Cap N°48

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Narra Catalina

Nos encontrábamos en el funeral de la madre de Ser, habían periodistas, viejos amigos de la familia, compañeros de Sergi, entre otros.

- Tranquilo, nene.- acaricie su mano brindandole mi apoyo.

Anais estaba en los brazos del oji azul, escondida en su cuello mientras sollozaba.

Ser estaba de traje, mientras que yo y Anais vestiamos vestidos negros.

La misa comenzó y con ello vino lo típico, las palabras, un pequeño vídeo con múltiples fotos de la señora María, cosa que hizo a Ser y Anais llorar aún más, mi pequeña sobre todo cuando aparecieron algunas de las pocas fotos que había conseguido con su abuela paterna.

Después del precioso homenaje comenzaron a colocar la tierra sobre el cajón. Sergi rompió en un llanto que me hizo romperme en mil pedazos junto con el.

- Tranquilo.- lo abracé por el cuello mientras el se refugiaba en mi hombro al igual que Anais, quien lloraba en los brazos de su padre.

Al terminar varias personas se acercaron a brindar unas palabras de apoyo a la familia, mientras que yo me encontraba acariciando la espalda de Ser quién seguía llorando.

- Fran.- murmuré.- ¿Te puedes quedar con Anais unos minutos?.- sonreí.

Y tanto ella como Marc asintieron.

Tomé la mano de Sergi y me lo llevé a un lugar lo más lejano posible, sin paparazzis ni gente.

- Ser, calmate.- acaricié su cabeza haciendo que los sollozos se hicieran cada vez más fuerte.- mirame.- lo saque de mi cuello y lo miré a sus ojos azules.- estoy aquí, estoy aquí para ti, para apoyarte, aconsejarte, cuidarte, defenderte, protegerte, para cada cosa que tu madre hubiera echo.- acaricié su mejilla por la que sus lágrimas se deslizaban.- Amor, no estás solo, me tienes a mi y a Anais, estamos para ti y tu hija te necesita bien, nos necesita, se que es difícil y doloroso, pero saldremos juntos.- sonreí y Ser solamente me besó.

Beso que le correspondí, ese beso que me llevó a recordar lo mucho que lo amé, lo amo y lo amaré.

- Hostiaaaaaa, perdón.- la voz de Marc nos hizo separarnos.

- Dios.- susurre avergonzada escondiendone en el pecho de Sergi.

- ¿Estáis juntos?.- preguntó Marc y sonreí al escuchar una pequeña risa de Sergi.

- No de forma oficial, pero algo se esta dando.- Ser sonrió.

- Me alegra saberlo, se lo mucho que se quisieron y se quieren.- Marc sonrió.- en fin, Coral te esta buscando, bro.

Ambos nos miramos con confusión y ser decidió ir mientras yo y Marc volvíamos junto a Anais y Fran.

- Princesa, deja de llorar.- la cargué.

- La abuela….- susurro mientras sollozaba.

- Tranquila, cariño.- acaricié su espalda.

- ¿Aún esta llorando?.- Antoine se me acercó preguntando casi en un susurro.

- Si.- asentí.

- Anais, princesa, deja de llorar.- Anto me la arrebató.

- Quiero a mi abuelita.- murmuró bajo rompiendo a llorar nuevamente.

- Yo se que tu la quieres, la amas y ella también lo sabe.- Antoine le sonrió.- te va a estar cuidando en cada momento, a ti y también a tu papá, probablemente ahora nos este escuchando.- Anais lo miró con curiosidad.- a ella no le hubiera gustado ver a su chiquitita de ojos color cielo así de triste.- secó con su pulgar los ojos de An.- anda, una sonrisa que tu abuela le encanta verte feliz.- sonrió Anto y Anais también, logrando que se calmara.- muy bien.- el francés besó su mejilla.

- Gracias.- murmuré a mi mejor amigo a lo que solo me guiño el ojo.

Todos miramos a Sergi al verlo llegar de su conversión con Coral, venía con una expresión de nerviosismo.

- ¿Todo bien?.- le sonreí.

- Si… solo quería darme sus condolencias.- sonrió un poco y asentí un poco dudosa.- ¿Te sientes mejor? Princesa.- Sergi le sonrió a An, la cuál asintió y le brindó un calido abrazo a su padre.

- A la abuela no le gusta vernos tristes, así que hay que sonreír.- Anais le sonrió a su padre.

- ¿Verdad que si? Tienes mucha razón.- la cargó besando su mejilla y yo solo sonreí.

Marc y Fran se despedieron, al igual que Antoine y así la mayoría de la gente hasta que solo quedó la familia de Ser.

- Toca despedirse.- murmuró mirando la lápida.- te voy a extrañar mucho… me harás muchísima falta.- susurró mientras yo acariciaba su espalda.- gracias por ser la mejor madre del mundo.- sonrió mientras unas cuantas lágrimas se escapaban.

- Y abuela, porque eres la mejor abuela del mundo y te prometo que cuidaré muchísimo a papi, al abuelo y a tia Anna, tal y como tu lo hubieras echo.- sonrió Anais haciendo que Sergi se emocionara.

- Vale, que ya esta bueno de llanto.- besé la mejilla de Sergi.- ella no nos quiere tristes, nos quiere felices y lo más importante, juntos.- tomé la mano de Sergi.

Luego de aquello nos fuimos a casa para descansar, Anais se durmió y Sergi y yo nos quedamos en el sofá

- Cata ¿Tu y yo que somos?.- preguntó un poco curioso mientras que su cabeza se encontraba afirmada en mis piernas y mi mano acariciando su cabello.

- Pues no lo se, Ser… creo que estamos intentando algo ¿No?.- murmure.

- ¿Estás dispuesta a que volvamos, formamos una relación y también una familia?.- me miró.

- Suspiré y solo sonreí al ver su carita de desilusión.- claro que si, bobo, estoy dispuesta a eso y más.- reí levemente.- pero tiempo al tiempo, ojitos.- sonreí.

- Tiempo al tiempo entonces.- me dio un pico y se volvió a acurrucar junto a mi.- te quiero.- susurro abrazandome.

- Yo también te quiero, nene.- murmuré.

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Las Recuperaré ➸ Sergi RobertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora