Conociendo a una panda de locos

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EDITADO

Ellie

Anne estaba a punto de meter las llaves en la cerradura hasta que... se cayeron al suelo. ¡No puede ser más torpe! ¿¡Quieres abrir la puerta de una puta vez!? ¡Los nervios me están matando por dentro! Se agacha a cogerlas y por fin, después de lo que parecían 3 años para mí, abrió. Aplauso mental. Entramos a la casa... ¿qué digo de casa? Esto era una casota, una mansión, cualquiera se puede perder aquí.

- ¡¡Chicooos!! ¡Hemos llegado!

Ya decía yo que el padre estaba muy, demasiado, callado. ¡Vaya pulmones! 

Entonces se escuchan varios pasos bajando la escaleras, y de ella salen una chica hermosa y dos chicos... ¿iguales? Bueno, no exactamente, uno tiene gafas y viste mal, lleva en su cara una enorme sonrisa que transmite mucha alegría, y el otro no tiene gafas y viste mucho mejor, no sabría definir su estado de ánimo puesto que si cara estaba neutral por completo, excepto cuando me miró, que se le formó una pequeña sonrisa traviesa mientras me analizaba de arriba abajo. ¡Qué descaro el tío!

- ¿Y Edward, chicos? - Preguntó Anne.

- No quiere bajar. - Respondió la chica, creo que era la tal Gemma, suspirando de cansancio.

- Pues bajará, porque soy su madre y yo se lo mando. - Dicho esto, Anne desapareció por las escaleras.

- Hola soy... - Era la hora de las presentaciones, creo que no conozco a nadie que le guste esa parte, y yo, me incluyo.

- Gemma, lo se, yo soy Ellie. - Hablé tán rápido de los nervios que ni siquiera sé si me entendió.

- Vaya, mis padres ya te han hablado de nosotros.

- Algo así, sí.

- Bienvenida Ellie, soy Marcel.- Dijo el de las gafas. ¡Que voz más dulce tiene! Me dio un pequeño abrazo que acepté con mucho gusto.

- Gracias.

- Vaya, así que tú serás la que me alegre la vista durante todo el verano, soy Harry, el chico que te la alegrará a tí.

- Emm... hola. - No sabía qué responder a eso. Sí, el chico estaba bastante bien, pero creo que a su enorme ego no le hace falta que se lo diga.

- ¿Eres tímida? - El tal Harry se acercó a mí DEMASIADO y puso sus manos en mis hombros mientras se acercaba a mi oreja para susurrarme. - Eso me gusta

Su aliento chocó en mi oreja, lo cuál me hizo cosquillas, pero estaba demasiado en shock como para reaccionar de alguna manera. Oh no, ni lo pienses chaval.

- Bonito, aparta, soy tímida, no estúpida. - Le puse las manos en su gran tonificado pecho y lo empujé.

- Tímida por fuera pero leona por dentro. - Sonrió más amplio y levantó una ceja.

- Si juegas con fuego, te quemas. Y si te quemas, te quedas sin mano, ¿lo entiendes?

- No sé yo... Soy un chico arriesgado.

- Encantada de demostrártelo. - Le dediqué una sonrisa sarcástica.

Creo que entendió todo lo contrario a lo que le quise decir, puesto que me guiñó un ojo. ¿Se cree en serio que me va a conquistar así? ¿O a cualquiera?

- Que asco... - Murmuré mientras el chico subía de nuevo las escaleras, intuyo que a su habitación.

- Perdona su actitud, es así con casi todas las chicas que conoce. ¡Yo no soy así! Me parece una actitud denigrante, no quiero que te sientas incómoda aquí... - Marcel se puso a hablar rápido nervioso.

Un verano con los trillizos Styles {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora