‣ Capitulo 11

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Domingo por la mañana y yo me quiero morir. La cabeza me duele tanto que siento que en cualquier momento me va a reventar.

— ¡Arriba, arriba! —Canturrea Annie al tiempo que golpea con una cuchara una olla de metal y da círculos por la habitación.

Cierro los ojos con fuerza al sentir dolor en la parte de la nuca.

— ¡Largo! —Le grito irritada.

— ¿Es tu primera resaca? —Lo dice medio riendo y detiene el sonido molesto del metal siendo golpeado. 

—Nunca había bebido tanto, pero te aseguro que será la última. —Gruño sentándome en la cama.

—Joder, mira ese pelazo. —Con el mango de la cuchara me toca algunos mechones y los quita de mi frente.

Agito la mano para que deje en paz. No quiero imaginarme que tan explosivo traigo el pelo.

— ¿Mamá ya se fue a trabajar? —Pregunto en el momento exacto en el que escuchamos como azota la puerta principal.

—Ahora ya. —Se deja caer en mi cama. —, ¿Crees que siga molesta?

La miro incrédula y dejo salir mi sarcasmo. —, quizá que casi tumbe la puerta al salir nos quiere decir que está fantástica y de buen humor.

Annie gruñe por lo bajo. —, creo que si me excedí un poco.

— ¿Un poco? —Elevo las cejas. —, dios, no quiero pensar cómo será el mucho.

Lloriquea. —, tú sabes Gustav me saca de mis casillas y desde la cena ya traía todo en la punta de la lengua, no pude...

El recuerdo de esa noche vuelve a mi cabeza por unos minutos junto con la imagen de Trevor devorándome el cuello ayer. Dios. La abrumación me invade provocando que cierre los ojos y que ataque mi pulgar con los dedos.

¿Qué es lo que estoy haciendo?

—Scar. —Me llama mi hermana sacándome de mis cavilaciones.

—Ya, lo siento. —Suelto el dedo. —, ¿Me decías algo?

—Sí, ¿Qué es lo que te ocurre?

Aprieto los labios y casi enseguida suelto el aire. Tengo tanto que decirle que no sé por dónde comenzar. Pensar que quizá lo que hice con Trevor fue inconscientemente para intentar sacar a Evan de mi cabeza no es ni la punta de todo mi iceberg mental y menos si no lo logré en lo absoluto. Bueno, inconsciente no sería la palabra correcta porque estaba más que eso.

— Te diría que escogieras qué hecho trágico de mi vida quieres escuchar primero, pero todo lo que me pasa últimamente es tragedia.

—Deja el drama, habla ya.

Me acomodo en la cama y me paso el pelo por un lado de la cara.

—Me puse algo achispada ayer en la fiesta...—Comienzo.

—Lo noté. —Me interrumpe haciendo una línea con sus labios. —, llegaste diciendo que era la mejor hermana del mundo y que querías besar a Evan.

Abro mis ojos a la par y trago saliva con vergüenza. La verdad es que por un segundo creí estar bien al salir de la casa, pero luego al ir con la ventanilla abajo en el auto de Dean perdí los sentidos hasta que desperté por la mañana sintiendo la cruda moral hasta el tope.

—Pero descuida, no fue nada del otro mundo, todo ya lo sabía. —Se encoje de hombros al tiempo que se sienta en mi cama. —, continua con tus tragedias.

PELIGROSO DESEO || LIBRO 1 +18 [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora