EPÍLOGO

71 10 4
                                    

Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue a Jack, sin importar el dolor de cabeza debido al incontrolable deseo de desahogarse tomando alcohol hasta perder la consciencia, lo único que notaba era como ese peliblanco hombre lloraba mientras la miraba de una manera que jamás llegó a imaginar

Por un momento olvidó todo el dolor que le causo por todas las mentiras que dijo, abandonó ese rencor y el sentimiento de traición por unos segundos, por más que quería no podía mantener ese rencor dentro de su corazón por siempre, era tan débil que terminaría perdonándolo tarde o temprano

— ¿Te casarías conmigo? — Escuchó varias propuestas de amor cuando estaba en su adolecencia, incluso sus primeros días de trabajo estuvo ligeramente rodeada de pretendientes, pero prefirió evitar a todos y cada uno de ellos, aferrándose al amor que creía imposible, manteniendo la esperanza de que algún día todos esos sueños se harían realidad, y así fue pero no terminó como ella lo esperaba

Podía responder a esa respuesta sin ningún problema, vivir al lado del hombre que tanto ama y volver a darle la oportunidad de confiar en él una vez más

Ese sería un final satisfactorio para cualquiera, sacado de un cuento de hadas, todos deseaban eso en su vida, un encantador final como si fuera sacado de la fantasía, pero olvidó que ella no podía hacerlo tan fácilmente, porque sí, aún mantenía el enorme amor que le tenía a Jack, pero estaba tan lastimada que tener esa idea de perdonarlo era casi imposible en estos momentos

¿Tiempo?, ¿era lo que realmente necesitaba?, esperó por más de diez años para hacer que todos esos sueños pasaran a ser realidad, sentía que moriría si esperaba un segundo más, ¿era una tonta por seguir queriéndolo?, durante las semanas anteriores siempre tuvo miedo de que Jack la abandonara por otro hombre, imaginar como él aún podría fantasear con otros chicos, cuando en realidad el único temor que tenía era es no ser lo suficiente para ese hombre peliblanco

Durante todo este tiempo Jack no era el problema, sino ella. Todas esas inseguridades provocaron que esa necesidad de tenerlo creciera cada vez más, provocando que su ausencia fuera el fin del mundo para sus ojos, dependiendo emocionalmente de él

Acercó su mano al pálido rostro del hombre, sintió su corazón latir rápidamente cuando Jack le sonrió

Su amor seguía de la misma manera, y eso le provocaba mucho temor, ¿debería... comenzar de nuevo?, en estos momentos todos sus sueños estaban frente a ella, al alcance de sus manos

Correría el riesgo de mantener ese camino, ¿se arrepentiría?, probablemente sí, sea correcto o no confiaría en sus decisiones, ya que después de todo, cuido la mayor parte de su vida a sus hermanos menores que dejó de pensar en si misma por un tiempo

Desde pequeña siempre fue guiada y obligada a aceptar las decisiones que los demás hacían por ella, a partir de ahora terminaría con ello

— A veces tengo tanto miedo de mis decisiones — Susurró estando a punto de llorar — ¿Puedes... confiar en mí sólo por esta vez?

Jack asintió mientras Elsa se acercaba a él abrazándolo para llorar en su pecho, mientras el hombre acariciaba su suave cabello tratando de trasmitirle calidez

— No puedo rendirme, quiero comenzar de nuevo — Respondió mirándose mutuamente — Lo he decidido, me casaré contigo... pero antes debo sentirme completamente segura para hacerlo, ¿puedes esperarme?

— Sí... no importa cuanto tiempo pase, mi corazón siempre te pertenecerá

— Cuando llegue el momento, ambos sabremos que ya nada en el mundo podrá lastimarnos, incluso de nosotros mismos

Volvieron a abrazarse quedándose de esa manera por el resto del día, una vez que Elsa salga de esa puerta seguiría con su vida hasta sentir que estaba preparada para afrontar realmente sus problemas, como si volviera a nacer

«Cuando sientas que tu vida se esta acabando, respira por un momento trata de olvidar todo lo malo que sucede y sólo por ese día trata de hacer las cosas que tanto quieres incluso si crees que todos te criticarán por eso»

Jamás había puesto en práctica el consejo de su padre, ahora que lo hacía sentía que él en algún punto sabía que su preciada hija lo necesitaría

Esas fueron sus últimas palabras antes de abordar el barco y saber que no lo volvería a ver jamás...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hiccup Es Mi... ¿¡Amiga!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora