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2/3 omegaverse

Steve llegó de haber acompañado a Tony a la enfermería. Le revisaron su olfato y cada uno de sus demás sentidos, nada nuevo, todo igual que siempre, esos chequeos quincenales que hacía por obligación médica, si o si, por orden de la academia y Howard Stark. Ya imaginaran que Tony iba a rastras a aquellas citas.

Le molestaba plenamente que los medicos siempre lleguen a la misma conclusión y lo único que hacian era darle esas pastillas odiosas que tenían el fin de hacer que sienta con más potencia los olores de los omegas y que estos le atraigan o produzcan algún tipo de sentimiento, a lo que Tony estaba negado totalmente, porque no necesitaba que una manada de doctores le digan cual es su función en la sociedad y si es útil o no para la misma.

Steve abrió la puerta de su habitación en la residencia y dejo que Tony pasé primero, quien lo hizo gustoso.

El moreno entró al baño mientras el rubio caminaba hacia las camas, mientras lo hacia escuchaba como, en conjunto, las pastillas caían al inodoro. Sonrió de lado y se dejo caer en su cama. Escuchó la cadena del retrete y como el agua corría. Soltó una pequeña carcajada.

Y así era cada vez, porque Tony Stark defendía fielmente su posición, y era que él no estaba enfermo y consecuentemente no necesitaba medicamentos.

Y a Steve le gustaba pensar que cada vez que Tony arrojaba esas partillas estaba eligiendolo a él antes que al rol que le fue asignado al nacer. Aunque en el fondo sabía que no era tan así, Tony elegía ser él mismo por sobre las pastillas, pero Steve se veía a él dramatizado en aquella expresión que englobaba múltiples aspectos de la vida de Anthony Stark.

Tony salió del baño, vio a Steve y le lanzo el frasco vacío que el contrario atrapó con gracia y lo dejo en la mesita de noche, luego le tomó la muñeca a su pareja y tiró de él hasta que acabó acostado en la cama.

-Tal vez podrías tomarlas alguna vez… tú que puedes oler- habló con la vista fija en cualquier punto que no sea la cara del moreno. Lo único que se ganó fue que Tony se incorpore, se siente en la cama y se cruce de brazos mirandolo con rudeza.

-¿Hablas en serio?- preguntó- No necesito oler a los omegas, no necesito ningún aroma más que el tuyo, no necesito que me digan que me tiene que gustar o que no, que tengo que hacer y si soy o no útil en esta sociedad, si debo o no debo dejar descendencia. Estoy harto. Los medicos, mi padre y todos los omegas pueden irse al demonio y creí que tú lo entendías…

-Lo entiendo- lo paró Steve tomandolo por los hombros- todo esta bien contigo, no me malinterpretes, olvídalo- dijo con un movimiento de cabeza y Tony se relajó.

-Se que tal vez sientes que soy un desagradecido, tú no puedes oler y yo desperdicio mi olfato, pero ese es mi punto, no estoy desperdiciando nada, este es el olfato que me tocó, puedo oler alfas y no omegas y con eso estoy bien porque te tengo a ti y no me habría enamorado de ti si no fuera así.

Steve sonreía tanto que sentía que iban a partirsele las mejillas.

-Steve..- habló Tony meloso posando una mano en el muslo contrario- ¿Sabes que? Ahora hueles como si quisieras unos besos- dijo sonriente y Steve asintió.

-Si, es probable- logró decir antes de que Tony le usurpe los labios con pequeños y repetitivos besos- ¿Estas seguro de que no huelo a que quiero un poco más que unos besos?- preguntó y Tony sonrió pícaro.

Avengers Academy Things IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora