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—Si, ya se.—habló Jeon Jungkook. —¿O dime la verdad, te gusta? —preguntó Nam.

—Qué no.

Las clases habían empezado, matemáticas teníamos. —¡Jóvenes, entreguen la tarea, porfavor! —camine para entregarle el trabajo, lo había hecho con ella. Mire a Hayle de reojo, y ella no se levantó para entregar, pero si lo habíamos hecho. Camine hacia ella, un poco intrigado. —¿No trajiste el trabajo verdad?

—¡Callate! No, me olvidé. —fingió llorar, haciendo un pequeño puchero. —Eres demasiado distraída. —lo dije despeinandola.

—Señorita Park, ¿realizó el trabajo o no? —Hayle estaba muy nerviosa, y se puso muy triste.

—L-lo que pasa es que, yo.. lo hice, pero..

—Nada, ya obtuvo un cero.

Rodeo sus ojos, y cruzo sus brazos, como una niña pequeña. Camine para sentarme.

Ya, quiero acabar esto, siento que si sigo así, tendré un feo final, olvidate de como es ella, y concéntrate en la apuesta, solo en la maldita apuesta. La invitare a salir, para que pueda atarla más a mi, y acabar con esta fantasía.

..

Las clases habían acabado, Hayle había salido, tenía mucha vergüenza de decirle que vaya conmigo algún lado, esta chica esta haciendo algo en mi. Estaba sola, sus amigos se habían despedido de ella, chocando los traseros con Cloe.

Se dirigía a la parada del autobús, caminando lento mientras escuchaba música con sus auriculares.
Le rebate uno de estos. —¡Heeey! —se volteo frunciendo el ceño, y arrugado su frente.

—¡Que demonios! Jeon me asustaste.

—Me di cuenta. —me pare a lado de ella, sintiendo su aroma, que es muy dulce. Y así recorde de su buso rosado, tiene el mismo aroma, embriagadome.

—¿Me estas siguiendo? —preguntó.

—Ya quisieras que lo haga.

Se volteo a verme, sonriendo, una vez más haciendo que me perdiera en ella. —Deja de hacer eso.

—¿Qué? —se confundió.

—Olvidalo, oye.. ¿Quieres ir al centro comercial, a comer algo?

—Me estas...

—Para aclarar, no te invite a salir, estoy aburrido en casa, y ya.

—¡Déjame terminar de hablar!

—En fin ¿quieres?

—Bueno yo...

—Perfecto, te veo en la área de comida a las tres pm.
Adiós.

..

Eso fue rápido, estaba demasiado nervioso, y ni se la razón. Corrí a casa, un poco confundido.

—¡NECESITO QUE ENTIENDAS! —apenas entre a mi casa escuche los gritos de mi madre hacia mi padre.

—Jeon hijo, que bueno que llegaste. —ella sonrío, y me dio un caliente abrazo. —¿Pasa algo? —estaban serios.

—Nada, campeón. ¿Cómo has estado? —preguntó mi padre. —Muy bien, excelente. —reí.

—Debo salir, voy a cambiarme.

—¿Con una chica? —preguntó mi padre. —Si, una amiga.

—Di el nombre.

—Hayle, Park Hayle. —me sentí un poco raro.

—¡La hija de los Park! ¡Excelente! Esa chica es muy bonita, además que su sonrisa..

—Es hermosa. —lo interrumpi. —¿Seguro solo es una amiga? —preguntó mi madre con una sonrisa.

—Si mamá, tu sabes que ninguna me llama la atención, y disculpen pero debo cambiarme.

Subí a mi habitación, y retire mis pantalones de un lanzamiento, y al caer, una pequeña foto salió, la tomé, y era la foto que había guardado en casa de los Park, estaba Hayle.

Me había olvidado por completo la foto de ella, y al verla recordé como había caído en mi, cuando se había lanzado a la piscina, y lo destruida que ella estaba ¿Qué significaba eso para ella? Tenía que averiguar.

En fin, por mi mente pasaron muchos recuerdos con ella, unos malos, lada veces que le hacía llorar, lastimandola. Pero no pienso cambiar por ella, ni por nadie.

Suspire varias veces, y busque algo para ponerme.
Me puse un Jeon negro, con una camisa de color verde oscuro, que en su cuello venía con un lazo de rayas. Me puse unos zapatos negros, cepille el cabello, y me puse mi perfume.

—¡Adiós madre! —grité. —¿Y papá?

—A trabajar. Pero que guapo estas mi niño. —se acercó a mi, abrazandome. —¡Hueles exquisito! —sonrió.

—Gracias, pero debo irme.

Salí de mi casa. —Dejame tomarte una foto. —mi mamá sigue pensando que soy bebé. —Esta bien.

—¡Adiós mamá!

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—¡Adiós mamá!

El centro comercial no quedaba tan lejos de mi casa, y podía ir caminando, y así lo hice.

Traía un poco de dinero que me había sobrado. Llegando al sitio donde quedaríamos, Hayle aún no llegaba, revisé mi celular, y daban las dos y media, aún faltaba, había llegado muy temprano, por eso no estaba aquí.

Fui a dar unas vueltas hasta que de la hora exacta, para no aburrirme, y estar solo, pase por una tienda para mujeres, esta tenia muchas prendas de color rosa, de inmediato me acorde de la habitación de Hayle, y su agradable buso. Le gustaría mucho venir aquí a ella, será una de las muchas cosas que haremos.

Visite otra tienda, esta era de música, habían muchos instrumentos, y discos de bandas muy famosas. Revise cada detalle de uno de los discos. También habían playeras de color negro, estaban muy lindas, y era como para mi, pero desgraciadamente no podía comprar, tenia solo para la salida con ella.

Y así entre a muchas tiendas, mucho tiempo ya había pasado, revise mi celular, y vi la hora y eran ya las tres y diez, corrí mucho, ella ya debería estar ahí, esperándome.

Estaba demasiado agitado, y cansado, estaba muy lejos del lugar, tuve que aumentar mi velocidad.

Cuando alfin había llegado, nadie estaba ahí, me sente un rato, tal vez ella se tardaba un poco, si piensa lento, hace las cosas lentas.

Mire a todo el lugar, y nada, no llegaba, me empecé a desesperar un poco, también tenía muchas horas de esperar, y nada. ¿Y si le pasó algo? No creo, que tan difícil puede ser venir acá, solo toma un autobús y listo.
Pero nada, movía muy rápido mis piernas, y jugaba con un anillo que había en mi dedo.

Saque mi celular, para revisar la hora, y ya eran tres y media, era imposible que llegara, la hora de encuentro se había acabado, es lógico me dejo plantado.

—Niña tonta. —lo susurre para mi.

Me levante del lugar, muy furioso, y frunciendo ceño que iba a mi casa. Di unos dos que tres pasos, y ella había llegado.

Estaba parada ahí, viendome un poco asustada, vestía con una camisa de cuadros negra, pegada a la cintura, y unos jean  azules, con zapatillas rosadas.

No me dejo plantado, buen comienzo.

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