PELIGROSO DESEO || LIBRO 1 +18 [✓]

‣ Capitulo 3

Las conocidas letras neón que están sobre la puerta son tan potentes e incitadoras que su luz morada ilumina cada vez más la oscuridad de la calle y atraen a las personas como si fuesen insectos a una lámpara de luz. Jungla es lo que dice esa horrible caligrafía por lo alto del marco de madera caoba oscuro que detesto ver y sinceramente concuerdo completamente con el nombre, le queda como anillo al dedo a este tétrico establecimiento que es tan oscuro como la gente que se encuentra aquí.

En cuanto travieso el umbral mi cuerpo se llena de esa sensación de temor conocida y que con el paso de las visitas se volvió familiar, las personas que se encuentran cerca posan sus ojos curiosos en mí como cada que vengo a buscar a mi madre y ahora ya puedo entender la forma en la que me escanean, —que es como si yo fuera un ser de otro planeta para ellos —, no es nada común que por estos lados de mala muerte entre una chica en vestido decente y con estás pintas tan casuales un martes por la noche o cualquier día de la semana.

Busco a mi madre entre los taburetes ignorando que me miren, pero no encuentro rastro de ella y la barra está sin un alma, que es donde se supone que atiende Silvia y donde se supone que mi madre estaría esperándome. Me voy un poco más lejos, directa a los baños en donde escucho cosas que no debí haber escuchado jamás y decido salir pitando antes de que alguien mal interprete la razón por la cual estaba ahí. Me rindo en medio del gentío con la idea en la cabeza de volver a regresar la llamada al número del que me ha llamado Silvia o como segunda opción arriesgarme a arruinar la noche de Annie llamándola en un tono desesperado para que venga al rescate de nuestra madre.

Pienso y pienso golpeteando sobre la yema de mis dedos la carcasa verde menta de mi teléfono un par de veces, nerviosa.

Y entonces al levantar la mirada algo me distrae provocando que entorne los ojos cuando detecto que una mujer vestida de gala como si fuese a recibir un premio y con miles de joyas en sus dedos y cuello ha salido por detrás de unas curiosas y gruesas cortinas de terciopelo negro que están a unos metros de mí ¿Qué es eso? nunca me había percatado de su existencia y ahora la curiosidad me mata por saber que hay detrás de ese lugar tan discreto y escondido para mis ojos,  doy un par de pasos ansiosa y la idea de que quizá mi madre esté ahí detrás me asalta poniéndome más inquieta de lo que estaba. 

Antes de que mis dedos se envuelvan esa seduciente tela oscura que a cada segundo parece llamarme para que la toque, mis ojos se deslizan a un letrero dorado postrado en la pared:

«Sección Roja. Únicamente personal autorizado»

Trago saliva, nerviosa. Dios soy yo de nuevo, esta noche no seguiré las reglas. Sin importarme que problemas tenga después, mis dedos se cierran en el terciopelo y cuando la cortina se ha deslizado unos centímetros de la pared de ladrillo, alguien habla a mis espaldas ocasionándome un respingo y la sensación que recorre mi cuerpo es exactamente esa misma que cuando alguien te atrapa haciendo algo indebido, con los leves segundos de sentir el estomago vació y que el corazón te palpita tanto que sientes que se saldrá de tu pecho. 

—Yo que tú no haría eso.

Pero esa sensación se esfuma en cuestión de un chasquido, y el sonido de esa voz  varonil tan gutural ha hecho que las piernas me tiemblen de una forma inexplicable y que se me erice por completo la piel, si antes estaba nerviosa ahora no puedo describir a cuantos niveles subió esa sensación.

Respiro un par de veces de forma discreta y sin querer la palma de mi mano se apretó aún más a esa fina pero tentadora cortina.

— ¿Qué acaso no me escuchaste, niña? —Escupe con rudeza.

Decido rendirme a saciar mi  curiosidad, la mujer que salió se veía que cagaba dinero y mi madre no es para nada ese tipo de persona, sin pensarlo un segundo más en automático mi cerebro niega la idea de que quizá ella esté ahí dentro. Suelto despacio el terciopelo y me giro sobre mis talones para encarar a quien sea el dueño de esa voz tan hipnotizante y furiosa.