—Scar, despierta. —Escucho una voz llamarme entre mis sueños y gruño levemente removiéndome entre las cobijas. —, necesito que despiertes. —, y esa voz insiste pero esta vez me zangolotea el brazo.
Abro los ojos de golpe por el susto provocado del brusco movimiento y recibo la luz de mi habitación directamente en mis ojos como si se tratase de un flash de cámara potente, arrugo la cara enfadada y sólo un par de segundos después enfoco a mi hermana a unos metros de mí, vestida y con el cabello recogido.
—Lo siento no quería asustarte. —Se disculpa.
— Tranquila, ¿Qué ocurre? — Pregunto con extrañeza incorporándome en la cama. Annie no es una persona madrugadora, le cuesta años luz despertarse por las mañanas y tengo que aguantar sus molestas cinco alarmas consecutivas hasta que decide sacar la mano por debajo del edredón y callar su teléfono, así que sólo eso me hace pensar que ocurrió algo y ese algo no se ve nada bueno por la cara que trae.
—Mamá no deja de vomitar, tiene los labios hinchados, ronchas y fiebre, estoy segura que es una intoxicación, voy a llevarla al médico. —Me explica. Ella una vez ya paso por ello, así que no le debato nada, sólo asiento. —, Evan va a venir a cuidarte, se ofreció y mamá le dijo que sí.
No-me-jodas. Créeme hermana que sus intensiones no son cuidarme.
»—Gustav me verá en urgencias junto con Adam.—Concluye.
No puedo tener a Evan conmigo, no después de lo que paso en la fiesta, lo que paso en la librería con su novia y de nuestra cita cancelada con una justificación vacía.
—No, yo voy contigo. Déjame acompañarte. —Insisto e intento levantarme pero ella me detiene recostándome de nuevo. —, Annie por favor, quiero ir.
«Por favor, di que sí, dejarme con él será un error.»
—No, te necesito aquí por si necesito que me lleves algo, no va a servir de nada que ambas estemos en urgencias. —Dice y entorno la mirada indignada, pero al final cuando veo que mi acción no funciono para hacerla cambiar de opinión me rindo poniendo los ojos en blanco.
¿Acaso los Bogdánov nunca pueden tener un día sin que algo malo les pase?
—Bien. —Digo entre dientes.—mantenme al tanto.
—Gracias. —Ahueca mis mejillas y luego me da un abrazo que no dura mucho tiempo. —, y por favor obedece a Evan, me gustaría que le vieras ver sus suerte, pero creo que esta vez tendremos que comportarnos.
Gruño.
— Annie no tengo cinco años para que alguien me cuide.
—Lo sé Scar, pero mamá estará más tranquila. —Tuerce los labios. —, si ya no te quejas friego los platos un mes entero ¿estamos?
— ¿Qué le paso a mi Annie que echa la bronca cuando se trata de los Hell?
Me da un golpe en la frente.
— ¡Auch!
—Estoy preocupada por mamá, es todo. Y ya te lo dije, no volveré a repetirlo. —Se encamina a la puerta. —, ten el teléfono a la mano, te estaré llamando.
Asiento y ella desaparece por el pasillo.
Me levanto de la cama cuando escucho que la puerta de la casa es cerrada, y camino descalza a paso lento por el pasillo hasta llegar a la sala de estar, en donde me topo casi de frente a Evan sentado en el sillón individual con ambos brazos sobre cada uno de los reposabrazos, las piernas levemente abiertas y la cabeza recargada en el respaldo inclinada hacia arriba. La tenue luz de la cocina apenas si lo hace visible frente a mí y luce muy intimidante.
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PELIGROSO DESEO || LIBRO 1 +18 [✓]
Teen Fiction«Enamorarse será el error más grande que pueden cometer» ---- NO acepto copias y/o adaptaciones. NO la tomes como tuya.