Capítulo 1

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-Vamos Elinor. Sé que estabas bien con eso, pero claramente nuestra hija no lo está- Fergus siguió a su esposa a su habitación mientras trataba de hacerle entrar en razón -Somos el Rey y la Reina de las tierras y todos los clanes. Podemos cambiar la tradición y cómo se hace-

Deteniéndose en la ventana mientras respiraba profundamente, Elinor suspiró mientras mantenía sus manos juntas. Le han dicho que esto es lo que iba a suceder cuando cumpliera dieciocho años, sin importar lo que pensara al respecto. Y que, como princesa, estaba obligada a aceptarlo. -Fergus, no vacilaré en esto. Se ha hecho así con la Princesa de Dumbroch desde el principio de los tiempos. Mérida lo hará. En dos meses llegarán los clanes y comenzarán los juegos. Tres semanas después ella se casara-

Girando para mirar a su marido con severidad, Elinor suspiró. -Solo hay una forma en que puede salir de eso. Pero los hijos de los clanes no lo permitirán, por lo que solo necesita aceptar su destino-

Con los ojos muy abiertos, hasta ahora le habían dicho a Fergus que no había forma de salir de eso.
-¿Cuál es Elinor?-

Al darse cuenta de lo que dijo, Elinor abrió mucho los ojos cuando se volvió y agitó una mano en el aire. -Nada Fergus-

Moviéndose hacia ella, Fergus la giró para mirarlo a los ojos mientras endurecía los de ella. -Dime Elinor-

Con un suspiro cuando cerró los ojos y luego volvió a mirarlo, Elinor juntó las manos delante de ella. -La única forma de que eso suceda es que quien gane su mano, se niegue a hacerlo por cualquier razón. Pero todos los hijos del otro Clan no lo harán, así que es inútil- dijo Elinor, luego se volvió y fue a donde casi había terminado con el tapiz -Así que ambos deben dejar de tratar de hacer que lo cancele. Va a suceder-

Sin otra palabra, Fergus solo miró a su esposa cuando ella comenzó a trabajar en el tapiz. Después de un momento, se volvió, salió de la habitación y se dirigió a su propio estudio. Deteniéndose momentáneamente junto a la puerta de su hija. Podía oírla llorar. Ella no quería hacer esto. Aunque estaba llegando a los dieciocho años, claramente no era algo que quisiera. Eran el Rey y la Reina de las tierras y si alguien pudiera cambiar la forma en que se hace, podrían hacerlo. Pero tenían que estar juntos en eso.

Sabiendo que había una manera de detenerlo ahora, Fergus fue a su estudio y escribió una explicación rápida de cuál era la situación y qué quería a la única persona que sabía que ayudaría, Estoico. Se enteraron un mes después de que se fueron que Valka tenía un hijo. Sería un par de años mayor que Mérida y si fuera la mitad del hombre que su padre, estaría más que dispuesto a ayudarlo con esto. Y sacar a su hija de hacer algo que ella no quería hacer.

Dejando su estudio, fue a la casa de las aves, tomó el halcón más rápido y salió con él mientras sujetaba el pequeño pergamino a su pie. -Vuela mí amigo. Ve con Estoico-

Viendo cómo su pájaro volaba tan rápido como pudo, Fergus suspiró. -Solo espero que los dragones no lo atrapen antes de que llegue-

-¿Papá?-

Girando sobresaltado, Fergus suspiró cuando vio a su hija parada detrás de él con el miedo brillando en sus ojos rojos e hinchados. Extendiendo su mano hacia ella, suspiró cuando ella corrió hacia él y enterró su rostro en su pecho mientras sollozaba.
-No te preocupes niña. Voy a tratar de conseguirnos ayuda-

-¿Por qué quiere obligarme a hacerlo? Ni siquiera me escucha. No estoy lista para casarme- Mientras abrazaba a su padre, Mérida respiró hondo y desigual.

-Lo sé, mí niña. Traté de hablar con ella esta noche, pero ella es tan terca como tú- Levantando a su pequeña niña, Fergus regresó al interior del castillo. -Pero voy a arreglarlo. Solo descansa tranquila- Al llevarla a su habitación y acostarla, Fergus se fue y lentamente se dirigió a su propia habitación. "Sé que si alguien puede arreglar esto, será Estoico. Lo sé."

Un favor a un amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora