Capítulo 33: Mi vida por la tuya

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Con un mayor animo, todos lo intentamos; queriendo tener la experiencia de tener el mando de esa aptitud pero no ocurrió otro impresionante acto, mientras que el de melena matizada se dedico a recuperarse.
Diría que nos llevo varios días, yo comenzaba a frustrarme, el ojigris se le dificultaba acostumbrarse a los agotamientos extremos.

Hicimos una petición a Aarón de que tuviéramos un día para relajarnos; especialmente emocional, consecuencia de la baja autoestima de las repetidas derrotas; todos decidimos ir a una cafetería cercana después de la escuela.

Cada uno pidió lo que mas le atrajo del menú.
Por mi parte, fue dulce ambas partes, mi bebida era un moka blanco y pay de queso, olvidando de que fruta.

-Estoy harto -Comento el pelirrojo con frustración, bebiendo de su café americano, para después comer una gran porción de su crepa rellena de ingredientes endulzantés.

-Ni lo menciones, llega a ser fastidioso -Corrobore

-¿Como pudiste Sebastián? -Interrogo la azabache bebiendo de su smoothies de mango y quitando la envoltura del muffin con el interior lleno de alguna jalea.

-No tengo idea, solo... Supongo que requiere de fuerza de voluntad, eso es lo que hago -Mordio su croissant.

-No quieres decir tu secreto, queriendo ser el único que lo consiguió -Exclamo Carter divertido, golpeando con su codo el brazo del contrario que bebía de su capuchino y lo miro molesto.

-Debe de existir algún componente que diferencia de un elemental completo de otro -Indico la ojiazul.

-Bueno, basta; se supone que estamos aquí para distraernos de eso, no para continuar torturándonos con esto, ya lo lograremos; tenemos que hacerlo -Expuso el masculino de ojos negros.

-Carter tiene razón -Confirme.

-Siempre la tengo Kelly -Chasquié la lengua.

Celeste comenzó a recibir repetidas notificaciones en su celular, llevándose nuestra atención, miro la pantalla sin interés, tomando de su bebida; aunque, al ver al remitente, lo agarro entre sus manos y respondió los textos.

-¿Tu novio? -Interrogo el pelirrojo con una sonrisa mordaz a la ojiazul -Si Sebastián fue capaz, no dudaría que tu también Celeste -La mencionada río.

-Es mi madre -

-Que extraño nombre -Contesto y Golpee su hombro.

-Creo que... Tengo que irme, lo siento chicos -Manifestó afligida la joven de orbes cobalto.

-No hay ningún problema -Respondí.

Ella agarro su mochila y termino rápidamente con su almuerzo y antes de irse, se dirigió a mi.

-No llegare para las practicas -Acepte y se retiró.

-Siento pena por ella; es decir, cuando tu madre te obliga a llegar a casa hay problemas -Enunció encogiéndose de hombros el de melena carmesí, finalizando su café.

-Calla -Pronuncie con burla.

Transcurrimos unos minutos más conversando de temas triviales, el de cabello cobrizo realizo una llamada que no fue duradera y regreso con nosotros; aquello paso desapercibido, teniendo una jovial nueva charla con su regreso; lo que no puedo ignorarse fueron algunos mensajes y una llamada en el celular de ojigris, quien sorprendido y al mismo tiempo inquieto la respondió.

-Diga... -Se alejo unos instantes.

-Si... ¿Te vas a acabar eso? -Pregunto Carter señalando mi postre, comí una ultima cantidad y se lo entregue que gustoso la aceptó -No tienes mal gusto -Me quede en silencio observando a el chico de cabello peculiar -Fue un cumplido -

2° Las Bestias Elementales [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora