Capitulo 26: Sebastián

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-¿Que? ¡No! No, fue una discusión y si, intercambiamos algunos golpes, pero Carter detuvo la pelea -Mentí y en la femenina aun permanecía el gesto anterior -Jamas use mis habilidades -La mujer se destensó

-Es bueno que sepas defenderte sin tu "Don" -Realizo comillas con sus dedos mi padre, sin vernos

-S-si -Murmure, rascando mi nuca

-Me alegra que Carter estuviera ahí, espero que aquellas personas no vuelvan a incordiarté. Debí imaginar que tenias una buena razón; hacia años que ocurrió la ultima y dejaste de ser ese chico... -Agrego sonriendo y paso su pulgar retirando un poco de tierra de mi barbilla.

-No sucedió nada -Afirme, rodeándola con mis brazos, inclinándome; consecuencia por ser mas alto que ella, me correspondió de la misma manera, en un breve abrazo.

-En verdad no tengo hambre -Vacilo antes de permitirme ir a mi dormitorio.

Me lance a mi cama, poniendo mi antebrazo en mis ojos, inhalando y exhalando dos veces, con fuerza.
Le tenia una gran consideración a mi progenitora, se preocupaba por nosotros durante casi las 24 horas del día; sin embargo yo evitaba que lo hiciera, al menos por mi. Ya tenia suficientes responsabilidades; y no me había dado cuenta en mi infancia de el sacrificio mental que ella hacia.

Con el tiempo esa dura realidad me golpeo y los problemas que le desarrollaba fueron desvaneciéndose. Por otro lado; el asunto empeoro para todos con la manifestación repentina de mis poderes, por eso evadía su uso, estrictamente impuesto por mi madre y, también por mi. Era una representación de mi parte para hacerla olvidar de que existían, hice muchas privaciones, no obstante; yo podía soportarlo.

En cambio, mi padre... Quiero pensar que nos estima de algún modo, aun que la demostración no sea un medio que utilice.
Abastecía nuestro hogar y se hizo cargo de ambos durante años, sin negarse pero le generaba mas angustias a mi progenitora de las que ella misma toleraba y yo le eludía. Algunas veces, yo también sufrí estrés por su causa, aprendiendo a lidiar con el.

En una ocasión, intente buscar empleo en secreto, no por nuestra economía; nunca fue tan mala, sino por algo en que liberar mis pensamientos y que fuera productivo. Mi madre confundió mis intenciones al respecto cuando lo descubrió, creyendo que quería independizarme y eso la entristeció; a pesar de mi insistencia en que era errónea esa suposición. Hasta que lo supero al tomar en cuenta que seguía aquí.

Luego los entrenamientos dieron su inicio y ese era el pasatiempo que necesitaba. Me desahogaba con lo que jamas creí imaginarlo, mis habilidades, aquello que siempre me había esforzado en reprimir y negar.
Lastima que lo que era todo a las espaldas de mis padres, tan solo mencionarles que me prepararía para una batalla y empeoraría si añadiera que seria a muerte; harían lo imposible porque jamas volviera a ver la luz del sol nuevamente y me encerrarían si ellos así lo pudieran. Lo peor de todo eso, es que yo no temía por lo que el destino me deparaba.

Luego, Carter. El concordaba mis mentiras, principalmente una de estas era que asistía al club de lectura, facsímil que Raquel alguna vez utilizo con Yadira; en consecuencia de la confianza que tenían en el, que con el paso de los años no le fue difícil conseguir, causado por la labia natural que el pelirrojo poseía.
Y que se perdería completamente si mis padres supieran que el también estuvo intervenido en aquel suceso, que mi madre siempre recordaba con temor; o de sus poderes, ellos lo ignoraban pero si sabían que el tenia conocimiento de los mios e irónicamente le encomendaron la tarea de que les apoyara en que redujera su uso a nada. Cuando debía ser totalmente lo contrario.

RAQUEL:

Desperté mas temprano de lo que frecuentaba y si era honesta, mi primera indagación fue observar si la lechuza continuaba en su sitio y afortunadamente; no, dependiendo la perspectiva; fue el momento preciso en que alzo vuelo, no se si fui vista por el ave. Averiguar en que momento de la noche abandonaba esa rama era una de mis mayores preguntas y concluí que la respuesta estaba dada de forma permanente.
Su presencia ya era una habito, sin embargo, sabia que esa criatura no velaba por mi sueños, al contrario; sentía que su intención era hacerme huir de ellos.

2° Las Bestias Elementales [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora