Capítulo XXV

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- ¿Quién te lo ha dicho? - preguntó aun con su rostro pálido

-Es algo que todo mundo aquí sabe, nunca te considere una persona así, Adonis- me iba a dar la vuelta para irme, pero me sostuvo de la muñeca.

-No me casaré, romperé el compromiso con ella- dijo haciendo ojos de cachorro

-De ninguna manera, además ni tu ni tu hermano pueden estar con plebeyas. Los dos son un par de egoístas y...- me interrumpió.

- ¿Eros fue a hablar contigo? - preguntó algo molesto

-Sí- dije secamente.

Después de eso se quedó muy serio, yo solo me di la vuelta y seguí en mi trabajo.

A la hora de comida, salí rápidamente y compré algunas cosas para la casa de la Isla.

Fui y las deje al hotel, comí en el mismo hotel para no perder tiempo.

Al regresar al trabajo seguí  con mis deberes, salí más temprano de lo usual, ya que Apolonia y Adler celebrarían su aniversario. Como salí temprano, quise ir a la isla.

Tomé el barco y en el transcurso del viaje, me quedé pensando en muchas cosas.

Al llegar a la Isla, comencé a bajar las cajas. Unas eran más pesadas que otras, se las deje a la señora de la vez pasada, fui a mi "casa", barrí la planta baja y al ver que ya estaba limpia, comencé a llevarme las cajas, la segunda caja era demasiado pesada, iba por el sendero que me llevaba a la casa y choque con algo y las cosas cayeron al igual que yo.

-Perdón- dije comenzando a meter las cosas a la caja nuevamente.

-Te ayudo- dijo una voz conocida

Levanté la vista y en realidad no podía creerlo.

-¿Qué haces aquí?- dejé de recoger las cosas y me sobe la frente en modo de frustración.

-¿Ya conseguiste casa?- preguntó sonriendo.

-Te hice una pregunta primero- comencé a recoger todo del piso.

-Vine a saber más de lo que será mi reino, Sky- dice y enseguida 

-Que bien- dije guardando una de las fotos que estaban ahí.

-Tu contesta mi pregunta- dijo firme

-Es algo personal, hasta que este listo daré la noticia- dije y en ese momento ambos tratamos de recoger una foto que faltaba.

-Es mejor que me vaya- dije y levanté la caja tan pesada.

-Te ayudo- dijo y cargo la caja.

-No es necesario- dije y seguí mi camino hasta que me detuvo.

-Te ayudo- y se llevo la caja sin mas.

Yo lo iba siguiendo para decirle donde la dejaría, y así estuvimos el resto de la tarde, moviendo cajas entre los dos.

-Este es un gran lugar, bien arreglado se verá grandioso- dijo viendo a los alrededores de mi casa.

-Eso espero- dije y en ese momento mi celular comenzó a sonar.

-¿Si?- contesté

-Hija, soy Kendrick, tu padre. Te hablaba para decirte que mañana a primera hora llega tu invitación al hotel donde te hospedas

-Gracias, papá. Mañana la recojo a primera hora

-Te quiero mi niña, nos vemos- colgó

En cuanto guarde el celular y voltee a ver a Eros, lo vi confundido.

-¿Qué pasa?- pregunté

-¿Quién hablaba?- preguntó

-Mi padre- dije obvia.

-Pero, tu me dijiste que no conocías a tu papá- dijo con una mirada seria.

-Ya tiene rato que se comunico conmigo, no quería verlo. Y hace unos días fui con él a visitarlo y a aclarar muchas cosas. Ese fue mi viaje, ese en el cual tu hermano y tú se pusieron a pedirme explicaciones- expliqué

-Y...¿qué tal vas con él?- preguntó

-Es un buen hombre, me hubiera gustado tenerlo en la infancia pero el destino hace las cosas por algo, ¿no?- dije sonriendo

-Espero que eso siga así, que todo este bien- dijo y en ese momento no supe si fue por impulso o por que el momento lo meritaba, pero lo abracé. Y créanme que ese abrazó me llenó por completo.

Al separarnos de ese abrazo, tomó mi cara entre sus manos, acarició mi mejilla suavemente y pegó nuestras frentes.

-Me gusta verte así- dijo sonriendo

-¿Cómo?- pregunté confundida

-Feliz, en paz. Te veo con un brillo en los ojos que antes no tenías- se acercó aún más a mi.

-Estoy en paz. Lo único que me falta es mi alma gemela, pero sé que llegará algún día- observé sus ojos

-Tal vez ya la tienes- dijo tomando mi cintura con su brazo.

-¿Quién?- pregunté entrecortadamente, el hecho de que lo tuviera tan cerca mio, me hacía sentir nerviosa y emocionada a la vez

-Aquí estoy- dijo y me besó. 

Era un beso dulce y tierno, no puedo decir que estaba lleno de amor, porque realmente no sabía si él me amaba o incluso si yo lo amaba. 

El amor para mí, nunca fue primordial, viniendo de una pareja, sé que pensaran: "¿Y Ethan?, él es tu ex novio". Ethan fue mi primer amor, aunque creo que el "amor" que nos teníamos era más como de amigos- hermanos.

-Quiero estar contigo, quiero que seas parte de mi vida, que estés conmigo hasta que yo envejezca- dijo al separarse de mi y eso me golpeó como una cubeta llena de hielos o agua fría.

-Pero no podemos y bien lo sabes, no tienes permitido estar con plebeyas- dije 

-Pero lo que yo siento hacia ti es más grande, y haré todo lo que este en mis manos para estar contigo- se acercó y tomo mi mano

-Es muy pronto para decir "te amo", pero sé que te quiero, desde esa vez que te conocí, supe que te quería a mi lado y eso es lo único que te pido, Sky- dijo y yo solo solté su mano

-Ya esta anocheciendo, es hora de irnos- dije y salí de la casa.

Realmente quería lo mismo con él, pero hasta que Clary y mi padre no me reconozcan como alguien de parte de la realeza no podré hacer nada.

Creo que es hora de hacer lo que no había querido hacer desde que llegue a Grecia: irme.

Eros y yo subimos al bote para que lo pudiera llevar a casa. Ninguno pronunciaba alguna palabra, todo el viaje fue en silencio.

Al bajar, uno de los guardias lo estaba esperando, yo simplemente me fui al hotel.

Al llegar, le marqué a mi padre.

-¿Si?- contestó

-Papá, soy Sky- dije y mis ojos se comenzaron a llenar de lagrimas, cuando recordé mi conversación con Eros.

-¿Sky?, ¿Estas bien?- preguntó

-Sí, solo quería ver si me podía ir a vivir con ustedes- dije ya con voz llorosa

-Claro hija, pero ¿Pasó algo malo?- preguntó

-Te explicó después- dije y colgué

Tenía que hablar con Apolonia, sobre que me iba, con Nora y Evan. 

"Adiós sueño griego"

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