Preswen
Desde hace quince minutos estoy al fondo del elevador, subiendo y bajando una y otra vez con los extraños.
Escuché trozos de conversaciones triviales: «Hola, ¿qué tal tu día? ¿Cómo están los niños?». También vi gente de un humor horrible por tener que trabajar un sábado por la tarde. Me estuve preguntando qué problemas esconden bajo los trajes y el maquillaje, dentro de los maletines y las carteras. ¿Todos están tan jodidos como yo?
Fue masoquista de mi parte, pero tras dejar a Xian en su departamento volví al motel donde Brooke y Wells estuvieron, no sin antes pasar por el lugar que vendía helado que me señaló la recepcionista La mujer no cuestionó mi reaparición y tampoco que pidiera la habitación donde ellos habían estado. Por suerte ya la habían aseado.
Me senté, a las siete de la mañana, con la mezcla láctea congelada en el regazo mientras miraba la pared e imaginaba lo que había ocurrido allí. Aunque dolió, fue terapéutico. Lloré y maldije todo lo necesario, me despedí de mi relación más duradera y prometí que jamás volvería a engañar a alguien. A su vez, que la próxima vez que estuviera con una persona sería luego de conocerla de verdad, a fondo. Tengo que estar segura que no volverán a serme infiel, porque después del segundo golpe cuesta más recuperarse.
—Vamos, vamos, vamos. —Presiono más emoticones—. No seas un impredecible justo ahora, idiota.
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El elevador de Central Park
Teen Fiction¿Cuál es el mejor lugar para trazar un plan de espionaje? El malhumorado Xiant Silver no tiene nada en común con la impulsiva Preswen Ellis. O tal vez sí. Cuando se quedan atascados en el elevador del lujoso edificio Obsidiana, una rápida enemistad...