Cap N°44

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Narra Sergi

- ¡Roberto!.- escuché un fuerte grito que me hizo despertar.

- Coral.- murmuré.

- ¡Y yo preocupada por ti!.- me miró enojada.

- Ya basta Coral, está Anais acá claramente no paso nada.- rodé los ojos y salí de la cama.

- Ni pisi nidi.- habló de mala gana mientras me levantaba.- ¡Eres un poco hombre, un idiota, no puedes creer que me hayas engañado!.- gritaba mientras me daba golpes en el brazo y en el pecho.- ¡Es que siempre la has amado, joder! Dime, mirame y dime, la amas ¿Verdad? ¡La sigues amando!.- le tome la mano y la detuve del golpe que me iba a dar.

- Sabes que ¡Si! La amo, Coral, la amo y nunca la deje de amar, tu también fuiste muy importante para mi, pero perdiste el encanto, te ponías celosa de todo y ya no, esto se acabo, tu no quieres a Anais y yo definitivamente ya no quiero una relación contigo, vete, por favor.- la miré fijamente sin soltar su brazo.

- No puedo creer que me hagas esto....- susurro soltandose de mi agarré.- Eres un poco hombre.- me dio una bofetada y se fue del departamento.

Me intenté calmar, tenía ganas de golpear todo.

- Joder, joder, joder.- murmuré tapando mi cara.- ¡Joder!.- le di un golpe a la mesa.

- Ser.- sentí sus manos rodeando mi cintura.- tranquilo.

Voltie y la abracé para luego esconder mi cabeza en su cuello.

- ¿Que estoy haciendo con mi vida?.- murmuré.

- Quizás hiciste lo correcto, no puedes seguir ilusionando a Coral y seguir engañando tu corazón.- me sonrió mientras acariciaba mi mejilla.

- Tienes razón.- suspiré y junte mi frente con la suya, mi mirada se fue a sus labios y no dudé ni un segundo en besarla.

Se sorprendió, pero me lo siguió, sus labios seguían teniendo el mismo sabor a fresa, debido al hidratante que ponía sobre ellos.

- ¡Estáis juntos!.- un grito de Anais hizo que nos seperaramos.- ¡Santa si le leyó mi carta! ¡Genial, genial, genial!.- saltaba feliz.

Reí al ver su reacción y la cargué.

- Aún no es nada oficial, pequeña.- acaricié su mejilla.- luego lo vamos a hablar mami y yo.

- Vale.- asintió sonriente.

Catalina la cargó y la sentó sobre la encimera mientras que yo cocinaba algo para desayunar.

- Mamá, si Santa leyó mi carta significa que… ¿Si voy a conseguir un novio?.- escuché su voz emocionada.

- ¿Como que novio?.- pregunté.

- Ups.- río levemente Anais y se escondió en el cuello de Cata.

- Señorita, usted está muy pequeña para esas cosas.- rodé los ojos.

- Pero papi, ya hasta me peino solita.- hizo un puchero.

- Ah nono, eres una bebé.- negué mientra la apuntaba con la espátula.

- Ush, aburrido.- me saco su lengua.

- Y haber ¿Quién sería ese novio que tanto quieres para Navidad?.- la miré fijamente y sólo rió nerviosa.- Será ¿Thiago Messi, Mateo, Monito Vidal, Benja, Sasha? O quizás ¿Milán Piqué?.- pude notar como al nombrar a Milán se puso rojita y se escondió en el cuello de Cata.

- Papi, no seas metiche.- salió del cuello de su mamá y me volvió a sacar la lengua con una sonrisa.

- Te estaré vigilando.- reí mientras la miraba y solo vi como Catalina sonreía.

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Las Recuperaré ➸ Sergi RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora