Capítulo 61

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Doy como unos dos pasos más y... no sé qué pensar, creí que me llevaría en una guarida o algo así; pero en realidad me llevó ante una hermosa casa localizada en medio del bosque, era en realidad preciosa... ¿quienes viven aquí? ¿Mafiosos? ¿Narcotraficantes?
Empiezo a recorrer el patio trasero con cuidado para que nadie me vea, pensarán que quiero robarles algo o cualquier cosa; pero no es así, la verdad se me hace extraño que alguien viva en medio del oscuro y siniestro bosque.
¿Acaso no saben de los acontecimientos?
O...  ¿serán los asesinos quienes viven en esta casa?
Doy vuelta hacia la piscina y nada que sea como que sospechoso en el patio, ni siquiera hay mascotas... todo está en un silencio verdaderamente incómodo.
De seguro los dueños no están...
Me acerco a la pared de vidrio polarizado e intento ver algo, lo único que veo es que pareciera ser ese lugar un living. Pero nadie está allí.
Mis pulsos estaban a mil por horas, el temor me consumía por si alguien me llegara a descubrir.
Saco mi celular y capturo algunas fotos del sitio para mostrar a Marco y Mateo.
Esto es muy extraño...
Cuando mi mano se dirigía al bolsillo de mi pantalón para dar media vuelta y volver por el camino en la cual vine, algo me agarró del cuello para elevarme en el aire y colocarme contra la pared.
Su fuerza era indescriptible que sentía que los tendones de mi cuello se rompería, intento ver con claridad quién era y me encuentro con la persona más inesperada de todas mis suposiciones...

Luna Menguante//Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora