Capítulo 25: ¡Nada de benevolecia!

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CARTER:

Caí en consecuencia de las fuertes vibraciones en la corteza y Sebastián me igualo, Celeste logro sostenerse de la causante del temblor, que se mantenía estoica, sus brazos extendidos y luego los descendió con lentitud para disipar los efectos en el suelo; me incorpore.
Siendo sincero, nunca experimente un desastre natural de esa magnitud; a pesar de ser provocado, era insólito .

-Carter fuiste victorioso -Sonreí cansino pero suntuoso por el diligente combate y la felicitación de Aarón.

He percibido en diversas ocasiones que todo lo que dice es lo que desea escuchar el receptor de esto; es capaz de convencerte con sus premisas bien argumentadas

-Por otra parte; Sebastián -Observo al mencionado que se levanto de su sitio y camino con la dificultad de su pie derecho, el cual simplemente se apoyaba para evitar caer al aproximarse a nosotros.

Me desplace rápido y llegue a su lado, colocando su brazo sobre mis hombros para auxiliarló. Ambos curvamos nuestras comisuras con agotamiento y me percate de lo desaliñado que nos encontrábamos, también cubiertos de pies a cabeza y con el cabello matizado del marrón de la tierra que se había impregnado en el; sin duda, provocaría las cuestiones de muchas personas, obviamente, las ajenas a este enfrentamiento.

-No me gustaría decirles esto -Se aclaro la garganta el entrenador -Pero, tu error mas grave Sebastián, fue el remordimiento -Repuso con firmeza -Comprendo que se trataba de Carter ahora; no obstante, cuando tu lugar sea en el desenlace de la verdadera batalla, las cosas cambiaran. Ellos jamas sentirían empatía, si tienes la oportunidad de acabarlos ¡No lo dudes! -Me quede estupefacto; sin ser el único, relegando a la castaña, quien su porte seguía mesurado, mi mejor amigo asintió con la cabeza, una sola vez con certeza -Eso es todo por hoy -

Se retorno de vuelta al templo. Raquel nos inspecciono a todos unos segundos y se fue tras el mayor cabizbaja.
Comprendo que su intención no es corromper nuestra moral, pero sus palabras fueron demasiado severas, incluso en mi consideración. Los tres elementales remanentes nos mantuvimos rígidos.

-V-vamos -Comento Sebastián dubitativo y accedimos siguiendo los pasos del par anterior e ingresando a la construcción

-Lo entiendo; e insisto que es necesario -Menciono la de orbes caoba al adulto

-¿Que ocurre? -Interrogue y la femenina que realizo la exclamación anterior movió la mano, haciéndolo intrascendente e incorporándose del suelo, sacudiendo su ropa ligeramente, fruncí el entrecejo.
Deje que el de ojos grises se sentara en alguna estructura y al intentar mejorar su posición de la que lo había dejado, se quejo ligeramente

-Sanara en poco tiempo; tenemos esa especie de capacidad que... -Coloque mi índice en los labios de Raquel y ella se silencio, mis iris se posaron en su boca

-Es absurdo que lo expliques -Le susurré y chasquié la lengua -No intentes justificarse -Pase mi mirada gélida de Aarón a los orbes sepias que me observaban con confusión frente a mi

Percibir la penumbra que se distribuía por el lugar, lanzando una flamante esfera que los presentes tuvieron que cubrirse. El fuego llego a la antorcha con mi símbolo, eliminando casi por completo la fúnebres.

Abandone el santuario, alejándome lo suficiente, andando sin un rumbo que; casualmente, me llevo a el lago que tiempo atrás nos dedicamos a pescar en aquel evento escolar. Y mi mente se perdió en esos recuerdos, donde admitiría que era ignorante pero disfrutaba de una vida mas complaciente.
Moje mi rostro con el agua que aun permanecía cristalina y en esta se reflejo mi rostro, por otra parte, también divise algo atrás de mi.

-No tenias por que seguirme -Dije -Y espero que los demás no te acompañaran -

-¿Que te lo permite prohibirme? -Sonreí, esta ya tan conocida insumisión índole -Y no, no vinieron conmigo -

2° Las Bestias Elementales [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora