Capítulo 15

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Caminando en el establo, tanto Lord Dingwall como Lord MacGuffin suspiraron cuando fueron seguidos por sus muchachos. Fue Lord Dingwall quien habló.

 —Sí podemos. Sé que todos hemos sido amigables desde que tú y Elinor se casaron. Pero no mentiré cuando descubrimos que Hipo nos hizo enojar a todos. Nunca pensamos realmente que enviaría a su hijo a algo como esto—

Siguiendo con la fachada de que estaba allí para tratar de ganar la mano de Mérida en los juegos, Hipo suspiró. —Si eso los sorprendió a los dos, yo mismo me pillé desprevenido. Cuando me dijo eso—

—Sí—MacGuffin luego suspiró mientras se sentaba en un poco de heno mientras su hijo se paraba a su lado. —Bueno, al principio no estábamos contentos con eso como dijo. Hablamos de eso. Pero tanto Dingwall como yo íbamos a dar marcha atrás a ese plan si intentaba hacerlo. Nunca pensamos que haría algo así—

Con los ojos suaves pero serios, Hipo se cruzó de brazos. —Aparte de que Macintosh lo intentó antes de lo que pensabas. ¿Qué provocó esta visita?—

Sonriendo mientras se cruzaba de brazos, Lord Dingwall sacudió la cabeza. —Fue el azote que obtuvimos de nuestras chicas—

—¿Chicas?—

Alzando la mirada hacia la cara sorprendida de Fergus, Lord Dingwall asintió con una sonrisa. —El secreto mejor guardado de los otros clanes. Incluso Macintosh tiene una niña. Todos tienen la misma edad que la princesa—Bajando la cabeza, Dingwall suspiró. —Las tres nos dijeron que pensáramos en cómo nos sentiríamos si alguien les hiciera eso. Yo los mataría. No importa quién sea—

Parpadeando y luego sacudiendo la cabeza, Hipo les dirigió una mirada extraña. —¿Tres? ¿La hija de Macintosh también?—

Asintiendo con la cabeza MacGuffin miró al niño. —Así es. Ella no se parece en nada a su padre y hermano. Ella es dulce como su madre— Volviendo a Fergus, MacGuffin sonrió con orgullo. —Mi hija se llama Davina—

—La mía Teagan. Y la de Macintosh es Keri—. Dingwall luego se volvió hacia su hijo cuando sintió que le tocaba el brazo. —Sí, sé que estoy llegando allí. Estoy llegando allí— Volviéndose hacia Fergus, Dingwall suspiró. —Nos quedaremos y ayudaremos con la pelea que sabemos que se acerca. Pero tanto mi hijo como el hijo de MacGuffin quieren retirarse de la competencia. Todo se reducirá a solo entre Hipo y Macintosh—

De pie con los ojos muy abiertos, Fergus no sabía cómo tomar eso. 

—Espera, ¿quieres decir que no van a seguir con los juegos?—

Sacudiendo la cabeza, no, MacGuffin se echó a reír mientras miraba a Hipo. —No, los chicos han estado observando. Está claro que ustedes dos se están enamorando el uno del otro—. Pero luego todos se volvieron hacia el joven MacGuffin cuando comenzó a hablar de alguna manera y señaló de su padre a Hipo.

—¿Que dijo el?—

Mirando a Hipo se echó a reír. —Dijo que ve a Mérida mirarte como mi esposa me mira a mí. Y yo también lo he visto chico. La amas y ella te ama a ti. Ahora la pregunta es ¿qué vas a hacer al respecto?—

Dándose la vuelta y mientras él le frotaba la cabeza, Hipo suspiró

—Todavía no estoy seguro. No estoy seguro de que ella sienta lo mismo que yo. Espero que tengas razón. Me niego a dejar que Macintosh gane. Y él no la tocará. Nunca—

Al ver el resplandor que saltó a los ojos del niño, Fergus sonrió mientras se relajaba. Él también lo vio, pero no estaba tan seguro acerca de Hipo. Ahora lo estaba. Su hija se iría de casa, pero al menos ella tendría amor y estaría a salvo. Eso era todo lo que quería para ella desde el principio. Pero luego se volvió y fue hacia la puerta y lo fulminó con la mirada. 

Un favor a un amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora