Perdidos

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Abro los ojos sintiendo la respiración agitada, no sé dónde estoy ni como llegue aquí, miro a mi alrededor, estoy en una habitación oscura, las paredes son de ladrillo, a mi lado derecho hay una especie de barrotes. Me levanto del piso y me acerco para asomarme, veo las sombras de al menos tres personas y una bastante más pequeña. Siento una mano tocar mi hombro desde la otra celda, lo cual me hace retroceder.

— Alex, me alegra que hayas despertado ya — me dice quién me sujeta, no se quien sea, pero me parece que lo conozco de algo — Soy yo, Josh — niego ligeramente, no tengo idea de porque me está hablando, demás no sé porque me dice Alex.

— Yo... — balbuceo — No te conozco.

— La reiniciaron, no recuerda nada, no te esfuerces tanto — dice alguien más, una mujer — La han vuelto una máquina.

— No, no, ella sigue ahí— insiste el tal Josh — Alexandra, debes de hacer un esfuerzo, recuerda, debes de recordar a Markus, North, Jericho y a Connor — ese último nombre hace que la cabeza me duela.

— Connor... —susurro.

— Sí, Connor, debes de recordarlo — miro al piso, la verdad es que por más que me esfuerzo no puedo recordar nada.

Se escuchan los pasos de alguien en el exterior de la celda, todos giramos la cabeza a esa dirección para ver quien se acerca, una mujer alta se acerca y abre mi celda, me hace una seña para que me acerque así que la obedezco sin cuestionarme nada.

Antes de poder salir de la celda el otro chico me toma del hombro antes de que pueda seguir caminando. Giro la cabeza para verlo, me parece que está desesperado, respira profundamente antes de hablar en voz baja.

— Pelea. — vuelvo a girar mi cabeza al frente y camino hacia la persona que me espera en la entrada de la celda.

Camino tras la mujer, subimos varios tramos de escaleras hasta llegar a una sala bastante grande y lujosa. Miro a mi alrededor, me encuentro de frente a un espejo, mi cabello está recogido en una cola y es color castaño claro y en mi sien hay un LED color azul.

Algo dentro de mí me dice que algo está mal, que esa no soy yo, me viene a la mente una imagen de mí misma, pelirroja, sin ese LED en mi cabeza y menos diligente de lo que me veo ahora. Sigo mi camino detrás de la mujer. Hasta que se sienta en uno de los sofás. Me mantengo de pie frente a ella, quien se cruza de brazos antes de hablar.

— Querían llevarte a la planta principal, afortunadamente me dejan quedarme con los que más me gustan, ustedes los androides son realmente geniales, me gusta de verdad la manera en la que se facilita la vida de uno con su ayuda, en fin, necesito que te hagas cargo de un par de cosas antes de darte tu verdadera misión. — Asiento sin entender del todo. — Desde que los androides se revelaron y ganaron el orden natural de las cosas se ha alterado, es preciso que busquemos la manera de retomar el control, CyberLife solo ha perdido desde que se dejaron de fabricar androides.

— ¿Qué puedo hacer para ayudarla? — pregunto colocando mis manos en mi espalda.

— Primero necesito que vayas al piso de arriba, ahí tengo información que te puede ayudar para tu primera misión, cuando termines regresa aquí para decirte que es lo que harás.

— Entendido — digo antes de dar media vuelta para ir escaleras arriba.

Cuando voy subiendo veo varios portarretratos, en uno de ellos veo a tres personas, una mujer joven que me es familiar, la misma mujer que está abajo y otro hombre que me suena de algo. Analizo la foto, la mujer joven se llama Elizabeth Grey, nacida el 31 de octubre de 1999, la otra mujer se llama Noa Kamski, nacida el 29 de febrero de 2000 y el hombre es Elijah Kamski, nacido el 17 de julio de 2002.

Keep on fightingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora