La familia West Miller aún tiene mucho que compartir con ustedes.
El pequeño West está creciendo y es momento de conocer más de él.
♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡
Bienvenidos a una historia más de la familia West Miller, espero les guste y la disfruten...
Rodeé su cintura con mis piernas y él me llevó hasta la cama, me recostó y empezó a quitarse la ropa, yo lo hale hacia mí para seguir besándolo, una semana sin sentir sus labios sobre los míos había sido demasiado, lo necesitaba, lo deseaba. Le ayudé a desabotonar su pantalón, sin dejar de besarlo, cuando lo logré se lo bajé junto con el bóxer, dejando de besarnos por primera vez, él se quedó viéndome mientras acariciaba su miembro, me tomó de las mejillas y volvió a besarme. Bajó los tirantes de mi vestido y llevó éste hasta mi cintura como no llevaba sostén mis pechos quedaron libres, con los pezones erguidos esperando por su atención, de inmediato sus manos empezaron a acariciarlos, luego llevo sus labios hasta ellos y empezó a chuparlos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bastián —dije más que excitada y con ganas de más.
—¿Qué quieres? —preguntó viéndome con una mirada seria y llena de deseo—. ¿Que te haga mía? Dímelo.
—Sí... hazme tuya —besó mi cuello y con sus manos bajó mi vestido por completo y luego mis bragas.
—Eres mía, ¿verdad?
—Soy tuya —le respondí sin dudarlo.
—Y sabes que yo soy tuyo, que te amo sólo a ti, ¿verdad? —lo vi a los ojos.
—Lo sé mi amor —acaricié su mejilla y lo besé.
Se posicionó en mi entrada y empujó sus caderas para entrar de una sola estocada en mí, se sentía tan bien tenerlo dentro de mí otra vez, se sentía maravilloso. Él estaba de pie, yo acostada en el borde la cama, nuestras pieles cubiertas de sudor sonando en cuanto hacían contacto, mis pechos moviéndose al compás de sus embestidas. Sus gemidos se escuchaban como música para mis oídos después de tanto tiempo.
—April —gimió mi nombre y sonreí, hasta que se detuvo y salió de mí, se sentó en la cama a mí lado y me vio—. Ven —me indicó que me pusiera a horcajadas sobre él y lo hice.
Puso sus manos en mi cintura y empezó a guiar mis movimientos, pero yo quería tener el control, así que quité sus manos de mi cintura y las puse sobre mis pechos, empecé a moverme hacia adelante y atrás, luego puse mis manos en sus hombros y empecé a subir y bajar, las manos de Bastián estaban aferradas a mis pechos, apretándolos y debes en cuando llevando sus labios a ellos y chupándolos.
—Ah, sí —lo vi, sus ojos cerrados, su cabeza hacia atrás y sus dientes sobre su labio inferior—. Sigue así, amor —eso me motivaba más, así que aumente la velocidad de mis movimientos.
Tener el control me excitaba y mucho, así que estaba segura que no aguantaría más, sabía que ya estaba al borde y Bastián por mis movimientos rápidos también. Las manos de Bastián apretaron mis pechos fuertemente, y sus labios besaron mi cuello... eso fue suficiente, explote en un maravilloso orgasmo.