Capítulo 75

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Narra Chris:
Despierto lentamente después de un jodido sueño. Me duele la cabeza demasiado para ser verdad, mi vista poco a poco deja de tornarse borrosa; noto que estoy acostado en el sofá y mi cabeza está recostado en las piernas de tn, la miro claramente para luego dar un brinco y alejarme de ella. Recuerdo que me hizo. Me mintió.
Me trajo hasta su casa con la excusa de que había una sorpresa para mí, y yo como niño tonto que soy, caí en la mierda.
¡De un golpe me hicieron desmayar!
Chris: -la miro intimidante- me mentiste...
Tn: -se levanta del sofá- ¿de que estás hablando?
Chris: ¡De que me mentiste maldita sea!
-alzo la voz y una vena en mi cuello está por explotar-
Tn solo queda en un estado neutro... como si fuera que en su mente ella esta ordenando las cosas.
Chris: ¡Respóndeme! -estoy muy furioso, pero en el fondo lamento hacer este drama. Pero ya no soporto que la gente me tome por tonto.
Tn: no lo podrás borrar... -murmura con la mirada perdida-
Chris: ¿qué?
Tn: no lo podrás borrar, eres la pieza de la historia y yo el ángulo del libro; se tiene que parar, lo tenemos que detener.
Marcol... estará del lado de ellos, pero volverá, él volverá. Es parte del ciclo de este libro, nos ayudará a terminarlo.
Tukma Merasin...
Chris: déjate de decir incoherencias tn y dime por qué me golpearon -cruzo los brazos y mi respiración está agitada-
Tn: tu me lo dijiste...
Chris: ¿eh?
Tn: -se pone frente a mi, muy cerca para mi gusto- me dijiste que no lo podría borrar, ahora lo entiendo. Quería borrarte la memoria, más bien era Vania quien lo haría, pero ya veo que no funciona. Los vampiros tenemos leyes, y si lo hice fue para protegerte pendejo. No soportaría encontrarte muerto, ¿y que gano? ¡Tus malditos gritos de niña!
¡Yo no lo sé todo Chris! No sé quién eres en verdad, tienes algo que pertenece a este mundo oculto, no sé de qué libro hablas, no sé qué es Tukma Merasin.
No lo sé maldita sea...
Chris: yo solo buscaba a alguien que me pueda ayudar, y apareciste tú, primero como la tn normal... y luego a lo que sé que es ahora. Te lo conté todo, todo lo que me pasaba. No sabes lo afortunado que me sentí al contarme tu historia... pensé que nosotros... -me detengo y aprieto los puños, soy un imbécil- sólo me lo contaste por qué creíste que luego olvidaría todo, fui un gran muñeco para el desahogo.
Siempre fui eso, un muñeco con el que pueden hacer lo que quieran.
La dejo con la palabra en la boca y me largo del maldito gimnasio en el que me encontraba. Quiero ir a casa a comer papitas y ver a papá, el nunca me falla.
Necesito estar encerrado, mi estado de ánimo esta a nivel subterráneo.

Luna Menguante//Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora