El jueves por la mañana abrí la caja que la señora Holland me trajo, mi madre y yo nos sentamos en el comedor en silencio y nos quedamos contemplando un buen rato su interior, no nos atrevimos a tocar nada por un largo rato, sólo mirábamos las cosas que alguna vez mi hermana uso y que ya no volvería a ponerse.
Mire a mi madre cuando detuvo su mano a medio camino de tomar el mandil café oscuro perteneciente al uniforme de la tienda y sus ojos claros se aguadaron hasta romper en llanto, mi mano fría alcanzo la suya y le di un apretón con ternura. Estamos juntas en esto, trate de hacerle saber.
Cuando el valor llegó a ella, tomo una profunda respiración y su mano comenzó a sacar todo lo que había en el interior; después de sacar el mandil, prosiguió con su perfume de lavanda que tanto peleaba conmigo porque algunas veces le tomaba un poco, después aparecieron unas cuentas gomas para el cabello, un brillo labial, un peine y finalmente unos tupper de comida vacíos.
—Annie casi se mudaba a la tienda. —dice mi madre con una pequeña sonrisa en medio de su llanto silencioso y sin querer me río, aunque parezca exagerado realmente es cierto, Annie y yo no tenemos muchas cosas que usar y casi todo lo suyo estaba metido en ese locker que tenía en su trabajo.
—Creo que ahora entiendo porque mis cosas se agotaban tan rápido.
Mi madre vuelve a reír y se lleva el mandil a su nariz, lo huele cerrando sus ojos y veo como nuevas lágrimas se escurren por sus mejillas.
—Ella está bien má, te aseguro que mucho mejor que nosotras. —mi mano toma la suya. —, papá la cuida, no hay de qué preocuparnos.
Asiente y me sonríe débilmente. —, lo sé.
Comenzar a vivir sin ella es un proceso que veo largo, pero sé que algún día voy a lograrlo y Annie se va a sentir orgullosa de mí.
Nos quedamos en silencio un rato más, las dos tomadas de la mano y mirando ahora la caja vacía, tengo que confesar que tanto silencio a mí alrededor me pone nerviosa y no me ayuda a que mi cabeza deje de pensar.
— ¿Por qué Gustav está tan interesado en saber cosas sobre Annie? —la pregunta sale de mí como un impulso a mantener una conversación que quizá ahora no era conveniente tener.
—Le importamos cielo, es normal que siga preocupado.
— ¿Preocupado por qué?
Mi entrecejo se frunce.
—El día del accidente indagaron todas las posibilidades que pudieron haber pasado para que tu hermana se accidentara de esa forma. —dice. —, y entre ellas se mencionó el asalto que fue la que más creímos y también una sobre que venía ebria.
— ¿Pero eso que tiene que ver con la preocupación de Gustav?
Mi madre se encoje de hombros.
—Desde el día del accidente lo noté ansioso y nervioso, fue muy raro conmigo.
Y no fue el único Evan estaba igual.
—Lo sé, Evan también estuvo así.
— ¿Crees...bueno, crees que ellos hayan tenido algo que ver? —su voz suena dolorosa y para nada segura de lo que dijo.
Me quedó callada más de lo debido y mi corazón se agita de una manera nada agradable, Evan estuvo conmigo eso sería imposible y él me juro que no tenían nada que ver con las cosas que Paul me dijo.
—No creo madre. —no sueno tan convencida como me gustaría, pero ella parece no notarlo. —, ¿Desde cuándo regresaste con Gustav?
—No hemos regresado, sólo intentamos ser amigos.

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PELIGROSO DESEO || LIBRO 1 +18 [✓]
Novela Juvenil«Enamorarse será el error más grande que pueden cometer» ---- NO acepto copias y/o adaptaciones. NO la tomes como tuya.