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FUEGO Y AGUA

—Cuento contigo, bebé —le susurró Venus al luz de luna antes de treparse encima de su espalda.

El dragón respondió cariñoso con ella ante su caricia.

Todo el equipo contaba con ese dragón en especial para llegar a su destino, el cuál era, desde luego, encontrar al meteoro mortal primero que a los demás, pues no estaban preparados para enfrentarse a los otros todavía, debían planear una estrategia con ellos ya que no sería nada fácil.

—Todos contamos con él —le aseguró Leo tras haberla escuchado. Estaba a un lado de ella, con su dragón, como siempre.

—Te seguiremos Venus —le dijo Jacob desde atrás junto a los demás ya trepados en sus dragones y esperando la partida—, bueno, a tu dragón, claro —se encogió de hombros.

Venus le sonrió con ternura.

—Vámonos, amigo —le dijo al luz de luna.

Leo la escuchó e inmediatamente se subió al luz radiante, cuando despegaron hizo todo lo posible por mantenerse a su lado, aunque eso no era posible ya que su dragón tenía que seguir al otro para saber a donde volar, y si se mantenía a su lado eso sería más difícil.

Volaron por al menos una hora entera, el equipo empezaba a desesperarse temiendo que el luz de luna se hubiera equivocado y se estuvieran perdiendo, que los estuviera guiando lejos del meteoro mortal.

Los dragones los mantenían por encima de las nubes, por lo que, lo único que miraban era lo blanco de las nubes, como una densa niebla, no sabían en donde se encontraban, pero de algo estaban seguros, si llevaban una hora volando, seguramente, estarían muy lejos de Jones.

Las hermosas criaturas permanecían tranquilas durante el transcurso, sus alas se abrían y cerraban con tranquilidad y con poca frecuencia, la mayoría del tiempo estaban abiertas permitiendo que el aire los levantara y guiara.

Venus echo un vistazo a su alrededor, y vio precisamente lo que había estado esperando, Alex, Jacob, Phoebe, Gabriel, Izalaura, Michael y Leo se estaban divirtiendo, les fascinaba estar volando, estar en el cielo, entre las nubes. Incluso ella se inclino un poco para que su mano rozara las nubes que estaban a sus pies, Leo hizo exactamente lo mismo sin que ella se diera cuenta y cuando iba a sentarse de nuevo Leo tomo su mano, la acaricio suavemente con su pulgar, y después la soltó despacio para evitar que uno de los dos cayera a lo que sea que estuviera debajo de ellos.

Ambos se vieron fijamente por un instante, pero su contacto visual fue interrumpido cuando el bebé dragón se elevó todavía más por los cielos y comenzó a dar vueltas en su sitio en forma de espiral, el cabello de Venus revoloteaba en todas direcciones porque estaba suelto, después el dragón negro se dejó caer de espaldas bruscamente con la chica allí, temiendo caerse y abrazándolo más fuerte, casi se podría decir que ahorcándolo, Leo estaba inmóvil divirtiéndose con lo que miraba al igual que sus amigos, veían como se divertía el bebé dragón,  consiguiente a eso el luz de luna se acomodó para volar de nuevo y abrió las alas de golpe haciendo que Venus chocara su cabeza contra el cuello de la criatura, ella se divirtió a pesar de temer por su vida o estar a punto de caer, pero sabía muy en el fondo que estaría dispuesta a hacerlo de nuevo.

Todos rieron cuando Venus aterrizo a su lado por fin, completamente despeinada y con la respiración agitada. Ella rio también junto a su equipo, se había divertido y quería hacerlo de nuevo. Pero la atención de los dragones se centró en otra cosa.

Las criaturas hermosas volaron al compás. Sus orejas se movieron al mismo tiempo también, habían escuchado lo mismo.

Los jinetes no tenían nada que hacer más que quedarse quietos y saber a donde se dirigían, comenzaron a descender rápidamente, impactados por lo que sus ojos veían, un volcán cerca de hacer erupción. Y en la cima, desde luego, el meteoro mortal disfrutando del espectáculo.

VENUS Un nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora