Capítulo 27

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Me levanto de la cama y siento que se dirigen hacia el otro lado de la casa, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando esos ruidos se tornaron en siseos. Mi respiración se agitaba, pueden reírse de mí, pero enserio me estaba cagando de miedo. Lo peor es que papá no está para salvarme. Me coloco mis pantuflas y doy un largo suspiro de coraje para salir de mi cuarto y bajar las escaleras con mucho cuidado. Creo que me van a robar.
Voy bajando con cautela y con el corazón latiendo a mil por horas, me detengo un momento para saber a donde se dirigió esos ruidos, pero extrañamente no se escuchaba nada... Era un silencio profundo... Ningún movimiento. Absoluta calma... Doy unos pasos más al frente y miro por todos lados. Seguía el silencio... Hasta que escuche un ¡pum! Y salió de mí un grito involuntario de niña, quise correr pero me tropecé con la alfombra. Me levanté sin parar de gritar y subí las escaleras para luego encerrarme en mi cuarto y quedarme contra la puerta.
Lo sé, soy un héroe.
¡Rayos Christopher! Me doy un buen golpe en la frente al percatarme de mi reacción ¡salí corriendo y grité como una niña!
No tengo idea de que esté sucediendo, pero no puedo huir como un marica. Algo cayó o dejaron caer, se escuchó de esa forma. Pero era hacia la puerta principal. Voy a salir, no tengo miedo de nada, ya soy un hombre. Pero primero contaré hasta sesenta.
(...)
Es hora, ya pasó un minuto y los ruidos se fueron. ¿sera que están esperando por ti?, ¿si te quieren matar?, ¿o violar?, ¿vender mis órganos? ¡Deja de ser tan fóbico!
Abro la puerta nuevamente y inhalo aire de coraje para ir abajo. Esta casa está bajo mi protección.
Debo ser un macho alfa de pelo en pecho.
Desciendo sin respirar, con las manos heladas y un poco sudado. Era obvio que tenía miedo, pero no se lo demostraría a los ladrones. Salí al living y no había nadie, todo estaba en orden. Podría revisar las demás habitaciones, pero los ruidos se concentraban por aquí o hacia el lado de la puerta. Apreto los puños y me dirijo para abrir la puerta, toco la manija, me armo de coraje y la abro. Pero no me topé con lo que esperaba...
Lo encuentro inconsciente tirado en el suelo de la entrada. ¿Papá?

Luna Menguante//Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora