Capítulo 34: Carter, el cretino

10 3 2
                                    

Una mañana; en el curso del intermedio de la jornada, caminábamos tres por el largo corredor hablando de un tema del interés en común de todos; pero fue interrumpido por la azabache que se unió.

-Raquel ¿Me acompañarías al baño? -Asentí dubitativa

-¿No les parece incomodo aquel habito de asistir juntas al baño? Las chicas son raras -Enuncio el de cabellera carmín y todos lo miramos -¿Que? Alguien tiene que ser el honesto del equipo ¿No? -Negué con la cabeza sonriendo.

-Quizás algún día tienes que hacerlo, interroga a Sebastián si lo haría -Respondí y Carter vio al nombrado que se encogió de hombros, en un silencioso mensaje de que lo mantuviéramos al margen de la conversación.

-No lo se; podría ser que lo asumiera como una propuesta indecente ¿Lo harías? -El de melena cobriza llevó un brazo por los hombros de su amigo con sorna.

-Olvídalo -Reímos y fui arrastrada por la contraria.

Una vez dentro, el lugar estaba repleto de chicas; debido al horario y al situarse en la proximidad del pasillo mas concurrido. La mayoría hablaban entre ellas, se maquillaban o peinaban. Recordé con gracia las palabras de el varón mas franco de todos.

-Realmente quería decirte algo -Se desplazo al lavabo y humedeció su rostro; en la sucesión de esto, las jóvenes le dieron paso y a mi también al seguir prolongadamente a la ojiazul. Jessica no mentía en lo absoluto con lo excéntrica de nuestra presencia.

-¿Que sucede? -Nos dirigimos a una esquina de la habitación.

-Me comprometí a proteger a mi familia de todos los problemas -Trago saliva con dificultad y continuo -¿Sabes por que? Eso lo había discutido con mis padres en privado; sin embargo, no nos percatamos de que mi hermano menor estaba escuchándonos un día que se volvió a abordar el tema, solo nos reparamos cuando escuchamos su llanto; fuimos oídos por el, Raquel, no tienes idea de lo terrible que me sentí al admirar el temor en sus ojos de informarse de las atrocidades que ocurrirían a la tierra. Mi obligue a que lo protegería de cualquier cosa, lo quiero mucho y lo cumpliré -Capturo una traviesa lágrima que quería escapar se sus orbes.
La abrace, no tenia ningún consuelo para decir.

Siempre fui buena en ello pero esta vez, mi cerebro no me dio una retroalimentación devuelta verbalmente, sino física y le obedecí.
Ella restauro su postura y se alejo de mi, limpio los restos de sal consecuencia de su sollozo y sonrió.

-Gracias -Pronuncio y salimos de ahí.

Terminaron las clases y nos fuimos de la institución todos juntos, nadie tenia algo que hacer después de la escuela, así que acertamos en irnos en conjunto. No obstante, Sebastián fue detenido en la salida por una chica castaña.

-Nos vemos mañana -La joven se sostuvo de las puntas de sus pies para acercar sus labios a los contrario, el ojigris la capturo de las mejillas y correspondió. Nadie se atrevió a dejar el mutismo y observábamos la escena, hasta que finalizaron y se fueron en direcciones contrarias. El de cabello matizado se aproximo a nosotros.

-Algo que no me olvidarás decirme -Se cruzo de brazos y moviendo el pie Carter, con impaciencia. Una postura imponente, aunque, la felicidad por su amigo se asomaba en su rostro.

-Tal vez -El chico de orbes grises esbozo una pequeña sonrisa avergonzado y continuo el camino, todos lo seguimos.

-Pues agradecemos tu explicación -Agrego el de cabello rojo.

-Yadira es mi novia ¿Si? -El varón opuesto soltó una carcajada, llamando la atención de los transeúntes en la calle.

-Era mas que evidente -Dije y asintió Carter, Sebastián planeo añadir algo mas, pero no lo hizo, simplemente elevo muy en alto sus comisuras, dando un suspiro de alivio.

2° Las Bestias Elementales [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora