Capítulo 15: Comité de bienvenida [Borrador]

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▬ Latea, ¿a qué te referías con eso de que el espíritu de Ryuss ya no se encuentra aquí? ▬ Interrogó Bartolomé, deteniendo el paso de la hermana Latea al sujetarla por la muñeca, con la fuerza justa para darle a entender que no se marcharía sin una respuesta. Cualquier cosa que estuviera relacionada a Ryuss lograba sacar su peor lado, sobre todo algo tan súbito e inesperado como que la hermana Latea fuera capaz de llegar a tener alguna relación con este. 

▬ Aquella... "Visión" que hemos presenciado, sucedió hace más de cien años. ▬ Comenzó a explicar con calma la hermana Latea, sin siquiera saber a ciencia cierta qué fue lo sucedido en aquel momento. ▬ Aquella mujer se encuentra muerta hace ya demasiado, sea quien sea aquel que consumió su vida, ya no puede hacerle daño, ¿no te parece? ▬ Interrogó la hermana Latea, mientras que con delicadeza se soltaba del agarre ajeno para juntar sus manos ahora que se encontraba liberada. Bartolomé era realmente un buen muchacho, pero sería injusto para él involucrarlo aún más en aquel lío en el cual ella misma se encontraba metida. Para la hermana no era ningún secreto que el castaño se encargó de acabar con la vida de Ryuss, pero simplemente no estaba listo para conocer el resto de la historia y, ella,  mucho menos para anunciar abiertamente su participación en determinados sucesos. 

▬ Latea... Realmente lo lamento. ▬ Respondió apenado ante la fémina, realmente ya ni siquiera sabía donde se encontraba su cabeza aquellos días, iba a dormir cada noche pensando en que de momento a otro, podría irrumpir la policía a ponerlo bajo su custodia por el asesinato de Ryuss. Pero cada noche, nada sucedía, nadie había encontrado el cuerpo de aquel y por temor, ni siquiera se atrevió a preguntarle al monseñor Gabriel qué es del paradero de aquel brujo. De hecho era aquello en lo que debería enfocarse, porque nada sucedió, la academia pareció ni siquiera advertir la ausencia del profesor, por lo cual, alguien se había encargado del cuerpo. Pero, ¿era aquel ayudante misterioso un salvador? ¿O acaso se trataba de otro demonio que carcomería sus pensamientos? Sin importar desde que punto se viera la situación, se trataba de un panorama desfavorable. 

▬ "Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, contra mí ha levantado su calcañar." (Salmos 41:9) ▬ Recitó la hermana Latea, haciendo alusión a aquella desconfianza que parecía haber despertado en el castaño. Por mucho que su pecho doliera al mentir, pretendía ser la única que se encontrara envuelta en la oscuridad de la academia, procurando proteger aquellos a quienes pudiera dentro de sus posibilidades. 

Entonces ambos separaron caminos. Bartolomé se adentró nuevamente a la academia, sin embargo Latea, quien ahora contaba con el tiempo brindado por su descanso, rodeó la edificación, respirando el aire del campo, los pastizales y siendo asechada por la sombra del peligro que aquel día en particular parecía presentar. En efecto, los páramos tenían un aspecto incluso más terrorífico del que habitualmente ostentaban, la víspera de todos los santos despertaba a aquellos que no eran capaces de conciliar el descanso divino, aquellos de quienes se contaban historias de terror que ahora se convertían en realidades más terroríficas que lograban superar sus propios mitos. Pero la hermana Latea contaba con su propia historia y había decidido que era momento de afrontarla. 

▬ Disculpe Monseñor, pero realmente me gustaría saber que sucedió, era un excelente profesor. ▬ Inquirió Bartolomé, quien había ido expresamente a la oficina del monseñor Gabriel a buscar alguna respuesta referente al profesor Ryuss, necesitaba calmar su consciencia. No del asesinato en sí, aquel pecado del cual no se arrepentía, pero de las consecuencias de este. 
 Jesse no demoró en cerrar la carpeta que se encontraba revisando tras prestar atención a la (para él) notoria mentira por parte del castaño, así llegando a finalmente incorporarse a la conversación que hasta el momento, había sido de dos partes; Pero antes de que pudiera hablar, fue el monseñor quien aclaró su voz, enseñando por primera vez en años lo que pareció ser un deje de molestia en su habitualmente calmo semblante. 

▬ Renunció, ni siquiera fue capaz de darnos el tiempo de encontrar un suplente para su materia. De hecho, le dejó la carta de su renuncia a Jesse. ▬ Explicó el monseñor Gabriel, mientras que Jesse entonces sonrió carismáticamente, luciendo como aquel perfecto amigo que siempre se encontraba cerca para tranquilizar el ambiente, mismo que en este momento se había tornado tenso. 

▬ Así fue. Aunque bueno, ni siquiera se tomó el trabajo de dejarla en persona. ▬ Aclaró finalmente el pelinegro rascando la parte trasera de su cabeza con inocencia, quien en realidad contaba con todo el conocimiento acerca de que había sido su ex compañero, Bartolomé, quien intentó asesinar por primera vez al profesor Ryuss. Era de él [Jesse], de quien los secretos de la academia parecían no escapar, por lo cual siempre se encontraría un paso delante de estos para no verse envuelto en problemas ni arriesgar su magnífica reputación ante los demás. 

▬ Pero bueno, hijo mío, así están las cosas. Ya he encontrado su reemplazo, la profesora Claire Catwell llegará dentro de una semana para tomar su puesto. ▬ Explicó entonces el monseñor Gabriel, enseñando de cuenta nueva una sonrisa apacible. Y tal parece, el castaño se encontraba nuevamente donde había comenzado, sin tener pista alguna acerca de lo que realmente sucedió con el cuerpo sin vida de Ryuss que incluso en su ceguera, aseguró que se encontraba muerto. 

PurgatoriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora