‣ Capitulo 5

264 39 25
                                    


El viernes por la noche llego a casa después de un largo día de trabajo y en cuanto a travieso la puerta veo a mi madre con su bata de baño gris oscuro, sandalias y su cabello pelirrojo cenizo cubierto de tubos, Annie trae puesto un vestido a la rodilla color negro y su cabello está perfectamente peinado en una trenza francesa que deja algunos delgados mechones sueltos por sus orejas y frente para que se vea más natural.

Ambas se encuentran completamente concentradas en la pequeña cocina apuradas y removiendo algo en la olla que hay sobre la estufa.

— ¿Qué es lo que hacen? — Pregunto sumamente confundida cerrando la puerta a mis espaldas y camino hasta donde ellas están, en el interior de la olla hay sopa en crema de no sé qué, pero huele muy bien.

—Mamá tuvo la maravillosa e improvisada idea de salir de turno temprano e invitar a cenar a Gustav y sus hijos. —Me explica Annie fingiendo entusiasmo.

— ¿Gustav tiene hijos? —Abro los ojos a la par.

No sé qué me sorprende más si mi madre organizando una cena sorpresa o que su novio tenga hijos, bueno pensándolo bien creo que ambas.

—Sí, tiene dos. —Dice mi madre con una sonrisa. —, uno es dos años mayor que tú y el otro tres años más que Annie.—Junta sus manos al pecho y sus ojos me miran con un brillo que desde que papá murió, no le había visto.

Y aquí es en donde una vez más compruebo que mi madre tiene los cambios de humor muy disparados, ayer se resignaba a hablarme y ahora me cuenta toda su vida.

— ¡Estoy tan emocionada, ansió conocer a los chicos! —Habla Annie expresándose sarcástica y mi madre borra la expresión feliz del rostro. Mierda.

—Para Anastasia. —Le advierto seria y ella me mira mal.

—Déjalo Scar. —Estira su mano para acariciar mi mejilla y me quedó medio perpleja por el acto cariñoso que hace mucho no recibía de ella. —, terminaré de arreglarme— Y con los ojos aguados comienza a caminar hasta su habitación, no se molesta en cerrar la puerta como otras veces.

— Annie...—Miro a mi hermana y ella niega varias veces en señal de que no quiere oír nada de lo que esté a punto de decirle. Suelto un suspiro. Sé qué mi madre es complicada a sobremanera y que nos saca canas verdes, pero al final es nuestra madre y debemos apoyarla nos guste o no.

—Ya sabes lo que pienso sobre Gustav, no lo soporto ni en lo más mínimo. —Agrega y pica algunas rodajas de baguette. —, pero está bien, prometo que me voy a comportar.

—Sólo recuerda que mamá no te va a decir qué novio es el adecuado para ti.

Me mira fijamente. —, sólo recuerda que Gustav va a arruinar a mamá y a nosotras.

Trago saliva cuando cuando con esas palabras recuerdo lo que Paul me habló la noche pasada y el estómago me da un vuelvo, tengo que decirle a Annie en cuanto antes, pero esta noche no será, no quiero arruinar nada.

Mi hermana suelta el cuchillo y desaparece para meterse en nuestra habitación.

Me quedó parada casi a mitad de la cocina y doy un respiro profundo antes de apagarle a la sopa y encaminarme a la habitación de mi madre, la miro sentada frente al tocador con un cigarrillo entre los labios y con rastros de lágrimas en sus ojos que me hacen sentir mal. Me acerco a paso sigiloso hasta ella, pero es inútil porque me ve por el espejo y me da una débil sonrisa pasándose los dedos por las mejillas.

—Me siento como si está fuese a ser mi primera cita. —Dice riendo un poco y sorbe la nariz, apaga el cigarrillo a medio fumar en el cenicero. —, recuerdo que mi madre se ponía como tu hermana cuando le llevaba algún chico a casa. —Suelta un suspiro lleno de nostalgia. —, a pesar de todo y de nuestra difícil relación, extraño todos los días a mi madre, Scarlett.

PELIGROSO DESEO || LIBRO 1 +18 [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora