No logro entender los susurros, hasta que su cabeza se voltea hacia mí, sus ojos seguían cerrados, pero veía que debajo de sus párpados sus ojos se movían por todos lados, él estaba viendo algo en sus sueños. Lo tomé del brazo con cuidado y él empezó a hablar.
Chris: no lo podrás borrar, eres la pieza de la historia y yo el ángulo del libro; se tiene que parar, lo tenemos que detener.
Marcol... estará del lado de ellos, pero volverá, él volverá. Es parte del ciclo de este libro, nos ayudará a terminarlo.
Tukma Merasin...
(...)
Christopher no paraba de hablar, y yo sólo pensaba en todo lo que había dicho a la madrugada; parece que él ni lo recuerda, me dijo sobre Marcol... ni siquiera le había contado el nombre de mi hermano ¿como lo sabía?
No tenía sentido lo que habló para mí, pero tampoco creo que habló dormido y nada más. Este chico tiene algo...
Chris: tn ¿me escuchas?
Tn: ¿eh? -giro la cabeza hacia el-
Chris: creo que no me escuchaste -ríe-
Tn: lo siento -acomodo un mechón detrás de mi oreja- estaba divagando...
Chris: me dijiste que me contarías cómo fue que te transformaste en vampiresa, quiero saberlo -La miro expectante como un niño cuando le cuentan un libro de cuentos-
Tn: bueno... -resopla- aquí vamos...
Yo vivía en Nueva Orleans, me diagnosticaron leucemia cuando era niña, no podía salir, estaba muriendo cada día.
Recuerdo que mi madre lloraba todos los días, le dolía el doble saber mi situación, ya que para ella fue devastador perder a mi padre en la guerra. Fue el hombre más maravilloso que pudo haber existido en este puto planeta; recuerdo que la última vez que lo vi el me abrazo a mi, mamá y a mi hermano; nos dijo que nos amaba con todo el amor del universo, prometió que no nos abandonaría; que siempre estaría con nosotros, que para cuando el mundo nos lastimara; él vendría a defendernos.
Dijo que somos valientes, que podríamos contra a todos los enemigos de nuestras vidas. Cuando eso yo estaba con los brotes de mi enfermedad, me cargo en sus brazos y me besó todo el rostro, me dijo que yo no iba a morir... que era su amor eterno...
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Luna Menguante//Christopher Vélez
Roman pour AdolescentsLa vida y la muerte se encontraron, se enamoraron sin poder prever. Entonces la vida dio flores a la muerte para que no lo olvidara en su infinita trayectoria. Eso fue demasiado para la inmortalidad que los contemplaba, desde ese entonces se encarg...