Mi primer instinto al ver a Noa Kamski tan cerca de es intentar atraparla, sin embargo todo mi cuerpo está firmemente asegurado a una especie de mesa en posición vertical.
Me sacudo para intentar soltarme, lo que la hace reír por lo bajo antes de alejarse de mi para teclear algo en una computadora.
Miró a mí alrededor, estoy en una especie de laboratorio, cerca, mucho más de lo que me gustaría está el RK900.
De a poco mi mente empieza a recapitular lo sucedido en la catedral, nuevamente intento soltarme de lo que me sostiene, aunque al parecer es en vano.
—Basta, quédate quieta de una buena vez.— Ordena el androide.
—Jodete.— Gruñó sin quedarme quieta, sé que es inútil, pero lo hago solo para molestarlo. —Jodánse los dos.
—Ah, los divergentes y su eterna rebeldía...— suspira Kamski —Es una pena que no se den cuenta que es mejor sujetarse a la naturaleza de su programa, es como debe de ser, además les evita sufrimiento.
—¡¿Dónde está?!
—¿Quién, querida?— Pregunta sonriendo de una manera que me crispa —¿Connor, Bill? Se clara.
—No solo ellos, North y los demás de la catedral.
—No pierdas tu tiempo pensando en ellos, pronto quedarán en el olvido, juntó contigo, solo debo de terminar de descifrar ese programa tuyo, Elijah verdaderamente hizo un trabajo magnífico contigo y eres la última de tu clase, no pienso dejar ir la oportunidad.
—¿Qué demonios quieres?
—¿Qué te hace pensar que te diré de buenas a primeras mis intenciones? Te creía lista, Alexandra, al menos Elijah te tenía en un pedestal de perfección, lastima, al parecer está equivocado.— Se mofa haciéndome enojar aún más.
—Maldita seas ¡Dejá de burlarte de mi o te las vas a llevar en toda la boca!— Gritó sintiéndome muy frustrada.
—Eso ya lo veremos.— Murmura sonriéndome de manera burlona antes de dirigirse al androide. —Quedate aquí y cuida que nuestra invitada no cause problemas, iré a ver si han avanzado con el RK800.
—¡No, no le hagas nada a Connor!— Gritó sacudiéndome con tal fuerza que siento que las cosas que me sujetan se aflojan un poco, la mujer se vuelve a reír y se acerca para acariciar con aspereza mi mejilla. —¡Si lo lastimas me encargaré de terminar con tu miserable vida con mis propias manos y sera de la manera más cruel que se me ocurra!
—Ay ¿Por qué se enamoran? Descuida, ya verás que pronto pasará ese sentimiento tan incómodo.— Dice mientras sale del lugar.
Sigo tratando de soltarme, lo cual parece poner de muy mal humor al androide, tiene muy mal carácter para estar sujetó a su programación. A pesar de mis esfuerzos nada parece funcionar, lo cual me desespera, pero no claudicó.
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Keep on fighting
RandomHa pasado un año desde la victoria en la Plaza Hart y solo estoy segura de tres cosas: La primera, nunca me hubiera podido imaginar que las cosas se pudieran ir al carajo de esta manera, la segunda, debo mantener con vida a todos los que me importan...