Capítulo 37

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Después de abrirse paso entre los hombres, Macintosh estaba viendo rojo. No solo estaba estoico con malditos niños en dragones. ¡Dingwall y MacGuffin también estaban luchando contra él! Pero tenía dos cosas que quería hacer ahora. Encontrar a su hija, llevar a su hijo, la princesa y volver al barco y volver a casa. El resto de ellos serían tratados cuando llegara el momento.

Forzando su camino hacia el castillo, Macintosh sonrió cuando se dio la vuelta y miró. -Ahora para encontrar a esa hija mía. De alguna manera ella llegó aquí más rápido que yo. Aprenderá por las malas para no desobedecerme-

-No lo creo, Macintosh-

Girándose para ver a Estoico saliendo de la sombra, Macintosh lo fulminó con la mirada. -Estoy aquí por lo que es mío y lo que es de mi hijo. Si no hubieras interferido, no estaría en esta posición de todos modos-

-En primer lugar, tu hija es tu hija y no debe ser tratada como nada. En segundo lugar, Mérida ya se ha casado con Hipo, por lo que no es suya. Y si no hubiera intervenido eso significaba que mi mejor amigo iba a morir y yo no voy a dejar que eso suceda ahora, ¿verdad?- Girando su hacha, Estoico entrecerró los ojos. 
-Ahora es el momento de poner fin a esta pelea. Vas a morir-

Riendo mientras apuntaba su propia espada hacia él, Macintosh suspiró. 
-No lo creo, Estoico-. Luego le arrojó la espada y le hizo bloquearla. En esa fracción de segundo, hubo una oleada de pies cuando más de sus hombres llegaron al castillo. Tomando una de sus espadas, se giró y corrió por un pasillo para dejar a Estoico para luchar contra sus hombres.

Al llegar a unas escaleras, las corrió con una sonrisa. -Apuesto a que están escondiendo a todos tan alto-Al llegar a la puerta, la atravesó. Luego sus ojos se entrecerraron en un resplandor cuando vio a su hija saliendo por una puerta al otro lado. -Lo lograste, pequeña perra-

Parpadeando con el dragón al que ahora llama Mystic en sus brazos, Keri se volvió al oír la voz de su padre. ¡Ella nunca esperó que él llegara al castillo y mucho menos en él y hasta la torre! Elinor le pidió que viera si podían ver a Mérida ya que aún no había regresado. -Pa ... Pa ... Padre ...-

Acechando hacia ella, Macintosh lo fulminó con la mirada mientras apretaba las manos a su lado. -¡Te atreves a irte y venir aquí! Iba a estar dispuesto a pasarte por alto huyendo si solo fuera para huir. Pero no para venir aquí e intentar estropear los planes de tu hermano y yo hemos hecho-

Temblando mientras se aferraba a Mystic mientras él le gruñía a su padre, Keri estaba congelada por el miedo. -Tenía que hacerlo Padre. Está mal. Las mujeres no son nada. No soy nada. No me casaré con alguien solo porque ...-

Macintosh le gritó cuando él la abofeteó. Haciendo que su cabeza rebotara en la roca del castillo y luego cayera en un montón. -No te atrevas a decirme qué eres y qué no eres. O qué crees que no vas a hacer, pequeña. Dejé a tu madre embarazada solo para casarte con alguien para formar una alianza si eras una niña . Nada más. Ahora vamos-

Al alcanzar a su hija, Macintosh se olvidó por un segundo del dragón hasta que le mordió la mano cuando se paró sobre su hija y gruñó. -No pude matar a ninguno de los otros. Al menos puedo matarte a ti-Levantando su espada, Macintosh sonrió. -Maldita bestia demonio-

Al ver la intención de la espada, Mystic se lanzó hacia él y lo golpeó en el estómago, lo que lo hizo retroceder a unos metros de Keri. Corriendo hacia ella, dejó escapar un fuerte y agudo grito.

Al escuchar un grito la sacó de su vacío negro. Sentándose mientras Mystic se acurrucaba en su regazo, Keri parpadeó y luego miró a su padre mientras se acercaba a ellos. Abrazándolo mientras ella volvía la cabeza, Keri gritó cuando las lágrimas brotaron de sus ojos. -¡No, no lo hagas!-

-Tú y ese dragón mueren aquí mismo-Levantando su espada, Macintosh se preparó para derribarlos. Pero entonces un ruido sordo bajo sus pies atrajo su atención. Luego, una sombra que se formó sobre él hizo que sus ojos se abrieran y palidecieran. ¡Era enorme! Levantando la vista lentamente para ver una versión gigante del dragón que sostenía su hija, a la altura de los ojos. -Maldición-

Viendo a Keri intentó moverse, pero luego se detuvo cuando se volvió hacia ella con una mirada fulminante. Le tomaría un tiempo aumentar su confianza. Ella no pudo evitar congelarse cuando él la miró así. "Oh no."

Dando un paso hacia ellos, Macintosh lo fulminó con la mirada. -No te atrevas a moverte de nuevo, perra. Tú y esa maldita cosa mueren aquí mismo- Pero cuando comenzó a dar otro paso, se estremecio cuando el mismo grito agudo que vino de Mystic vino de su madre. Dejando caer su espada, Macintosh se cubrió los oídos con las manos mientras se daba la vuelta y le dio al dragón una mirada pálida mientras levantaba la cabeza aún más. -Maldición- Luego dejó escapar una parte de un grito cuando el dragón se inclinó y lo mordió, lanzándolo en el aire y luego tragándolo.

Con los ojos aún abiertos cuando se dio cuenta del silencio, Keri solo miró al gran dragón y luego a Mystic. Al volver a mirarla, Keri se levantó y dio unos pasos temblorosos hacia ella y le tendió la mano. Cuando lo tocó suavemente, sonrió. -Gracias. Tu hijo se aseguró de que llegara a donde necesitaba estar. Me salvaste de mi padre abusivo. Gracias-

Luego observó mientras abría enormes alas y saltaba en el aire, despegando al instante. 
-Gracias-Luego se acercó al borde y miró hacia el campo de batalla parado y todavía silencioso. -Estoy seguro de que mi hermano tendrá el mismo destino que mi padre. Clan Macintosh. Estoy afirmando mi Reclamo. Soy el jefa del Clan. Esta lucha ha terminado-

Dando un paso adelante mientras la miraba, Clyde apuntó su espada hacia ella mientras gritaba. -¿Querías que esto sucediera, verdad? Para salir del matrimonio que él había planeado para ti. No te dejaré hacer ...- Pero cuando el pequeño dragón en sus brazos saltó al costado del castillo y le gritó con las mismas alas enormes, Clyde se detuvo. Si esa pequeña cosa pudiera llamar al enorme con un solo grito. Esa cosa podría destruir a todos. Respirando profundamente mientras suspiraba. -Mi señora-

Cuando los otros hombres se inclinaron y dejaron caer sus cabezas y armas, Keri suspiró. -Regresa a los barcos y espérame. Clyde. Escolta a mi madre de regreso si quieres- Con un sentimiento de orgullo en ella, Keri respiró hondo. Luego jadeó mientras escaneaba el cielo cuando Mystic estaba una vez más en sus brazos. 
-¿Donde esta ella?-

-Lo hiciste chica. Buen trabajo-

Girándose para ver a Estoico caminando junto a ella, Keri parpadeó. -Pero yo solo estaba aquí porque la reina Elinor me pidió que viniera aquí para ver si podía ver a Mérida. El rey Fergus dijo que estaba bien, ya que no creían que mi padre hubiera estado aquí. Mérida no ha llegado de vuelta todavía y no la veo en el cielo-

Girando para explorar el cielo, Estoico asintió. -Vuelve con ellos y diles lo que está pasando. Volaré yo mismo y los encontraré y veré qué está pasando- Una vez que ella se fue, Estoico silbó y trajo Skullcrusher hasta él. -Vamos a buscar a los niños-

X

Mirando hacia arriba cuando la puerta se abrió, pero solo Keri volvió a entrar, Elinor estaba de pie llena de preocupación. -¿Qué pasó ahí afuera? ¿Dónde está Mérida?-

-No lo sé. No la vi-Bajando la cabeza mientras respiraba nerviosa. -Mi padre estaba en el pasillo afuera. Nos iba a matar a Mysitc y a mí. Pero él gritó en voz alta y trajo a su madre. Ella trató con mi padre. Estoico dijo que iba a volar y ver qué estaba pasando con Mérida y los otros-

Tirando de su esposa a la cama, Fergus la sentó y la hizo mirarlo. -Una y otra vez esa chica ha demostrado que nada la detendrá. Y ella está con Hipo. Todo estará bien, amor. Lo sé-

-No puedo evitar preocuparme, Fergus. No puedo- Elinor dejó que las lágrimas corrieran por su rostro mientras la abrazaba a él. Aferrándose a su ropa en este momento, solo podía rezar para que Hipo la mantuviera a salvo.

Un favor a un amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora