Una maldición jamás imaginada acechaba al reino. El rey se encuentra desesperado buscando la forma de detener la maldición que los amenazaba. La única forma era encontrar al heredero verdadero del trono real. Lucy era huérfana desde niña, y su único...
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"Primera noche"
El baile se extendió hasta entrada la noche. Sin duda alguna los invitados estaban disfrutando de la fiesta. Lucy rió con recato mientras compartía un momento con sus amigas. Miró de reojo a las personas a su alrededor buscando a Natsu, pero él parecía haber desaparecido de su vista luego de su baile inicial.
—Esto parece una película —dijo Levy mirando a todas personas que se encontraban en el lugar. Desde reyes de otros reinos, duques y marqueses, hasta personas tan sencillas como ellas. Invitadas de Lucy, naturalmente.
—Es como un sueño —comentó Juvia quien no le había quitado el ojo a Gray desde que estaban en la catedral.
—Ya, pero bueno —se apresuró a decir Kana, quien lucía increíblemente incómoda ese día—. Hablemos de algo demasiado importante que sucede este día —dijo mirando a Lucy.
—Es cierto, Lucy es princesa ahora —respondió Levy con una sonrisa, Lucy se sonrojó.
—No, no es eso —dijo Kana dejando su copa a un lado—. Hoy es la noche —susurró para que solo sus amigas pudieran oírla. Juvia se tapó la boca comprendiendo de inmediato, pero Levy y Lucy le miraron confundida, la morena rodó los ojos—. La noche de bodas, tu primera vez —explicó mirando a la rubia. Lucy sintió su rostro arder, no había pensado en eso y aunque sabía que no sucedería absolutamente nada, se avergonzaba solo de imaginarlo.
—¡Kana! —chilló Levy acalorada. Hablar de ese tipo de temas no era común para ellas. La morena se rió con ganas.
—Es la verdad —respondió tomando ahora el brazo de Lucy—. ¿Has preparado un atuendo especial? O espera, ¿Te lo han preparado verdad? —preguntó entre divertida e intrigada por el tema.
—No, no hay nada de eso Kana —respondió Lucy bajando la mirada.
—¿Podemos hablar? —preguntó por detrás Sting. Lucy se tensó, y sus amigas le miraron con curiosidad.
—Si tienen un tema privado, por nosotras no se preocupen —se apresuró a responder Levy, quien en cierto modo conocía los sentimientos del rubio por su amiga. Kana frunció el ceño y Juvia simplemente perdió la atención volviendo a concentrarse en Gray quien bailaba ahora con una bonita joven de cabello azul.
Lucy caminó hacia la terraza a través del gran ventanal que se encontraba abierto. El aire fuera estaba fresco, y solo por instinto se abrazó a si mismo acomodándose frente a la barandilla de mármol. Sting se quitó la chaqueta con la intención de colocarla en la espalda de la joven, pero Lucy se adelantó.
—No es necesario, Sting —dijo ella mirándolo de reojo. El rubio asintió acomodando la prenda en su brazo y apoyándose en la baranda de espaldas al paisaje de los grandes jardines traseros—. Supongo que quieres una respuesta a la pregunta del otro día —dijo Lucy observando las bellas hortensias ya florecidas.
