|O15|

1.2K 69 0
                                    

—¿Y tu? También eres demasiado torpe. —hablo la muchacha.

—Si, pero tu me ganas.

—Yo siempre gano. —Hayle sacudió su cabello, como una diva. —¿Quién sabe más matemática?

—Tu.. pero.

—¿Quién ganó los concursos de matemáticas?

—Tu..pero.

—¿Quién...

—¡Ay ya callate! —la muchacha estaba un poco enojada, había vuelto el mismo chico apoderado de todo.

Hayle bostezo varias veces. —Vamos, debemos ir a que aprendas un poco de matemáticas, niña.

—¡Ay no!

—Shh, lo juraste.

—Pero pode..

—No, nada, vamos.

Jeon Jungkook subió las escaleras para ir al cuarto de Hayle. —Y este quien se cree. —susurro Hayle para ella.

—¡Hayle muévete! —Jeon gritó desde arriba.

—¡Voy patrón! —se levanto de donde estaba, y subió las escaleras lentamente. El maestro Jeon Jungkook, explicaba cada detalle de los ejercicios que Hayle tenía dificultades de entender. Después de varios minutos que Hayle logré entender. Jeon solo tenía su vista en el cuaderno, sin apartarla.

Después de mucho, Jeon se había dado cuenta que Hayle se había quedado dormida cuando el estaba explicando. —¡Ay! Ahora que haré, y lo peor es que no hay nadie en su casa. —susurro para el mismo.

—Horas, y horas explicandole para que la niña se durmiera. —viró los ojos.

Jeon la agarro entre sus fuertes brazos, y la acostó en su cama, a cobijando su pequeño cuerpo con sus sábanas rosas.

—¿Y ahora que? Si te dejo aquí, te podrá pasar algo, y a mi me culparían por todo. No me queda nada más que esperar a que te levantes, escuincla.

Jeon se posicionó a lado de ella, la chica daba vueltas en su cama, a veces Hayle se topaba mucho el cuello, queriendo sentir la cadena de sus padres biológicos.

—¿Porqué se tocara tanto? —preguntó Jeon Jungkook mirándola detalladamente.

Jeon estaba muy aburrido, y pasó por su cuarto, viendo otra vez este, muy concentrado. Después de varias vueltas al cuarto de la chica, se obligó a sentarse otra vez donde ella.

Y empezó a jugar con su cabello, tratando de despertarla, estaba muy aburrido. —De-dejame dormir Jimin. —hablo la chica.

—Soy Jeon, torpe. —susurro al oído de Park.—Basta Jimin, por favor.

—¡QUE SOY JEON!

Se levanto muy rápido, en cogiendo sus piernas, y posicionando sus manos en la cama. —¿Ya amaneció? Llegaremos tarde al instituto. Todo es tu culpa.

—No seas boba, te dormiste unos minutos, y ya.

La chica suspiro, pasando sus manos por su cabello, haciendo que estos se pararan, sus labios estaban secos, y sus ojos estaban aún cerrados.

—Toma ponte. —Jeon había sacado una vaselina que siempre traía. —¿Esto es? —preguntó.

—Tus labios están secos, te ayudara a humedecerlos. - dijo el chico un poco nervioso.

—¿Gracias?—tomó la vaselina y los empezó a poner lentamente en sus labios, haciendo que Jeon los observará, mirando con la boca abierta hacia estos, que ya estaban suaves y un poco brillantes, haciendo que se tornaran un poco rosados.

Jeon se dio cuanta de como la miraba, y movió su cabeza de un lado para el otro, quitándo la mirada de estos. —¡Gracias! —la muchacha había sonreído, haciendo que otra vez Jeon pasara de nuevo su vista hacia la misma.

Pero si todo es una apuesta, porque Jeon veía así a Hayle. ¡Pero claro! Jeon es muy bueno actuando, tenía que ganar todo, y anhelaba tener un nuevo celular. Y para ello, debía conquistar a la persona que más le odiaba, pero ahora, Hayle esta siendo manipulada por este, en los encantos, y raros comportamientos del chico hacia la chica.

Pero Hayle jamás se habría imaginado que todo era por un simple y tonta apuesta.

—¡Tierra llamando a Jungkook! —Jeon se había perdido en sus pensamientos sobre la apuesta con Nam. Hayle intentó hacer la voz de un robot, enrollando una hojita de su cuaderno, causando que Jeon Jungkook soltara unas carcajadas.

—Si sonríes te vez mejor. —hablo la muchacha.

—Solo si tu provocas que sonría.

Las mejillas de Hayle estaban rojas, y temblaba de nervios, estaba demasiado roja, por las palabras de Jeon hacia ella.

—Y-ya es tarde, debes ir a tu casa, Jungkook.

—¡Ah! Me estas hechando. —chilló.

—Nooo, solo que ya está tarde. —dijo Hayle.

—Uhm, tienes razón, debo ir casa, a descansar.

Bajaron a la sala para que Jeon Jungkook se direccionara a su casa. Hayle miraba detalles de Jungkook, mientras ella le veía, cada perfección de su cara, mientras ella lo miraba con amor, quizás, Jeon Jungkook solo se burlaba de ella, ilusionandola y hacerle el peor daño que alguien le había hecho.

—Adiós. —la muchacha sonría de oreja a oreja, pero a pesar de eso, Jeon Jungkook no dejaba de embriagarse con la radiante sonrisa de Hayle. No lo admitía pero Hayle ya había atacado con sus encantos de niña infantil,  poco agradable, y sobre todo, lo torpe que ella es.

—Adiós, Hayle. —este le tomó del brazo, haciendo que Park Hayle se acercara a el, estando a milímetros de distancia, la respiración de cada uno chocaban, y ambos pasaron sus ojos a los labios del otro, Hayle trago duro, y eso provocó que Jungkook sonríera.

Jeon se acerco demasiado a la chica, dándole un beso en su mejilla, provocando que el corazón de Hayle lateara a mil por hora. ¿Jeon Jungkook había ganando ya la apuesta?

—Adiós. —susurro en su oído.

Jeon se había marchado. Hayle pasó sus manos en sus mejillas donde Jungkook había besado.

Mientras ella sonreía por el, por lo lindo que habían pasado el resto del día, algo que jamás ella lo había imaginado.

Mientras ella solo pensaba en como Jeon Jungkook había cambiado tan repentino, tan flash.

Mientras ella sonreía por el, el solo sonreía porque finalmente logró lo que quería.

Al fin del cuento, el no perdía nada, para el es un simple juego, y una linda apuesta en donde el ya había ganado, ¿ya había atrapado el pequeño corazón de Hayle?

Al parecer si, los raros sentimientos de Hayle cuando este se le acerca, y le dice cosas que le sonrojan, le enseñó la pequeña pizca de amor.

Feelings. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora