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Adentro, luces y música, tragos de colores y karaoke llenaban el lugar y alumbraban el campus a través de las enormes paredes vidriadas. El salón de Ballet estaba terminado, esa misma tarde Natasha y Bucky habían colocado la barandilla en un hermoso e íntimo evento de inauguración, previo a la actual inauguración, una... Pre-inauguración, con destornilladores, roba de casa, productos de limpieza y champagne.

Bucky destacaba de la multitud por su bella sonrisa de genuina felicidad y el traje impecable de marca proporcionado por Janet Van Dyne. Iba por el lugar saludando y recibiendo las felicitaciones, todo un bonito protocolo que Natasha no estaba dispuesta a soportar. En un ágil movimiento, la pelirroja tomo un trago de vodka tonic y salió del salón por la puerta principal.

El campus estaba a oscuras a excepción de las eventuales farolas exparcidas para iluminar los caminos. El rocío sobre el césped y las corrientes de aire fresco la distrajeron de notar rápidamente aquella figura de abrigo negro delante de ella.

-¿Por qué de repente quisiste recostruirlo?

-Mierda-, Fury- la agente se sostuve el pecho.

El hombre sonrió de lado.

-Estuve años pidiendote hacerlo- continúo- era una pila horrenda de escombros en medio de mi campus, pero no podía tocarla. ¿Por qué ahora?

Natasha chasqueo la lengua contra su paladar y dió media vuelta, el interior del salón se veía precioso desde esa perspectiva, un poco alejada de la multitud sentía que podía apreciarlo mejor.

-Mi futuro está aquí- habló con la vista fija en Bucky, intentando seguirle los pasos con la mirada, siendo a veces imposible por las paredes o personas que se interponian.

-Me agrada oír eso pero...- el director respondió algo desconcertado.

-No puedo vivirlo en paz sin amigarme con mi pasado. Yo... la vida no es perfecta pero creo que supere los obstáculos. No sé si puedo explicarlo.

-Él está bien- agregó. Natasha levantó la vista para mirar a su jefe a los ojos.

-Exactamente. Él está bien. Él no había estado bien en mucho tiempo, Fury- habló con la voz cortada para luego recuperar fuerzas rápidamente y terminar- yo también lo estoy. Creo que es algo.

Fury asintió. Parados uno junto al otro mirando al interior del salón de Ballet.

La pelirroja dió un trajo a su bebida y volteó para verlo y comenzar a hablar otra vez.

-Lo amo, Fury- soltó

-Lo sé, todos lo sabemos, incluído él... Por si es ese el malestar de tus ojos- habló pausado y tranquilo con su vista aún en las ventanas. Nat asintió, el hombre la conocía.

-Siento que no se lo digo lo suficiente- el hombre rio una carcajada amplía y casi sarcástica.

-Para ser justos, agente Romanoff, usted no dice mucho sobre nada- dijo apoyando una de sus manos sobre el hombro de la chica- y estos pensamientos demuestran un gran corazón y muchos sentimientos, eso último debe ser nuevo para ti. Pero solo eso último- sonrió y se separó, caminando para volver a entrar al lugar.

 Pero solo eso último- sonrió y se separó, caminando para volver a entrar al lugar

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