23 ~A u g u r i o ~

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Lila...— Howk Moth la contactó nuevamente. — Volpina, querida — ella sonrió con malicia — Volvió tu oportunidad de brillar. 

— A tus órdenes como siempre Howk Moth — respondió contenta desde su cuarto.

Esta vez, serás  la pieza clave de nuestro plan y  además, tenemos un nuevo chico de nuestro lado que no imaginas quién es.

— ¿De quién se trata, Howk Moth? —  la chica mostró poco interés.

Chat Noir...— la dejó boquiabierta.

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— Utilizas tus ilusiones, distraes  a Ladybug mientras yo voy al otro lugar y nos reencontramos en la torre de París. — explicaba serio Chat Noir. Trabajar con Volpina no era de su agrado, pero tenía que hacerlo para apoyar a su padre.—¿Entendiste?

— Debo aceptar que eres demasiado lindo gatito... — dijo mirándolo con sus brazos sobre el barandal. — ¡Aún así, no confío mucho en ti! — le advirtió con un dedo sobre su nariz — ¿Qué me garantiza que no sigues enamorado de Ladybug y nos traicionaras?

— Piensa lo que quieras Volpina…—  apartó la mano de su rostro — ¡Tú eres  la reina de los engaños, yo no! — y se encogió de hombros.

La chica bufó, dió media vuelta contemplando la ciudad y comenzó a tocar la flauta. Nubes grises se alborotaron en el cielo creando una especie de tornado sobre ella. — ¡Ilusión, encontrar a Ladybug! — Las nubes se esparcieron reencontrándose en un nuevo punto, entre la alameda y el río Sena. Ella sonrió victoriosa — Listo, debe estar a punto de transformarse. Es tu turno.

— Bien, pero mantente alejada hasta entonces.— la miró desconfiado — Y sin hacer daño a nadie…

Volpina se cruzó de brazos sonriente.
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(Casa Couffaine)

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La señora Couffaine caminó hasta la proa del barco. — Hijo, la comida está lista.

Y el peliazul sentado, concentrado en sus dedos sobre las cuerdas de su guitarra, tocando una triste melodía. El  reloj lo afligía y las llamadas sin contestar le arrebatan sus últimas esperanzas. Suspiró impaciente.

—¡Luka Couffaine!— su madre alzó la voz frente a él frunciendo el ceño.

— Ya voy madre...— la miró sin expresión alguna, estaba abatido.

— ...Ella ya no vendrá, ¿verdad? — dijo preocupada con una mano en su mejilla. — ¡Ay, no!, tan feliz que se veían juntos y ya se pelearon…

¡No! — negó con la cabeza avergonzado.— ¡No ha pasado nada de eso, madre!— le aclaró. Pero susurró un poco triste. — Al menos, eso creo…

— Entonces los… — corrigió — ...te espero en la cocina Luka. — regresó adentro, dándole su espacio.

El chico volvió a cerrar sus ojos con un suspiro y toco nuevamente. Eran los últimos acordes, expresando su sentir en ese momento. 

¿Confesarme? [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora