TEMPORADA DE LOCOS

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Los primeros indicios del otoño se hacían presentes. La temperatura había bajado unos cuantos grados los últimos días, el sol luchaba por escabullirse entre las nubes para brindarle su luz a la ciudad y una suave, pero no menos fría brisa, jugaba con los árboles desde poco antes del atardecer.

Ese fue el motivo por el cual elegí un delicado vestido evasé de jacquard negro con pequeños lunares blancos, que me llegaba sobre las rodillas y tenía mangas tres cuartos, para asistir a la conmemoración del once de septiembre que se haría en el Pentágono. Carter había sido invitado e insistió en que se esperaba que yo lo acompañara, así que por razones obvias, no pude negarme.

Un pequeño bolso y un par de ballerinas de charol del mismo color del vestido, hicieron el conjunto perfecto al que solo le agregué mi cabello muy alisado y un maquillaje bastante sutil. Era la conmemoración de un evento más que doloroso para el país y no era el momento de lucir como la próxima super modelo americana, como diría Tyra Banks.

―Los terribles y desgraciados eventos que ocurrieron el once de septiembre de año dos mil uno, abrieron una herida en el corazón de todos nosotros... ―decía Carter en medio de su discurso y las imágenes de aquel día vinieron a mi mente.

Todos quienes fuimos testigos de una o de otra manera de ese deleznable día, lo recordamos de alguna manera. No importa si estuvimos cerca o lejos del World Trade Center o si teníamos o no una relación cercana con alguna de las víctimas. Para todos, ese día marcó un antes y un después porque para el país y me atrevería a decir que para el mundo entero, fue un punto de quiebre.

Después del ataque a las torres gemelas, nada volvió a ser lo mismo.

En mí caso, lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Tenía once años y estaba en la escuela cuando el rumor de que algo realmente terrible había ocurrido, comenzó a esparcirse. No supe qué era hasta que mi maestra me dijo que mi madre había ido por mí, mucho antes de lo que realmente correspondía y cuando salí y me senté a su lado en el auto, vi que todos los padres de mis compañeros estaban haciendo lo mismo.

― ¿Qué pasa, mamá? ―pregunté mirándola entre las dos coletas altas que solía usar a los costados de mi cabeza. Ella me miró en un silencio tan absoluto, que dudo que lo haya vuelto a vivir de la misma manera alguna vez en mi vida― ¿Mami?

―Estamos bajo ataque, hija. Estrellaron dos aviones contra las torres gemelas.

No recuerdo haber dimensionado lo que esas palabras significaban hasta unos cuantos años después, pero algo que si recuerdo es estar sentada frente a la televisión, viendo como uno de los símbolos de la grandeza del país ardían en llamas y luego caían una tras la otra, como si de castillos de naipes se trataran.

―El país fue víctima de un acto atroz, que infundió de muerte y dolor de la manera más injusta y despiadada a cada uno de los norteamericanos y hoy, en la distancia, solo nos queda recordar a las víctimas directas, agradecerles haberse levantado esa mañana con la sola intención de hacer de Estados Unidos un mejor país y lamentar profundamente que sus vidas se hayan apagado tan inesperada y precipitadamente. Estarán siempre en nuestro recuerdo y jamás olvidaremos que gracias a ellos seguimos en pie.

Todos los presentes en la ceremonia, aplaudieron las sentidas palabras de su actual presidente y luego de eso, guardamos el primer minuto de silencio. Exactamente a las ocho cuarenta y seis de la mañana. La hora del primer impacto en la torre norte.

Sumidos todos en el más solmene de los ambientes, la ceremonia continuó con Carter posando delante del memorial a las víctimas del Pentágono, una bandera de Estados Unidos hecha de flores frescas y apenas regresó a su lugar, una voz que llegaba a ser lacerante comenzó a nombrar una por una a las víctimas que fallecieron ese día.

MR. PRESIDENT - Trilogía Cómplices I [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora