CAP. 17

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La adolescencia de Kristoff no fue tan mala, estuvo rodeado de comodidades, una familia amorosa que pudo darle protección y cariño, no creció con una mentalidad llena de prejuicios, más bien pensaba que cualquier ser humano podía vivir como quisiera sin ser juzgado. Tal vez esos pensamientos causaron que peleara siendo castigado por sus docentes, la única excusa que podía decir, era... "Defendía a mi amigo"

Y así fue todos los días, visitar la oficina del director en lugar de su amigo, su madre tomó cartas sobre el asunto un par de veces y ella mejor que nadie sabia las buenas intenciones que su hijo tenía, porque ser insultado por llevar una vida diferente ya lo había experimentado

Desde pequeño tener las miradas de tus compañeros encima solo por ver todas las mañanas que eras dejado por una pareja de mujeres, no había ningún hombre allí y eso causó que no tuviera amigos desde el preescolar, hasta que él apareció, Hiccup... Su etapa de secundaria fue más tranquila en el momento que decidió lanzar el primer golpe de su vida causando también su primera pelea, nadie quiso enfrentarlo más, pero debía seguir buscando problemas cada vez que ese inocente chico castaño era golpeado e insultado

La última vez que vio a Hiccup fue en su graduación de la secundaria, recuerda ver a lo lejos ese tierno chico con hermosas prendas femeninas y un ramo de rosas con un globo con las palabras "feliz graduación"

Lo primero que hizo fue abrazarlo con fuerza, como si al soltarlo fuera a desaparecer, miró sus ojos con atención y podía jurar que por primera vez había visto tanta vida en aquellas hermosas esferas verdes. Tomó su mano con delicadeza y le prometió que siempre vería por los demás, no dejaría que nadie fuera intimidado solo por ser uno mismo. Después de aquel día, no ha perdido la esperanza de volver a encontrarse con Hiccup, la promesa aún estaba a flote

- ¿Aún sigues ahí? - Volvió a la realidad en el momento que reconoció el molesto rostro de la mujer pelinaranja, se apartó con incomodidad dando media vuelta para volver a su habitación sin responder a la pregunta de Anna

La contraria no supo como reaccionar ante la grosera decisión del hombre que se iba alejando de ella cada vez más, la furia se apoderó de Anna al caminar detrás de él con la intención de pedir explicaciones, pero detuvo sus pasos en el momento que Kristoff hizo lo mismo, solo miraba su ancha espalda, cubierta con ese elegante saco negro, lo escuchó suspirar demostrando cansancio

- ¿Quieres dejar de seguirme?, no tengo la paciencia ni el tiempo para lidiar con tus tonterías - Esas palabras provocaron aún más la furia de la mujer, a punto de gritarle hasta los peores insultos apareció su abuelo saludando a ambos jóvenes

- Joven Trollan, buen día - Kristoff se colocó en una postura parecida a la de un militar inclinándose con respeto, Anna bufo con molestia al verlo cambiar de expresión repentinamente

- Señor Arendell, ¿cómo amaneció el día de hoy? - El hombre asintió aprobando la buena educación que mostraba a sus mayores, notando apenas la presencia de su nieta

- Mejor de lo que creía, mis fuerzas se duplican al ver un muchacho tan ejemplar como tú - Kristoff sonrió levemente esperando el permiso del señor Arendell para retirarse - Veo que ustedes se llevan bastante bien

Ambos se miraron dándose discretas expresiones asesinas

- No es así, señor. Nos encontramos casualmente hace unos minutos - Anna quiso reír con fuerza tentada a decirle a su abuelo en la manera que lo conoció

- Ya veo... Entonces, quisiera que ustedes se llevaran bien, ¿podrías llevar a mi nieta a visitar tu librería más cercana? - En ese momento Kristoff quiso retroceder el tiempo para encontrar palabras más adecuadas que no lo llevaran a seguir al lado de esa molesta mujer - Anna es una amante de la literatura, creo que seria un buen comienzo para ambos

Hiccup Es Mi... ¿¡Amiga!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora