mirar tan bonita escena, era un mensaje de Sergi.

Sergi

Hey, Cata, dile a Anais si quiere venir a buscar huevitos en mi casa.
✔✔

Vale, yo le diré
✔✔

Gracias, me avisas para ir por ella.
✔✔

Vale
✔✔

- Pequeña.- miré a Anais.- Tu papá dice si quieres ir a buscar huevitos en su casa.

- ¿Sergi?.- dijo y yo sólo asentí.- está bien.

Le avisé a Sergi, el cuál en un rato llegó para recoger a Anais.

Narra Sergi.

M

iraba cómo mi pequeña buscaba los huevitos con una gran sonrisa.

- Sus ojos.- escuché la voz de Coral.- se parece a ti.- me dedicó una sonrisa cuándo la miré.

- Si.- asentí.

- Me gusta verte feliz, amor.- me dio un corto beso.

- Gracias.- acaricie su mejilla.

- Estaré adentro.- sonrió y comenzó a caminar.

Pues si, Anais buscaba huevitos en el patio.

- Tengo 40.- corrió hacía mi.

- Ya son todos.- le sonreí.

- Genial ¿Me puedes ir a dejar con mi mamá?.

- An.- suspire.- ¿Vas a seguir así conmigo?.

- Cuándo yo era pequeña tu no me querías, nunca estuviste conmigo.- me miró.

- Yo cometí un error, estaba muy asustado, pensé que no sabría cuidarte.- acaricié su mejilla.

- Aún así.- susurró y bajó su mirada.

- ¿Te a pasado que mami te compra un juguete nuevo y tu tienes miedo de romperlo?.- hice que levantara la mirada y está asintió.- algo así sentí yo, tenía miedo a no ser un buen padre.

Me dedico una pequeña sonrisa y me abrazó, cosa que me hizo suspirar aliviado.

- Eres un buen papá, ojitos, a pesar de tus errores.- habló en mi cuello y me levanté para cargarla.

- Ya extrañaba ese mote.- reí suavemente y entré a la casa.

La senté en la isla de la cocina, mientras Coral cocinaba.

- Iré por mi celular que está arriba, vuelvo en un momento.- sonreí y ambas asintieron.

Narra Anais.

Miré a la novia de papi.

- ¿Que cocinas?.- pregunté curiosa.

- Intento hacer sushi para Sergi.- dijo sin mirarme.

- Eso no parece sushi.- reí al ver los intentos de rollito que tenía sobre la mesa.

Está vez si me miró.

- ¿Quieres saber un secreto, pequeña?.- me sonrió.

- Vale.- también sonreí.

- El conejito de pascua no existe, yo ayude a tu papá a esconder los huevitos.- siguió sonriendo.

La miré mal y bajé mi mirada.

- Anais ¿Pasa algo?.- escuché la voz de mi papá que acaba de entrar a la cocina.

- No, papi.- negué.- quiero irme a casa.

- ¿Por qué? Si íbamos a jugar con la Xbox.- acarició mi mejilla.

- No me siento muy bien.- murmuré.

- ¿Coral le as dicho algo?.- papi miró a su novia.

- ¿Yo? No mi amor, claro que no.- respondió la chica.

- Hija ¿Coral te dijo algo malo?.- preguntó mi padre y yo negué.

- Perdona ¡¿Es que no confías en mi?!.- escuché un grito.

- Iremos a otro lugar An, no te preocupes.- papi me cargó y salimos de la casa para luego subir al auto.

Narra Sergi.

Estaba en mi departamento de soltero, mientras Anais comía huevitos y jugaba en el sofá.

- Pequeña.- me senté junto a ella.

- ¿Si papi?.- preguntó mientras movía los botones del mando.- ¡Gol!.- saltó, estaba jugando fifa.- ¡Ese es mi padrino!.

Observé la pantalla y su equipo era el Atlético de Madrid, hice una mueca.

- ¿Te parece que hagamos una misión juntos?.- ignoré lo anterior.

- ¿De que se trata?.- volvió a sentarse.

- Una canasta de chocolates para tu mami.- le sonreí.

- ¿Para mami?.

- Exacto, pero será un secreto, ella no debe saber que fui yo.- hice el signo de silencio.- shhh.

Está asintió emocionada y nos fuimos al supermercado.

Tiempo más tarde

Luego de comprar todo, la armamos y no dirigimos a casa de Rafinha.

Anais decidió quedarse conmigo está noche, así que llamamos a Cata para avisarle

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Anais decidió quedarse conmigo está noche, así que llamamos a Cata para avisarle.

Cuándo terminamos la llamada ambos bajamos del auto, pusimos la canasta en la puerta, para luego tocar el timbre y rápidamente nos escondimos.

Escuchamos que la puerta se abrió.

- ¿Hola?.- Cata miró a ambos lados en busca de alguien, pero al no encontrar a nadie tomó la canasta y sonrió, supongo que leyó la pequeña nota que decía "Para la morenita hermosa" y se entró.

- Misión completada.- susurré con una sonrisa y choque los cinco con Anais, quién reía bajito.

Nota: Aquí el capítulo número 25, espero que les guste, no olviden votar y comentar ❤.

Las Recuperaré ➸ Sergi RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora