April
Bastián y yo habíamos estado tan ocupados con lo de los preparativos de la boda, que no había podido pasar un rato a solas con los niños, entonces decidí tomarme la tarde para estar con ellos, principalmente con Brad que había estado un poco triste. Estábamos en su pastelería favorita y aún así se veía distraído, ni siquiera hizo plática con la mesera.
—Amor, ¿te pasa algo? —le pregunté, levantó la mirada y suspiró.
—Mami, Becca no me da besos —hizo un puchero y reí.
Becca nos contó a mí y su mamá que Bradley le dio un beso a Camile, lo que al parecer la puso celosa. Estos niños eran una ternura y un drama adolescente a la vez.
—Amor, tú le diste un beso a Camile, ¿verdad?
—Sí. Es linda mami.
—Por eso le diste un beso, ¿no es así? —asintió—. Bien, tú dices que nunca cambiarías a Becca, ¿verdad? —asintió nuevamente—. Entonces no debes besar a otras niñas.
—¿Pelo si son lindas mami? —era tan inocente.
—No importa que sean lindas, no debes besar a ninguna otra niña que no sea Becca, ¿entendido? Sí lo haces ella no te dará besos.
—Sí mami, polque no quielo estal sin ella —sonreí.
—Ay mi amor, eres un niño hermoso —le lancé un beso—. ¿Ya terminaste? Recuerda que debemos volver a la casa para hacer tus tareas.
—Sí, ya vamos.
Llegamos a la casa y luego de asegurarme que Avril se quedara dormida, sacamos todos los materiales y ambos empezamos a trabajar, debía hacer un reloj grande y bonito para aprender a usar éste y no sabía cuál de los dos estaba más emocionado, él o yo con su primera tarea manual en donde necesitaría mi ayuda. Entre los dos pintamos el círculo, las manecillas y los números de distintos colores, Bastián nos había dejado todos los materiales listos. Cuando estuvo pintando lo dejamos secar.
—Que lindo mami —mi niño que tenía la carita con pintura sonrió—. Va a sel el mejol mami —lo abracé y besé su cabello.
—Hola a todos —Bastián entró a la sala y nos vio—. Un huracán de pintura pasó por acá —se cruzó de brazos y sonrió.
Se veía hermoso cuando sonreía y pensar que pronto sería mi esposo, no lo podía creer, la fecha de la boda ya estaba establecida y sería dos días después del cumpleaños número cuatro de Bradley, o sea, veintiocho de noviembre, de nuestra luna de miel volveríamos una semana después, ya teníamos todo planeado, aunque no sabía exactamente a dónde iríamos. Bastián se acercó a nosotros y le dio el visto bueno a nuestro trabajo.
—¿Por qué llegaste temprano? —le pregunté mientras le ponía la pijama a Bradley.
—Terminé antes lo que tenía pendiente y quise venir para prepararles la cena —me guiñó y sonreí. Le puse las pantuflas a Brad y lo bajé de la cama.
—Quielo jugal con Mickey —señaló al perro dormido en la alfombra.
—Bien, pero no te ensucies —despertó al perrito y ambos fueron a jugar.
—¿Qué quieres comer? —Bastián se me acercó y rodeó mi cintura con su brazo, mientras con su mano libre acariciaba mi mejilla.
—¿Te puedo comer a ti? —lo besé y mordí su labio inferior.
—Sí, si puedes, pero cuando los niños estén dormidos —me guiñó, volvimos a basarnos y salimos de la habitación de Bradley para ir a la cocina—. Bien, veamos que hay aquí —Bastián abrió el refrigerador—. Podemos comer pollo com vegetales, puré de papa, arroz blanco, ¿qué dices?
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Pequeños West. [West#2]
RomansaLa familia West Miller aún tiene mucho que compartir con ustedes. El pequeño West está creciendo y es momento de conocer más de él. ♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡•♡ Bienvenidos a una historia más de la familia West Miller, espero les guste y la disfruten...