Feelings.

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No quería levantar mi mirada, y morir de vergüenza por haberle robado un beso a un chico que me odiaba. Entonces al fin sabía que Jungkook me encantaba demasiado.

Muchos detalles que el me dio, sus sonrisas que me regalo, y los cosquilleos que causaba en mi. Era demasiado obvio que Jungkook me gustaba, me hacía boba. Varios recuerdos pesaban en mente.

Y estamos solos, en la madrugada, y lo había besado, sin su consentimiento. Tengo miedo.

Aún sentí su presencia cerca de mi, y mi mirada se levantó, con mis mejillas rojas, y muy nerviosa. Tierra tragame, no pude esperar a que se duerma o algo.

Sus ojos se encontraron con los míos, lo vi muy sorprendido. Debo pedirle perdón, y decirle que jamás lo volverá a pasar.

—L-lo siento es que yo..

Nunca me había gustado tanto robar, pero Jeon me enseñó que con un beso, los problemas se desvanecen, y solo estamos los dos. Nunca nadie me había cautivado tanto como lo hizo Jeon, y me pudo enseñar que con una sonrisa, y con una mirada, me podría devolver todo un mundo entero. Pude sentir que había encontrado lo que algún día empecé a buscar. Y Jeon podía hacerme sentir lo lindo que es amar a alguien.

Sus labios estaban encima de los míos, ahora el me había besado. Sus manos posaron en mi cabeza. Y sus labios se abrieron lentamente para girar, y dar una leve danza. Lo imite, y giramos de un lado a otro, sus labios me drogan, y era la única droga que quería ingerir. Mis manos rodearon su cuello, y el beso seguía bailando, cada vez era más exquisito, y más placentero poderlo sentir frente a mi, y sus labios giraban al mismo compás que los míos. Entonces el beso no era algo simple, más bien estaba plasmado en mi. Mis manos estaban en sus mejillas, y mis hombros se alzaban, sus manos rodearon mi cuerpo. Nos alejamos por falta de aire, estaba muy transparente, y muy trastornada. Lo mire, y mi respiración estaba muy agitada. No quería que este momento termine.

El me miro, un poco avergonzado. Aún estaba muy sonrojada. Nuestra respiración se chocaba. Y poco a poco iba recuperarando el sentido.

—Hayle...

—Ya llegue hermana. —Jimin estaba muy sorprendido de verme tan cerca de Jungkook, la escena era muy comprometedora. Y de un empujón lo aleje de mi.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —ahora debo inventar algo muy creíble. —Uhm, Jungkook vino porque... porque el... tenía.. —Hayle deja de ser tan torpe.

—Vine por unos apuntes de matemáticas, tenemos exámen y yo le había prestado a ella. ¿Verdad?

—S-si es eso.

Aún no respiraba bien, tenía muchos sentimientos encontrados en este momento. —Bueno, pero debes dormir, ya mismo debes ir al instituto. —habrá una poción mágica de retroceder el tiempo, y probar otra vez sus ricos labios.

—Jungkook, deberías irte. —susurre.

—Si, es lo mejor. —Jungkook sonrió, y se acerco a mi, a despedirse. —¡Adiós! —corrí al cuarto de mis padres y cerré la puerta de un golpe. Me escondí en las sábanas, y desee nunca salir de estos.

No podía digerir este momento, este día fue realmente bueno. Tengo tantas ganas de desaparecer un rato, Jungkook hacía cosas en mi. Quiero que este conmigo, que me abracé, que me bese, que este a mi lado.

¿Porque demonios me pasa esto? Lo conozco hace unos meses, y llego a mi vida, como un huracan.

No quiero despertar de esta pesadilla, porque estoy segura que Jungkook no siente nada por mi. Y estoy segura que mañana será normal, el por su lado, y yo por el mio. Y así debe de ser, no quiero cambiar las cosas, y mucho menos obligarle a sentir cosas por mi.

Es demasiado obvio que no lo hará.

Es un chico que puede tener a cualquier chica que le plazca, es demasiado obvio que jamás lo hará, teniendo a muchas chicas lindas, con buenos cuerpos, y un físico muy implacable. Yo soy yo.

Las cosas no son tan fáciles como yo algún día pensé, me siento atada a un chico que ni me da señales. Aunque me dio varias cosas que me hicieron sacar lágrimas, y haciendome esa adrenalina en mi estómago.

Después de todas las veces que lloré por el, no por un dolor amoroso, si no por como me trataba. Ahora que el cambio, me sacó del agujero en el que me encontraba.

No podía dormir, mis ojos, pensamientos, corazón, cuerpo, alma, piel, todo se torció al pensar en el largo beso que el y yo nos dimos.

La adrenalina volvió para atacarme y no soltarme. No tengo dudas de que el me gusta mucho.

Solo espero no equivocarme en estar solo pensando en ese estúpido chico, con cabello hermoso, y sus ojos negros, como ciruelas, su pequeño hoyuelo que se le forma. Su nariz, que lo resalta. Sus labios, lindos y apetecibles labios, su cuello, sus bíceps, y su rico aroma.

Suspiros salen de mi boca. Y solamente una persona era el causante de estos.

—¡tengo miedo! —chille.

—¡Callate! —no me había dado cuenta que Jimin estaba dormido a lado mio. Necesitaba un abrazo, y lentamente lo abracé, como si papá estuviera conmigo, ayudándome. Jimin es un ogro y todo, pero es el mejor hermano del mundo. Siempre me cuido, y me ayudo de que no sufriera, lamentablemente no le hice mucho caso. En este momento estoy sufriendo, y solo quiero estar protegida de mi hermano.

—¿En que piensas? —Jimin abrió sus ojos. —No, en nada, duerme un poco. —

Necesito agua.