Capítulo 32: El principio del máximum

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Me enorgullecería si alguno lo lograra, mi principal esperanza caía en Sebastián que cada día su avance se incrementaba y todos en algún momento fueron catalogados en la posición de mis alumnos, mas de una ocasión los instruí así que me regocijaba por ello.

El primero fue el ojigris, quien intensificó el viento, de todas las anteriores ocasiones, el aire era muy fuerte, Celeste se tambaleaba ocasionado por su complexión mas ligera que se vio en la necesidad de sostenerse de Carter, sonreí por lo cómico que llegó a ser.
De lo invisible, el viento fue capaz de hacer aparecer unas colosales alas se abrían a la par, sin aun visualizarse el cuerpo de lo que sera su bestia, todos nos emocionamos por lo apreciado, sin embargo, no fue duradero y se desvaneció dejando a un cansino Sebastián. Aplaudí en una felicitación y sonrió en mi dirección, lo lograra en poco tiempo, sabia que lo haría.

-¡Mi turno! -Con un paso al frente, el chico de ojos sombríos incendio sus manos y se distribuyó por todo su cuerpo. Para luego, de su ser comenzó a crearse una gran cabeza, adquiriendo la figura de un dragón mitológico; donde el de cabello rojizo era capaz de sacarlo de las leyendas y hacerlo realidad. Igualmente, no perduró demasiado y retomo su origen, desapareciendo en la figura de el Carter -Es mas difícil de lo que aparenta -Torció la boca con un extraño sentimiento que no supe descifrar, retrocediendo un poco. No negare que me dejo una increíble experiencia.

La azabache, dio una profunda inhalación y exhaló con lentitud. Desde un área en el cielo, una imagen cobraba tangibilidad; como si siempre hubiera estado ahí y en ese preciso instantes quisiera revelarse; no obstante, solo era la solidificación del vapor. A pesar de saber que esta debía tener forma de una mantarraya, no supimos distinguirlo antes que de despareciera en agua cayendo al césped, me alegro que Celeste llegara a este punto.

Estuve inmóvil por unos segundos, sabiendo que era mi turno, fue suficiente para que todos los presentes posaran sus ojos sobre mi y se me dificultó tragar saliva.

-¿Raquel? -Mire a Aarón que estaba frente a nosotros -No planeas mostrarnos -

-Ah... Claro -Musité

Atraje porciones del suelo de todas las coordenadas, algunas se trasladaban entre los chicos y fueron escalando, las rocas mas pequeñas formaron la cola, larga y similar a una serpiente, subiendo por un caparazón donde se concentraba gran cantidad de la tierra, el armadillo se sostenía solo de sus patas traseras, o eso era lo que daba entender al espectador; pero colapso antes de ser finalizado. Incrédula mire su destrucción.

-C-crei que lo lograrías -Pronunció confundido Carter

-Y-yo... También lo pensé -Suspire, abandonando ese estado y con las comisuras en alto le dije -Pero ya habrá otra ocasión -Sonrió.

El resto de la tarde trascurrió en lo mismo, cada uno inmerso en lograr obtener su máximo potencial, sin percatarnos de los otros y que es lo que habían prosperado, hasta que el pelirrojo se rindió mencionando que estaba frustrado de tanto fracaso sin lograr absolutamente nada y con ello, se fue a sentar, nadie dijo nada, ni siquiera Aarón. No obstante, como era conocido por ser la obstinación personificada, no fue necesario mas de cinco minutos de espera para verlo intentándolo otra vez.

Después todos se fueron a su casa, para que al día siguiente; encontrarnos todos nuevamente en la escuela, al vernos el tema entre nosotros no cambio a otro que no fuera acerca de nuestras bestias y lo genial que seria liberarlas cuanto antes; también cada uno disfruto presumir las aptitudes de cada una de estas. Evidentemente siendo lo suficientemente discretos.

Cada quien entro a sus respectivas clases, en el descanso, eramos tres personas, un par de ojiazules y yo, a la distancia detectamos a Carter y Sebastián, pero una chica de la cual no recuerdo su nombre,pero que reconocí por sus expresivos orbes ámbar y cabellera castaña; se les acerco, o específicamente, se prologo a el de cabello matizado. El de melena cobriza se alejo con lentitud de la pareja y al observarnos, camino hacia nosotros.

2° Las Bestias Elementales [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora