Un favor a un amigo

Capítulo 16

Sus ojos nunca dejaron de verlo mientras lo miraba, Elinor suspiró. 

—Deberia enviarlos a casa—

Sonriendo, Fergus dejó escapar un grito ahogado mientras inclinaba la cabeza y la besaba. Un momento después apartó sus labios de los de ella.

 —Gracias amor. Ahora. Estamos de acuerdo ahora. Ella se casará con alguien cuando esté lista, y se enamore, ¿verdad?—

Asintiendo mientras ella respiraba hondo y apoyaba la cabeza en su pecho. Extrañamente sintió que todo estaba bien. —Estoy de acuerdo con eso. Odié pelear con ella las últimas semanas. Como dije hoy, ni siquiera me miraba. Me dolió—

Empujándola lejos de él mientras sostenía sus brazos, Fergus sonrió.
 
—Este será el comienzo de arreglarlo todo Elinor. Puedo prometer eso. Pero no solo los vamos a enviar a casa ahora mismo—

Parpadeando, Elinor dejó caer la cabeza hacia un lado. — ¿Qué está pasando?—

Tomando su mano y sacándola de la torre, Fergus se volvió y miró el campamento que era Macintosh.

 —Es por Macintosh. Claramente intentaron secuestrarla hoy, aunque ninguno de ellos lo admitió, y dado que ella nunca dejó los muros del castillo, no podemos probarlo. Pero Dingwall y MacGuffin lo delataron—

—¿Cómo es eso?—

Volvió a mirarla mientras él abría una puerta y la dejaba entrar delante de él. 

—Hipo me estaba diciendo. Oyó a Dingwall, MacGuffin y Macintosh la noche antes del primer juego hablando de cómo, incluso si Hipo ganaba, quien obtuviera el segundo lugar simplemente la secuestraría. Le dijo a Mérida eso primero ...—

—¿Pero por qué demonios si lo sabía, entonces no dijo algo?—Con los ojos deslumbrantes ahora, Elinor se detuvo mientras miraba a su esposo —¡Entonces lo que casi sucedió hoy podría haberse evitado!—

Dándole una mirada con los ojos muy abiertos mientras se cruzaba de brazos, Fergus suspiró. 

—¿Realmente lo hubieras creído la semana pasada?— Dejando escapar un suspiro cuando ella jadeó y luego bajó la cabeza, Fergus pasó junto a ella y tomó su mano para llevarla hacia la habitación de su hija. 
—Exactamente amor. Pero, quiero lidiar con Macintosh ahora. De esa manera no podrá tratar de terminar lo que intentó hacer hoy—

X

Al escuchar el golpe en su puerta, Mérida no se movió. —Adelante—

Caminando delante de su esposo, Elinor suspiró cuando la vio sentada en su cama con la cabeza gacha. 

—Mérida ...— Pero cuando le dio la espalda y cruzó los brazos, cerró los ojos y dejó caer la cabeza. —Ella me odia ahora—

Moviéndose alrededor de su esposa, Fergus fue con Mérida.

—Mérida. Tu madre tiene algo que decirte, niña. Date la vuelta y escucha—

Mirándolo, Merida puso los ojos en blanco y se dio la vuelta para mirar a su madre al pie de la cama. Realmente esperaba que esta no fuera una forma de hacer que cambiara de opinión sobre lo que dijo. —¿Qué mamá?—

Dejando caer la cabeza, Elinor suspiró mientras estaba parada a los pies de la cama de su hija. Las lágrimas rodaban por su rostro mientras se abrazaba. —Mérida, lo siento. Cuando eras pequeña te enseñe a creer en la magia. Y sin embargo, lo único que he hecho es tratar de evitar que seas quien eres—Cayendo de rodillas, Elinor estaba temblando ahora. —El papel de princesa fue algo que tomé muy bien. Lo disfruté. Los juegos para mi mano no me parecieron una tarea tan ardua. Al igual que mi madre antes que ella y su madre. Supongo que esperaba que mi hija fuera la misma—

Con un suspiro, Mérida se movió para sentarse al final de su cama mientras miraba a su madre. —Pero lo he demostrado desde que era pequeña. Nunca iba a ser princesa como querías que fuera. Y he odiado y peleado contigo en cada paso del camino cuando dijiste sobre los juegos—

—Lo sé—Bajando la cabeza aún más, Eleanor se cubrió la boca con una mano. —Creí que ser princesa y futura reina era todo. Mi madre, aunque la amaba y estoy segura de que ella me amaba, pensó que era una reina y me enseñó a hacer lo mismo. Estaba ...—

Pero entonces Elinor jadeó cuando sintió pequeños brazos envolviéndola mientras su temblor empeoraba. 

—¿Mérida?—

—Mamá, siempre te amaré no como mi reina sino como mi madre— Al soltar a su madre, Mérida se sentó en el suelo frente a ella. —Pero debes aprender que no soy una princesa normal y que eso no va a cambiar. No quiero casarme y formar una familia en este momento. No porque esté en contra. Simplemente no estoy lista. Yo quiero casarme con alguien porque lo amo. No porque ganen un juego estúpido—

Asintiendo mientras miraba a su esposo mientras él se acercaba a ellos, Elinor extendió la mano y tomó la mano de su hija.

 —Me tomó lo que casi sucedió hoy para verlo. Al principio quería culpar a Hipo como lo hizo Macintosh. Pero luego ...— Bajó la cabeza y suspiró. —Sé que no es realmente su culpa. Al principio culpé a tu padre por informarle a Estoico lo que estaba sucediendo. Pero hoy—

—¿Qué está pasando mamá?—

Mirando hacia sus perfectos ojos azules, Elinor sonrió.

 —No voy a obligarte a casarte con ninguno de ellos, cariño. Con lo que sucedió hoy, junto con todo lo que ha sucedido entre nosotros tres. Quiero que seas feliz.—

Dirigiendo sus ojos hacia su padre en estado de shock, Mérida se quedó allí sentada por un momento. Cuando él sonrió y asintió, ella se volvió hacia su madre y se lanzó a sus brazos. 

—¡Gracias mamá! ¡Esto es todo lo que quería!—Después de un momento de abrazar a su madre, Mérida retrocedió cuando ambas se pusieron de pie. Mirando a su padre con ojos preocupados y levemente heridos, Mérida juntó las manos. —¿Entonces eso significa que todos se van?—

—Todavía no. Sin embargo, hay algunas cosas sobre las que debes completar—Fergus se volvió y miró por la ventana hacia los campos. 
—Primero es que vamos a seguir con los juegos como si nada estuviera pasando. Quiero que Macintosh reveleve lo que está tramando. Pero, cuando suceda, Dingwall y MacGuffin nos ayudarán a llevar a ese hombre un par de puntos más abajo—

—Ya veo. ¿Entonces Hipo todavía está aquí?—

Sonriendo mientras se volvía hacia Mérida con una sonrisa.

 —Si. Ahora, esto es lo que vamos a hacer los tres—